3. Ahora tres

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—Necesito hablar con Khonshu sin que Jake este presente.

Star necesitaba aclarar algunas dudas y reclamarle al dios egipcio, el pajarraco tendría que escuchar algunas cuantas verdades de la pelirroja.

—No puedes si él es su avatar— respondió Tueris junto a ella —Solo ustedes como avatares pueden ver a sus respectivos dioses y deidades.

—Sí pero Khonshu no cumplió su palabra de dejarlo libre— alegó con la mirada fija en la arena del desierto mientras el barco en el que estaban recorría este mismo

—Pues así como me lo contaste.... Técnicamente si cumplió, liberó a Marc y Steven pero ellos no sabían sobre la existencia de Jake.

—Tueris....

—¡Lo siento— La deidad movió sus manos frente a ella como si tratara de borrar lo anteriormente dicho —Aunque debes aceptar que tengo razón.

—Tienes razón— no habían pasado más de veinticuatro horas y ya le había dado la razón a dos de sus contrincantes, ese no era su estilo —¿Puedo preguntar algo?

—¡Por supuesto! Soy un libro abierto.

Star sonrió ante el entusiasmo y alegría que desprendía Tueris —Sobre mi madre...

—¡Elizabeth!— la deidad sonrió al recordar a la mortal —¿Sabes? Ahora que lo recuerdo, tú te pareces mucho a ella.

La pelirroja sonrió ante esas palabras, antes las había escuchado mucho, era una sensación de felicidad y fastidio a la vez, a una niña de once años que ignora por completo la realidad lo que menos quería era que le dijeran a cada rato que su físico les recordaba a su madre recién fallecida.

—Cuando nos dirigiamos al campo de los juncos, que por cierto, su balanza se alineo a la perfección... ella me hizo un lindo retrato, iré por el para enseñartelo— Tueris dejó a cargo a Star del barco mientras ella se iba por el dibujo.

Después de unos minutos regresó con su retrato en manos, claramente se veía la firma de su madre en él.

—Tenia un gran don con la pintura— exclamó Tueris.

—Si....— Star sonrió con tristeza al recordarla —Gracias.

Acto seguido la pelirroja abrazó a la deidad la cual movió las orejas con felicidad mientras respondía al abrazo.

—No es nada— responde con su tono risueño.

Ese abrazo era lo que necesitaba Star, también necesitaba uno de Marc y Steven, uno de esos en los que le decían que todo iba a estar bien y lo iban a superar juntos.

Después de unos cuantos minutos más la chica tuvo que regresar a Londres, durante el camino su mente vagaba en la poca pero interesante información que había obtenido en menos de un día.

Jake Lockley, sería difícil de tratar pero lo iba a intentar, Khonshu, debía hablar con ese pájaro de una vez por todas y su madre, poco sabía sobre ella para ser sincera.

[........]

Era un fin de semana lluvioso en Londres, Star amaba los sábados por la tarde ya que se la pasaba con Marc y Steven viendo alguna pelicula ó serie que sea de su agrado.

Justo ese día le tocaba a Star escoger su entretenimiento y sin pensarlo mucho puso la serie de American Horror Story, su temporada favorita era Murder House.

A Marc le gustaba esa serie ya que la trama era interesante y le gustaban varios de los personajes mientras que Steven no mucho, el terror nunca fue lo suyo pero estaba contento de ver a Star entretenida así que la veía, claro, solo adelantaba algunas escenas sexuales pero fuera de eso le gustaba.

Y no nos olvidemos de Jake, el cual veía todo desde el reflejo del espejo más cercano con cuatela, le gustaba todo de la serie ya que aprendía nuevos métodos de búsqueda y tortura.

—Pelirroja adorada— Marc llamó la atención de Star mientras él estaba acostado sobre sus piernas y al mismo tiempo ella peinaba su cabello con sus dedos, él y Steven tomaban el control en cierta cantidad de tiempo para así poder disfrutar de sus caricias por igual.

—¿Si?— contestó aún con la mirada fija en la televisión.

Marc pasó su mano por la mejilla de la chica y giró su cabeza con delicadeza obligándola a despegar sus ojos de la serie para verlo a él.
—Gracias por aceptar ser mi rayo de luz en la oscuridad— habló en tono bajo pero audible.

Ella sonrió para después acercarse y depositar un beso en sus labios.

—Eres la luz de mis noches— continuó ahora Steven —Eres la luz de mis días— ahora Marc y así terminaron turnandose por cada verso —Las lágrimas de mi llanto, las risas de mi alegría, eres nuestro más lindo sueño.

—¿Leíste poesia?— preguntó Star con delicadeza mientras sonreía feliz mostrando sus dientes perfectamente alineados.

—Steven me hizo leerla, ¡no es cierto!— hablaron los dos en cuestión de segundos.

Para la chica ya era fácil diferenciar quien era cada quien, conocía muy bien sus gestos y diferente tono de voz.

El resto de la tarde fue una sección de cariños, mimos y besos entre la feliz pareja mientras que Jake observaba de vez en cuando con curiosidad, él no había recibido ese tipo de afecto sin que tuviera que pagar para recibirlo previamente, provocando que una pequeña mueca se formara en su rostro.
La cual en cuestión de segundos fue cambiada por una sonrisa fácilmente comparable con la del gato sonriente de Alicia en el país de las maravillas.

Se le había ocurrido un no tan lindo plan.

Tomó el control del cuerpo para también recibir el cariño de la pelirroja.

Pero esta se detuvo un breve momento al ver el repentino cambio de postura de su novio.

—¿Jake?— cuestionó con un tono severo pero aún peinando sus rizos con sus dedos

—Nada se te escapa muñeca.

Bien, sería más complicado de lo que ella creía.






















 ✔ 𝗘𝗟 𝗠𝗜𝗦𝗧𝗘𝗥𝗜𝗢 𝗗𝗘 𝗔𝗡𝗨𝗕𝗜𝗦 ━━━━ MoonknightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora