—Ya te dije que primero debo sentirme en confianza, antes de sentir deseo Ethan, y tu entiendes que toda esta situación es tremendamente difícil para una mujer, eres inteligente debes entenderme en eso por lo menos — le dije
—Prometo que volveré a ser cariñoso contigo si dejas de rechazarme, y de verdad siento que te esfuerzas por nuestra relación — dijo Ethan
—Lo prometo — dije a estas alturas, ya podía sentir como cambiaba mi cuerpo, mis curvas eran más grandes, y me sentía más soñolienta y más pesada, no había vuelta atrás.
Nadie al parecer se acordaba de mí, nunca tocaron siquiera la puerta y la sola imagen de Norman con esa joven me daban la certeza de que ya no me buscaban.
De seguro se repetía la historia y él se resignaba a estar con ella, aunque yo hubiera desaparecido. Solo Ethan que estaba loco podía empecinarse tanto en que estuviera con él. Mis otras dos opciones me desecharon muy fácilmente.
Y lo peor que dado el tiempo y lo gigantesco que era ese parque seguro se cansaron de buscar en el caso que lo hubieren hecho, y era más fácil declararme oficialmente muerta. Después de todo yo no tenía familia en el mundo y era una don nadie.
Todo el mundo sabe que, si no eres una persona importante, los esfuerzos porque se haga justicia son mínimos, si la víctima no tiene a nadie que luche por ella a brazo partido. Para que la búsqueda no cese.
No había nada más que pudiera hacer sino resignarme a mi suerte. Ya no podía soportar más dolor, más sufrimiento y humillación, solo quería ver el lado amable de Ethan. Ni siquiera quería pensar en las cosas terribles que podía hacerme si volvía a hacerlo enojar.
—Vamos a la cocina a preparar una comida romántica Jen. Empecemos de cero, ¿qué te parece? — me dijo y otra vez me mostraba su rostro angelical y me sonreía encantadoramente.
—Está bien —dije
Me tomó la mano y me llevó hasta la cocina, al pasar cerca de la mesa no pude evitar estremecerme con el recuerdo de ese día.
Preparó una comida y adornó una esquina de la mesa con velas y flores, y puso música romántica.
Tenía hambre así que me concentré en mi plato, encontraba la comida por demás rica. No sé si por mi estómago vacío o por mi embarazo.
Luego él me invito a que bailáramos, y se había puesto un perfume que me gustaba mucho. No sabía cómo se había enterado de mi gusto en perfumes o si solo había acertado. Y me apretaba contra su cuerpo para que sintiera su aroma mientras bailábamos.
Y empezó a dejar en mi cuello tiernos besos mientras suspiraba y me decía que me amaba. Que haría lo que fuere necesario para que yo también disfrutara sus caricias.
Luego me llevó al dormitorio, pero esta vez no me forzó a nada solo me pidió que durmiera solo con el conjunto de ropa interior que tenía puesto. Porque le encantaba como me quedaba, y se durmió abrazándome no si antes encadenar una de mis muñecas.
Al día siguiente me desperté y sentí que Ethan tenía una erección. Pero me quede quieta escuchando y al parecer todavía estaba dormido.
Me quede inmóvil simulando que todavía dormía, tenía la esperanza de que fuera a ducharse al baño y se desahogara solo.
Pero en cuanto despertó empezó a besar mi cuello y me sujetaba contra su cuerpo ansiosamente.
—No sabes lo que es estar al lado de la persona que amas y desearla y que te rechace de la forma que tú lo haces Jen. Tú también me haces mucho daño. —dijo Ethan en mi oído con un tono de angustia.
Luego se incorporó para sacar una crema de uno de los cajones y me dijo.
—Voy a tratar de ayudarte para que tú también la pases bien mi amor, pero por favor colabora. ¿sí? — dijo Ethan y se acercó a mi oído mientras me hablaba y acariciaba lentamente.
Acariciaba mi pelo y dejaba besos. Luego mi cuello y respiraba fuerte mientras bajaba sus manos por mi cuerpo y me decía
— yo soy el único hombre que no se dio por vencido para darte un hijo mi amor, y que haría lo que fuera por ti, lo dejaría todo. Aunque los otros dos no te valoraron porque te hiciste mayor yo te amo y te deseo con locura Jen, jamás te dejaría por otra mujer.
Colocó crema de la que había sacado del cajón y empezó a estimular mi intimidad. Esa crema y sus caricias provocaron que por primera vez con Ethan empezara a sentirme excitada. Sentía calor en mi intimidad y no lograba entender como mi cuerpo reaccionaba de esa manera, con todo lo que me había hecho Ethan.
—Relájate Jen, no te resistas lo prometiste — dijo Ethan
Y no quería más horror, solo deje que Ethan siguiera estimulándome. Hasta que logró sacar de mi un gemido de verdad y cuando se dio cuenta me besaba feliz con pasión. Continuó hasta que no pude controlar el respiro agitado de mi cuerpo y entro en mi dichoso, pero esta vez con suavidad.
Esta vez Ethan logro hacerme sentir placer, aunque no acabo con un orgasmo real. Pero de todas formas se sentía satisfecho porque estaba avanzando.
Cuando él se fue al baño y me dejo sola, no pude evitar sentir una culpa que aprisionaba mi pecho. ¿Cómo fui capaz de sentir deseo con él en semejante situación? Y creí que estaba volviéndome loca igual que él. Ethan estaba trastornando mi mente y creí que terminaría igual de demente. Viviendo en una realidad que no existe.
Miraba por la ventana y de pronto el bosque se veía como si en realidad no tuviese fin, sumergido en un mundo extraño donde nadie más que Ethan y yo estábamos. Como si hubiesen dejado de existir personas en el mundo y aunque algún día lograra salir ya no encontraría a nadie.
Aun sin las drogas que me inyectaba Ethan comenzaba a tener pensamientos extraños. De realidades que no existen. Pensaba a veces que quizás el bosque era demasiado grande, que moriría de frio y de hambre, aunque lograra salir. Que quizás había animales como lobos. Pensaba que quizás si lograba robarme la llave de su auto, quizás había caminos intrincados y perdería el rumbo quedando sin combustible, y también mi destino seria morir de frio y de hambre. Era como si en mi mente crecieran barrotes grandes y fuertes que me encarcelaban con todas esas fatídicas posibilidades y hasta la idea de escapar me daba terror.
También tenía terror de volver a atentar contra mi vida y no morir rápido, y que Ethan en su enojo me provocara la muerte si, pero se tardara días o semanas en verme agonizar. En castigo por querer dejarlo.
Encarcelada en mis propios pensamientos negativos, con barrotes que eran más fuertes que las cadenas con las que Ethan me ataba, me volví una autómata que seguía al pie de la letra las instrucciones de Ethan y ya no tenía voluntad.
Toda mi realidad se volvió un sueño de esos que no tienen sentido, un mundo de cosas absurdas que no existen, me vi en una realidad alternativa en donde toda mi existencia era una película de terror que jamás terminaba. Ya no era una persona, era una marioneta que no podía pensar con claridad, porque una bruma aturdía de continuo todos mis sentidos y cambió hasta mi personalidad. No sabía si ya había cruzado las fronteras de la locura.
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Divorciada y secuestrada
HorrorJennifer no pudo caer más bajo. Tras ocho años de matrimonio sin poderle dar un hijo a su marido él decide pedirle el divorcio tras enamorarse de una joven veinte años menor. Ella en un intento desesperado por restaurar su matrimonio, le ruega, le l...