Mientras tanto Jennifer estaba sumida en su realidad de pesadillas. Donde todos los días sin salir a ningún lado se arreglaba con hermosas ropas, se maquillaba, se pone a los mejores perfumes, las joyas y zapatos de elegante dama.
Y correspondía de forma automática, todos los gestos románticos de su lunático dueño, tenían comidas románticas, y bailaban canciones de enamorados.
Y hasta le seguía la corriente cuándo buscaban en un listado de nombres, cuál sería el más adecuado para su retoño.
Y conversaban por horas, viendo que comprarían, cómo decorar el cuarto del bebé y con qué colores. Si preferían que fuera niña o niño. Cualquiera que los escuchar hablar, pensaría que estaban completamente enamorados.
Pero la mente de Jennifer, parecía alejarse de la realidad, a ratos Ethan la sorprendía mirando por la ventana hacia la nada, completamente inmóvil y tenía que alzar la voz para sacarla de esa especie de trance, en donde su mente se quedaba atrapada cada vez más.
— Jennifer no te preocupes no estaremos aquí toda la vida, podemos viajar por el mundo si lo queremos. Solo debo estar seguro que no intentaras nada estúpido. Pero podemos tener una vida normal — dijo Ethan
Estando al lado de la chimenea la sentó sobre sus rodillas, mientras él estaba en el sofá. Acariciaba con ternura su pelo, luego le daba besos a su vientre, y le dijo una frase que para ella fue imposible de ignorar.
— Cuando este bebé nazca, estaremos unidos para siempre mi amor, el será la prueba viviente de que en realidad nos amamos. Aunque debamos separarnos algún día. Ninguno de los dos podrá olvidar lo que hemos vivido aquí. Nuestro amor. Porque él con su sola presencia nos recordará que todo esto fue real — dijo Ethan
Jennifer sentía escalofríos en su alma al saber que decía la verdad. Aunque lograra escapar algún día, el bebé jamás la dejaría olvidar.
Mientras Ethan estaba feliz con Jennifer y la besaba, la acariciaba, le hacía el amor cada vez que le daban ganas y estaba feliz de que ella ya no se resistía. Afuera en la oscuridad llegó Norman.
Cuando estaba varios metros antes de llegar a la casa, empezó a rodear la propiedad para detectar si había cámaras o sensores. Y cuándo se dio cuenta que no los había, acomodó su carpa y las cosas que traía para empezar a observar lo que sucedía dentro de la casa.
Sentía un alivio en el corazón al ver que Jennifer todavía estaba viva, pero el odio más sordo que se puede concebir cuando vio sonriente a Ethan. Miraba los movimientos de Jennifer, y si bien su aspecto se veía muy bien cuidado, cómo policía experimentado podía detectar en su rostro que definitivamente no estaba bien, desde el punto de vista emocional.
Los observó de la mañana hasta el atardecer, y le indignaba ver que aparentemente se veían como una pareja cualquiera. Pero era obvio, la conducta corporal amenazante de él y los gestos corporales de completo sometimiento de ella.
Cambia su posición varias veces para poder tener acceso a ver las distintas partes de la casa que de por sí ya era grande. Y en cuanto llegó la noche, se escabulló lentamente por entre el follaje del jardín. Observó inmóvil desde afuera como cenaban, miraba a Jennifer y parecía otra persona, no solo por su ropa sino por sus gestos.
Y lo miraba a él, ya no se veía como ese joven ingenuo, que engañó a medio mundo. Era un hombre seguro de sí mismo, que con los gestos de su cuerpo demostraba un carácter violento muy bien oculto, y la forma de mirarla a ella era como de quién se cree dueño de un objeto. Lo admira, lo toca, lo acomoda, pero está pendiente en qué momento se desvía del lugar que le trazó.
Se dio cuenta que cuando terminó la cena, ella quería retardar el momento limpiando la mesa, pero él levantó la voz y solo con la mirada le ordenó que subiera a la habitación.
Pero pronto llegaría el momento más difícil para Norman de ver y soportar. Fue cuando espió por la ventana de la habitación. Jennifer completamente entregada a los deseos de Ethan, le permitía sin poner ninguna resistencia, que le quitara la ropa y le hiciera el amor. Hasta pudo ver con asombro, cómo correspondía sus besos, y vio claramente sus manos tocar el cuerpo de él.
La parte que más le dolió, fue cuando se dio cuenta, que ella tuvo un orgasmo en ese encuentro. Por un momento dudó, que si tenía caso intentar rescatarla, porque al parecer viéndolos sin saber las cosas, ella estaba de acuerdo de estar con él.
La pista que le ayudó a aclarar lo que veía, fue cuando, ella se dio vuelta en la cama, dándole la espalda a Ethan y pudo ver claramente cómo disimuladamente secaba sus lágrimas.
Entonces pudo concluir claramente, que el joven psicópata, tenía que haber hecho un trabajo muy grande para someter a Jennifer de esa manera. Y tuvo la certeza, de que el encierro de ella, fue forzado y que definitivamente hubo torturas.
Porque no existe otra manera, de tener semejante control sobre otro ser humano si no es fragmentando su mente mediante el sufrimiento. Y tuvo que hacer un gran esfuerzo, para no ingresar de inmediato a la casa y descargar todas sus balas sobre el psicópata perverso.
Apretó los puños, y se aferró a todo lo que pudo para mantener la sangre fría de esperar a la mañana siguiente, según tenían acordado con David. Quien, por su parte, estaría entregando la información a la policía, para que llegaran con ambulancias en caso de ser necesario.
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Divorciada y secuestrada
HorreurJennifer no pudo caer más bajo. Tras ocho años de matrimonio sin poderle dar un hijo a su marido él decide pedirle el divorcio tras enamorarse de una joven veinte años menor. Ella en un intento desesperado por restaurar su matrimonio, le ruega, le l...