DIECISÉIS

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Casi terminaba el semestre y la cantidad de trabajos era agobiante. Terminando ese, solo nos faltaría uno para graduarnos. Hyungsik y yo pasábamos las noches en su habitación o en la mía haciendo trabajos hasta muy tarde. Terminábamos muy cansados y ninguno regresaba a su habitación. Por años había tenido muchas pesadillas, desde lo ocurrido con John Smith no había podido dormir una noche completa sin despertarme ni una vez repitiendo en sueños algún mal recuerdo. Hasta que comencé a dormir con Hyungsik. A su lado me sentía tan segura que podía cerrar los ojos sin temor a los recuerdos del pasado. Cada mañana que abría los ojos a su lado, sentía como si estuviera viviendo en un sueño.

íbamos entrando en el edificio de la universidad con una maqueta enorme que nos había costado dos noches de sueño. De nuevo vi a Ji Soo con el hijo de John Smith. Con esa ya iban varias veces que los veía juntos y eso no teminaba de gustarme. Ji Soo no había vuelto a acercarse a Hyungsik. De igual manera no confiaba en ella. No creía que realmente se hubiera resignado a que él no quería nada con ella. Yo sabía que no era de las que aceptaban un rechazo así sin insistir.

Entramos en el salón y presentamos el trabajo, aunque yo seguía dándole vueltas al mismo asunto en mi mente. Ya faltaban solo unos días para que saliéramos a vacaciones. Desde las primeras vacaciones que había pasado ahí, las había pasado con la familia de Hyungsik. Sus padres y su hermano mayor habían sido como si fueran mi familia, la familia que nunca había tenido. No sabía qué pensarían de nuestra relación, si les parecería bien o cambiarían su opinión acerca de mí.

—¿Cuántos wones por decirme qué piensas? —me preguntó Hyungsik al oído. Mientras Hoseok y Yoongi presentaban su proyecto.

—Te lo digo gratis —le respondí— estaba pensando en lo que dirá tu familia cuando sepan que ahora tenemos una relación.

Sonrió

—Ya lo saben.

Fruncí el ceño.

—¿Qué?

Asintió.

—Señorita Swind —el profesor me miró con seriedad— señor Park. Hagan el favor de quedarse callados.

Me disculpé e intenté no hablar por el resto de la clase, aunque quería preguntarle a Hyungsik por qué había hablado de lo nuestro con su familia desde tan pronto.

Cuando salimos de clases, me entregó un papel con una dirección escrita.

—Nos vemos ahí a las siete, voy a ensayar con los chicos —dijo.

Asentí.

—¿Puedo saber para qué?

Sonrió.

—Tengo una sorpresa para ti.

Sonreí.

—Entonces nos vemos más tarde. —Miré a todos lados para asegurarme de que nadie me viera y lo besé muy rápidamente.

Pasé la tarde en mi habitación intentando escribirle una carta. Nunca había escrito una carta para nadie y me costaba un poco expresar mis sentimientos. Lo intenté varias veces hasta que la caneca de la basura se llenó de papeles arrugados. Pasó mucho tiempo para que por fin pudiera escribir algo medianamente aceptable.

"Querido Hyungie:
Aunque me cuesta demasiado expresar lo que siento, tengo que hacer el intento. Tengo que decirte que aunque haya pasado tanto tiempo ignorando de qué manera lo hacía, yo te quiero. Y estoy muy agradecida por que me quieras también. Antes de conocerte nunca hubiera pensado que alguien podría sentir amor por mí. Pero entonces llegaste y me demostraste que sí se puede. Precisamente has sido tú, la persona más maravillosa que he podido conocer, quien más me quiere. Antes yo creía que el amor no existía, pero me has demostrado que existe y eso es precisamente lo que siento por ti, un amor demasiado grande, que no deja de crecer con el paso de los días. Siempre he tenido miedo del futuro y ahora me asusta más que no estes en él. Me asusta que pase el tiempo y lo que tenemos se termine. A veces los lazos que unen a las personas son fragiles y si el que yo tengo contigo se rompe, mi vida volvería a ser lo que era antes de conocerte, el infierno en la tierra. No te vayas nunca, Hyungie, porque aunque suene loco, ya no imagino la vida sin ti. Aunque suene egoísta, no quiero verte con otra persona porque yo quiero ser quien esté en tu futuro. Nunca hubiera pensado estar tan enamorada de alguien como para pensar en todo eso que antes me parecía imposible. Tú eres la unica persona en el mundo con la que tendría una familia, el unico con el que me siento capaz de compartir el resto de mi vida. Espero que no te asuste leerlo aunque a mí sí me asusta un poco decirlo porque puede que no quieras lo mismo. Pero no importa si no es así. Sin importar a dónde nos lleve la vida, siempre voy a decir que conocerte ha sido lo más bonito que me ha podido pasar. Lo unico realmente bueno que me pasó en la vida. Nunca olvides que para mí tu eres lo más hermoso que hay sobre la tierra, lo más maravilloso, el ser más puro y excepcional que pudo existir. Te quiero, Hyungie y no tengo intención de querer a nadie más que no seas tú."

Cuando terminé la carta estaba llorando. Cada palabra que había escrito había salido desde el fondo de mi corazón. Doblé la carta y miré la hora. Era mejor que me arreglara.

Nunca usaba vestidos pero esa noche decidi ponerme uno. Era verde esmeralda, me llegaba hasta la rodilla y era pegado al cuerpo. Me peiné, me maquillé y salí. Cuando llegué eran unos pocos minutos pasadas las siete, Pensé que llegaba tarde, pero Hyungsik no había llegado todavía. Seguro se había quedado hablando con los chicos. Me senté en una mesa y esperé.

Media hora depués, decidí que era mejor llamarlo. Le marqué dos veces y no me respondió. ¿Qué había pasado? Él nunca llegaba tarde a ningún lado y no podía creer que me fuera a dejar plantada. Eso no era algo que él hiciera. Le envié un mensaje y esperé. Tenía un mal presentimiento, como de que algo no estaba como debería. Llamé a Jungkook para saber si Hyungsik estaba con ellos.

—Hola, Jungkook —lo saludé.

—Hola, Nat. ¿Cómo estás? —me respondió.

—Bien. ¿Y tú?

—Muy bien, gracias.

—Una pregunta ¿Hyungsik está contigo?

—No. Hace como dos horas que terminamos de ensayar y él salió rápido porque tenía algo que hacer, según nos dijo.

—¿Y no sabes nada de él?

—La verdad no. Espera le pregunto a los demás si alguien sabe algo —lo escuché dirigirse a los chicos—. Tae, ¿sabes algo de Hyungsik? —escuché a Taehyung decir que no tenía idea— ¿Y tú, Jimin? —también dijo que no— ¿Tú sabes algo, Jin? —Jin también dijo que no— Los siento, Nat, ninguno sabe nada de él, pero si sabemos algo te llamaré.

—Gracias, Jungkook. Que tengas linda noche, adiós.

—Adiós, Nat.

Colgué y decidí ir a buscarlo a su habitación en la residencia. Tampoco estaba ahí y se veia que no había estado desde la mañana, todo estaba igual que cuando nos habíamos ido para la universidad. Me senté en la cama y esperé.

Un rato después me quedé dormida. Cuando desperté miré la hora. Ya era casi la una de la mañana y no aparecía. No había visto mi mensaje. Lo llamé otra vez pero tenía el celular apagado. ¿Dónde estaba? ¿Y si le había pasado algo?

Winter sunrise in Seoul - PHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora