Seokjin llegó con un enorme ramo de rosas rojas, una botella de champaña y dos copas.
—No hay necesidad de flores, Jin, eso es para parejas —le dije, y me hice a un lado para dejarlo pasar.
—Me gusta regalarte cosas, Nat, no puedes juzgarme por eso —respondió.
Resoplé y cerré la puerta, qué hombre tan complicado. No quería que confundiera las cosas, ni que albergara falsas esperanzas, yo tenía que dejar en claro una y otra vez que solo tendríamos sexo. Dejó la botella y las flores sobre la mesa de noche y se acercó para tomarme de la cintura y besarme.
—Tu dijiste que solo querías tener sexo conmigo, pues bien, deberíamos hacerlo esta noche —dijo, casi contra mis labios.
—¿Por eso viniste? —pregunté, alejándome un poco.
Se encogió de hombros y me besó de nuevo. Después se alejó para ir por la botella, la destapó y sirvió la champaña en las copas. Me pasó una y yo la bebí despacio.
—Me has hecho falta, Nat —dijo.
—Pero si todo lo que hacemos cuando estamos juntos es discutir.
—Cuando no estamos discutiendo, todo es muy bonito, ¿sabes?
Terminé la champaña y él me sirvió más.
—Puede que tengas razón —le dije.
—Nat...
—¿Sí, Jin?
—¿Realmente todo acabó entre nosotros?
Resoplé y bebí todo el contenido de la copa de un solo sorbo antes de responderle.
—Jin... no todo, porque si todo hubiera acabado realmente, no estarías aquí conmigo.
—No me refiero a eso. Me refiero a que si no sería posible... que regresáramos.
Negué con la cabeza.
—Llevámos meses intentándolo y yo no quiero tener una relación en la que no se hace más que pelear por todo.
—¿Qué tenemos que cambiar para que funcione?
—Ni tú ni yo vamos a cambiar nada, Jin, ¿sabes por qué? porque los dos creemos que somos perfectos. Admítelo, nuestra relación es una constante pelea de tu ego con el mío.
Se quedó en silencio y fue a servirse otra copa de champaña. Por lo que veía en sus ojos, sabía que yo tenía razón, pero no lo admitiría jamás.
Después de que se terminó, Jin se acercó para besarme de nuevo. Sus manos recorrieron mi cuerpo y comenzamos a quitarnos la ropa, hasta que estuvimos en ropa interior. Comenzó a besarme el cuello y los hombros, para después bajar hasta mis pechos. Me quitó el sostén, y comenzó a besarme ahí, chupó, lamió y mordió esa sensible parte de mí, mientras sus manos me acariciaban las caderas, bajándome la ropa interior. Luego, comprobó con sus dedos que todavía no estaba lista, siempre tardaba un poco en estar lo suficientemente húmeda, así que siguió repartiendo besos por mi cuerpo. Igual que siempre, sabía que estaba ansioso por estar dentro de mí, pero siempre trataba de darme tiempo, tal vez eso era lo que más me gustaba de hacerlo con él. Cuando por fin estuve lista, no esperó para penetrarme. De una sola embestida entró todo. Jin siempre era un poco rudo en ese sentido, pero me gustaba, me gustaban sus movimientos, la manera en que gemía y apoyaba su frente en la mía, mientras estaba sobre mí, tomándome. Cerré los ojos y me dejé llevar, aunque por primera vez, pensé en Jungkook mientras estaba haciendo eso con Seokjin. Traté de apartarlo de mis pensamientos, pero no pude, me fue imposible, mi mente se encaprichó en fantasear con él y preguntarse por qué no podía hacer eso con él algún día. Tenía curiosidad, quería adorar su cuerpo, aunque fuera una sola vez en la vida.
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Winter sunrise in Seoul - PHS
FanfictionNatalie Swind es una estudiante de intercambio en una importante universidad de Seúl. Nunca habla de su pasado y rara vez menciona el lugar de donde viene porque para ella, todo empezó el día que llegó a la capital de Corea. Solo su mejor amigo, Par...