Quitando la mascara Parte 20

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Estábamos desnudos en la cama y pensé que tenía que saber más acerca de Ethan, tratar de encontrar su punto vulnerable para de alguna forma poder escapar

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Estábamos desnudos en la cama y pensé que tenía que saber más acerca de Ethan, tratar de encontrar su punto vulnerable para de alguna forma poder escapar. Antes de que mi barriga comenzara a crecer y ya no hubiera vuelta atrás. Si sola era difícil con un hijo o con muchos kilos enzima sencillamente imposible.

Tenía que lograr que me dejara andar libre por la casa, no había otra forma.

—¿Por eso tus padres te enviaban lejos, porque deseabas a tu mamá? — le pregunté

—¿Por qué quieres saber acerca de eso? —me quedó mirando

—Si voy a tener un hijo tuyo y tienes planificado que seamos familia tenemos que conocernos mejor. Ya no como madre e hijo si no como pareja — le dije

—¿Te interesa saber acerca de mis fantasías? — preguntó desconcertado

—si eso y más cosas— le respondí

Y me quedó mirando como si dudara en contestar.

—La intimidad es eso Ethan, saber exactamente qué piensa y desea el otro — dije para convencerlo a hablar.

—Seguro que te escandalizarías — dijo negándose a hablar

—Si quieres empiezo yo —le dije para que se sintiera más en confianza— me excita mucho sentir la musculatura y la fuerza de un hombre, un rico perfume me perturba mucho. Y también que se le ocurran cosas atrevidas. Pero necesito entrar en confianza para atreverme a hacer y sentir de todo.

Me quedó mirando y se atrevió a hablar.

—Cuando era pequeño y vi por primera vez a mis padres teniendo sexo ya no pude dejar de mirar. Siempre buscaba la forma de poder ver. Me imaginaba en el lugar de mi padre. Cuando se dieron cuenta se escandalizaron, me mandaron a un doctor, pero no era bueno, en realidad no hizo nada por mí. Seguí igual, sintiendo lo mismo. —dijo Ethan

—¿Y no intentaste ir a otro ahora que ya eres mayor? — le pregunté

—No, contigo no lo necesito. — me dijo

—Pero Ethan, tienes que ser realista, cuanto tiempo más voy a poder complacerte antes de verme como una vieja sin gracia. Las familias se planifican a largo plazo y a mí me queda poco tiempo para conservar esta figura y mis energías en el sexo. Eso es una realidad de la que no se puede evadir uno — le expliqué

—Uno tiene que vivir lo que pueda, tú eras joven cuando planificaste con tu esposo y mira como terminó — dijo Ethan y me fue imposible rebatir eso.

Luego traté de ver otra vía, la de su madre.

—Y tienes fotos de tu mamá, me gustaría ver si es que es verdad que me parezco — le dije

—Tu parecido no es físico sino la forma en cómo me tratabas. — dijo él

—Cuéntame más de ella. ¿Estudió, trabajó en algo, que le gustaba hacer? — pregunté

—Bueno ella trabajaba con papá, tenían negocios, todavía existen, pero lo manejan los accionistas, era muy dedicada en su trabajo, elegante, le gustaba usar joyas y perfumes. Y era muy apasionada con mi padre. Le gustaba mucho verme lograr cosas, y las celebraba como tú. Ella me guio para avanzar más rápido mis cursos, en realidad no estoy en segundo año de medicina, me falta un semestre para titularme — se confesó

Y yo quedé con la boca abierta, significaba que Ethan entró a la universidad siendo prácticamente un niño, y muy probablemente el mismo me realizó la inseminación, aunque no sabía en que instalaciones. Ni cómo me trasladó, ni si alguien más le ayudó.

—Pero yo no me parezco en nada a ella Ethan, no soy una mujer de negocios ejecutiva y elegante, y ni siquiera fui capaz de retener el amor de mi esposo, existe un abismo de diferencia entre las dos. —le dije tratando de que entendiera

—Tu marido fue un estúpido, pero al policía lo tenías loco — me dijo

—Eso no es verdad tú mismo me mostraste que anda con otra, yo solo fui para pasar el rato, lo vez. Tengo razón — y él no dijo nada.

Me quedó viendo fijo y me preguntó.

—Olvida por un momento que me ves como un hijo. Dime, ¿qué cosas encuentras atractivas en mí? — me miraba esperando a ver que tenía que decir.

Yo traté de pensar rápido, que le gustaría escuchar a él para que confiara más en mí, que en realidad estaba cediendo a su loca idea de formar una familia juntos.

—Bueno me asombra lo inteligente que eres, pero eso ya te lo había dicho creo, y eres muy atractivo no solo tu rostro, de físico también. ¿Te acuerdas como te miraban esas chicas en la pastelería? — le dije

—Si, pero a mí me interesa lo que pienses tú — dijo y me miró fijo hurgando mis ojos

—estoy muy impresionada de que a tu corta edad lograras embarazarme, tienes muchos conocimientos —le dije

—¿Y qué más? — siguió mirándome

—Bueno ahora que te veo desnudo me doy cuenta no eres un niño, sino un hombre, ya te comenté que me perturban los músculos en el cuerpo — dije

Y al parecer le gustó mi respuesta, ya que me abrazó con fuerza y comenzó a besarme.

Traté de que no se diera cuenta que estaba nerviosa y me esforcé por corresponder el beso.

Pero dada toda la situación era difícil, las mujeres somos demasiado afectadas por los sentimientos. Y esta situación la sentía por demás terrible y trágica.

Después de besarme se dio gusto en recorrer con sus dedos mi cuerpo, mientras me miraba a ver que sentía yo.

Y entendí que la única forma de ganarme su confianza era no rechazarlo en la intimidad. No sabía cómo debería mentalizarme para que sintiera que estaba cómoda con él, que no me aterraba que me tuviera secuestrada y que comenzaba a agradarme la idea de formar una familia de verdad.

De alguna forma tenía que imitar esa forma fría y calculadora que tenía de ser. Pero no sabía de donde sacaría las fuerzas y el valor. Ya que lo sentía como un completo extraño sin saber hasta donde era capaz de llegar y de dañarme.

Se trataba de fingir estar cómoda con mi secuestrador y abusador, actuar tan bien que con la inteligencia que tenía no se diera cuenta. Porque de hacerlo, ni siquiera sabía que cosas terribles podría hacerme para vengarse.

Y estar obligada a tener éxito en mi farsa, como única esperanza de ganar su confianza para que baje la guardia y me dé una oportunidad de escapar. El plan era por demás arriesgado, pero no contaba con nada mas.

Divorciada y secuestradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora