✔ 𝗘𝗟 𝗠𝗜𝗦𝗧𝗘𝗥𝗜𝗢 𝗗𝗘 𝗔𝗡𝗨𝗕𝗜𝗦 ━━━━ Moonknight

24. Dolor en el corazón

Star ya tenia puesto su traje de Scareb Scarlet, Khonshu y Steven se habían ido dejandola a ella y a Tueris solas.

La deidad sabía que sea a lo que se hayan ido seguro era un plan, estaba confiada pero lo que preocupaba era la situación de su avatar.

—Star.....— la llamó con voz baja —Creo que debes de saber algo...

—Te escucho, ya nada puede terminar de dañarme— soltó una risa irónica, la familia que según ella había tenido fue falsa, creía que ya nada podía lastimarla pero era mentira.

La hipopótama bajó su mano al vientre de Star en donde un rayo de luz salió, la pelirroja comprendió lo que le decía, no por nada le decían a Tueris "diosa de la fertilidad, protectora de mujeres y niños"

Las lágrimas salieron de sus ojos acompañados de una sonrisa triste.

—Por qué....— el ataque de pánico y miedo se apoderó de ella, no solo iba a morir si no también su niño o niña.

—Haré lo que pueda— respondió Tueris sin su tono feliz que la caracterizaba —Apenas tiene un par de días... Tus nauseas y mareos si fueron provocados por tu embarazo pero también porqué estas enferma.

Star sintió una presión en su pecho, se había embarazado hace apenas un par de días, no tenia que ser un genio para saber quien era precisamente el padre, claro comparten el mismo cuerpo pero aún así sentía nervios y nauseas otra vez, si seguía así terminaría por vomitar hasta su mismo estómago.

—¡Hey!— Volvió a hablar Tueris un poco más animada —Estarán bien, y cuando sea el baby shower yo quiero ser la que organice todo !Verás que será hermoso!

—Gracias— La pelirroja abrazó a la deidad con fuerza, tal vez eran las hormonas alborotadas pero necesitaba abrazos.

—¡Ya llegó su rey!— la voz divertida de Seth captó la atención de ambas —Ou... ¿Interrumpo algo?

El señor del caos llegó levitando entre bruma dorada con tonos negros, seguía con su cuerpo mortal pero lograba intimidar a cualquiera que lo viera.

Suerte para la situación, Star no se sintió intimidada.

—¡¿Que carajos quieres con la tierra?! ¡Es aburrida!— gritó Star mientras extendía sus alas lista para enfrentarse sola al dios.

Tueris seguía a su lado pero no tenia el poder para hacer gran cosa, todo quedaba en mano de la semidiosa.

La expresión de Seth se tornó oscura a la vez que torcía los labios, susurró algo que Star no logró escuchar y en cuestión de segundos había sido golpeada por el poder de Seth.

Así se desató una pelea entre dios y semidiosa, generando turbulencia entre las personas que se encontraban allí ya que unas corrían despavoridas y otras se resignaban a la muerte y se quedaban a esperarla.

Star se encontraba en desventaja, estar enferma y embarazada era un gran obstáculo, no solo físicamente si no también mentalmente ya que su preocupación aumentaba al pensar en su bebé

Llegó un momento de debilidad en la que Seth aprovechó su descuido y tomó a la pelirroja para después arrojarla contra una pared haciendo que esta se rompiera y cayera sobre ella.
Pasaron unos minutos en los que esperó a que ella saliera de los escombros.

—Mi lady....— habló como un caballero acercándose a una exhausta y adolorida Star —Solo necesito que me des lo quiero y tu muerte no será tan dolorosa como ahora.

—¿Que quieres?— cuestionó llenando sus pulmones de aire.

—Mi recompensa, tu padre te dio a cambio de separarte de Grant y Spector, y dime... ¿Los ves aquí?— se burló un poco.

Star levantó la mirada encontrándose con el castaño de ojos dorados, se pasó la mano por la nariz para limpiarse las gotas de sangre que escurrían de ella y avanzó para volver a pelear pero rápidamente fue capturada por Seth, envolviendola en su bruma dorada y elevándola del suelo.

—¿Sabes? Tu madre Elizabeth era igual de molesta que tú, creo que por eso Osiris se enamoró de ella— soltó una risa burlona y escalofriante —Es una lastima que haya tenido que maldecirla para matarla lentamente... Así como te maldije a ti cuando hice el trato con Edward.

Los ojos de Star se dirigieron al dios ignorando el dolor que sentía por todo su cuerpo.
—¿Que?....

—Un hechizo simple pero inquebrantable, una enfermedad antigua que no solo afecta a los mortales si no también a dioses como nosotros, por eso Osiris no pudo revivirla y ahora tú correras con la misma suerte mi lady.

Star no pudo responder porqué Seth comenzó a extraer su vitalidad, sentía como si el alma se escapara de su cuerpo y millones de navajas siendo atravesadas por el mismo.
Su respiración se volvió agitada y entrecortada, cada segundo se le hacía más difícil respirar.

De su cuerpo salía una especie de aura escarlata con dorado, la cual en cuanto salía de ella era absorbida por el señor del caos.

Veía toda su vida pasar frente a ella, los recuerdos de su madre con su verdadero padre Osiris se hicieron presentes en su memoria, ellos tres jugando y conversando en el campo de girasoles, sintió una punzada en su vientre trayéndola nuevamente a la realidad.

—Pero que tenemos aquí..... ¡Osiris serás abuelo!— gritó a lo cuatro vientos —JA, los humanos no pierden el tiempo, la fuerza del niño también me será útil.

El miedo invadió a Star, trató de safarse pero solo se provocaba más dolor, sus ojos marrones poco a poco perdían el brillo que los caracterizaba y su piel iba volviéndose grisesca, sus latidos disminuian mientras dejaba caer sus brazos y dejaba de batallar, una lágrima escapó de su ojo derecho al tiempo en que sentía como su vida se apagaba lentamente.

—¡Star!— escuchó a Tueris gritarle, su voz se escuchó lejana, intentó mantener sus ojos abiertos mientras trataba de moverse pero la pelirroja ya no tenía ni la más minima fuerza para hacerlo.

Bom.... Bom..... Bom........ Sus latidos del corazón iban cada vez más lentos.

Su corazón dolía, no solo por la dolorosa muerte que le esperaba si no porqué temia no volver a ver a Steven, Marc y Jake, ni siquiera había podido ver crecer a su cría.

—El tiempo se acabó— exclamó Seth con una amplia sonrisa en su rostro.