UNO

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—Hemos tenido la misma conversación mil veces, Jin —dije con cansancio—. Tú y yo no funcionamos juntos.

—Pero yo te quiero, Nat —dijo—. Te quiero mucho.

No estaba segura de quererlo también, o al menos no de la manera en que él lo hacía, yo estaba casi segura de estar enamorada de alguien más. Pero no podía decirlo, nadie debía saberlo y menos aún, Seokjin. Habíamos sido novios por algunos meses, pero éramos demasiado parecidos, y las cosas no funcionaban por eso. Se acercó despacio y me fijé en sus labios, que tanto me gustaban, seguía deseándolo como hombre, pero lo que sentía por él era algo demasiado físico, no llegaba hasta mis sentimientos, en cambio ese otro chico... no, era mejor no pensar en él. Jin puso sus manos en mi cintura y acercó su cuerpo al mío. Me besó y yo le correspondí porque amaba sus besos y ya me había acostumbrado a la forma en que sus labios rozaban los míos, cómo su lengua y la mía danzaban y una pasión incontrolable nacía entre nosotros.

—Tú dices que no funcionamos —susurró contra mis labios—, pero yo creo que sí, en la cama nos entendemos de maravilla.

—Podemos seguir haciéndolo, pero no tener una relación amorosa.

—¿Entonces saldrías con alguien más?

—No, yo no quiero nada serio ahora, con nadie.

Solo había una excepción, pero él nunca me haría caso, y me gustaba estar con Jin, no quería renunciar a lo bien que la pasaba con él.

—Bien —accedió—. Si esto es lo que quieres, pues así será, solo tendremos sexo y nada más.

Asentí y le di otro beso. Esperaba que ese arreglo no nos trajera problemas. Me separé de él y me di cuenta de que se me hacía tarde para ir a clase.

Salí de allí y me encontré con mi mejor amigo. Hyungsik me miró con el ceño fruncido tan pronto entré en el salón de clases. Como siempre, me había guardado puesto.

—Gracias, Hyungie —le dije, llamándolo por el apodo cariñoso que usaba siempre con él.

—¿Por qué se te hizo tan tarde? —preguntó.

—Seokjin —le respondí. Él sabía todo sobre mí, casi todo, y conocía de primera mano cada detalle de nuestra relación. Me miró con impaciencia.

—¿Otra vez? ¿No dijiste que lo habías dejado?

Asentí y me acerqué para hablarle al oído.

—Lo dejé, pero nunca dije que iba a dejar de cogérmelo.

Me miró como si me hubiera vuelto completamente loca.

—¿Y crees que eso va a funcionar? Piensa bien las cosas, Nat, ustedes no funcionan como pareja.

—Pero en la cama sí, él mismo lo dijo. Yo no estoy enamorada de él, me atrae y me gusta, pero es algo demasiado físico. No pienso renunciar a lo bien que la pasamos.

—Y... ¿no has pensado en intentarlo con nadie más?

Lo miré a los ojos para responderle.

—Solo hay una persona con la que me gustaría... y no tengo oportunidad con él, así que por ahora no.

Nuestra conversación se vio interrumpida por la llegada del profesor.

—Señor Park —dijo, dirigiéndose a Hyungsik—. Comencemos con su exposición.

Hyungsik se levantó despacio y se dispuso a presentar su trabajo. Los dos estudiábamos arquitectura y nos habíamos conocido el primer día de clases. Además de estudiar, él estaba en una banda de música en la que también estaba Seokjin y ese otro chico...

En fin, pasé toda la clase tomando apuntes y concentrándome en estudiar. Cuando terminó, salí junto a Hyungsik y decidimos ir a tomar algo. A esa hora la cafetería siempre estaba llena y tan pronto entré, localicé a Jungkook. Al verlo, como siempre, sentí que mi mundo entero daba vueltas. Estaba casi segura de estar enamorada de él, pero estaba muy fuera de mi alcance. Además, era el mejor amigo de Seokjin y ni aunque sintiera lo mismo que yo, tendría algo conmigo por no lastimar a su amigo. En la mesa estaba el resto de la banda de Hyungsik, es decir: Jungkook, Seokjin, Jimin y Taehyung. Tan pronto nos vieron, nos hicieron una seña para que nos acercáramos. Me senté junto a Jungkook, con Hyungsik a mi lado.

—Tenemos que hablar de lo de este fin de semana —dijo Jimin, en cuanto nos sentamos.

—¿Vamos a irnos desde el viernes? —preguntó Hyungsik—. Yo tengo clases solo en la mañana.

—Creo que deberíamos, así podemos llegar allá y ensayar un poco más —intervino Taehyung, mientras abría una lata de refresco. 

Todos se mostraron de acuerdo, el fin de semana tenían una presentación en un festival en Daegu, y llevaban varias semanas preparándose para eso. De repente, Jungkook puso su mano sobre mi hombro y se acercó para hablarme, mientras los chicos discutían sobre quién iba a conducir y a qué hora se iban.

—Nat —dijo—, necesito pedirte un favor.

Cada vez que me hablaba, aunque fuera solo el saludo, sentía una cantidad incontrolable de cosas que no podía describir o explicar muy bien.

—Claro, dime —le respondí, girando un poco para mirarlo.

—¿Podrías quedarte con Bam y Yeontan el fin de semana? No creo que regresemos antes del domingo en la noche y alguien tiene que cuidarlos mientras no estamos.

De inmediato asentí.

—No te preocupes, yo me quedo con ellos.

Sonrió.

—Muchas gracias, podrías quedarte desde el viernes.

—No hay problema, puedes estar tranquilo, quedan en buenas manos.

Le sonreí también. Jungkook vivía en un apartamento con Seokjin, Jimin y Taehyung. Yo vivía en la residencia de la universidad, al igual que Hyungsik. Pensé en que tendría que quedarme todo el fin de semana en el apartamento de los chicos, pero eso no era extraño para mí, desde que había empezado a salir con Seokjin, me quedaba con él casi todos los fines de semana y antes de eso, frecuentaba a los chicos porque casi todo el tiempo, estaba con Hyungsik y eran muy amigos. Miré a Jungkook una vez más y suspiré. Haberme enamorado de él no había estado bien, y cada vez que lo veía, estaba más segura de eso. 

Winter sunrise in Seoul - PHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora