Volumen 2: Capitulo 9 parte 2

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* * *

El voto de Llewellyn también le dio permiso a Adrián para participar, pero ella no estaba feliz en absoluto. Al contrario, no dejó nada más que una cicatriz en su corazón. ¿Debía Adrián tener que hacer eso? Sabiendo lo importante que era Llewellyn en el ducado de Rasiane.

<< Y él es la persona que me gusta... >>

¿Tenía que hacer que alguien que le gustaba jurara morir con ella?

<<...Adrián Hill, hijo de puta. >>

Decían que era todo por ella, pero no le escuchan en absoluto.

Odiaba tanto a Adrián, pero el hecho de que fuera su único hermano seguía siendo el mismo, frustrante y deprimente. ¿Qué diablos se supone que debía hacer? ¿Por qué Adrián siempre era así? Estaba muy...

—¿Rosenia?

—¡...!

Al oír la voz de Llewellyn, estaba completamente despierta y desconcertada.

Mirándolo con una sonrisa, Llewellyn la miró con una expresión de desconcierto en su rostro. Sus ojos estaban llenos de preocupación por ella.

¿Tal vez era por eso? Estuvo emocionada por un momento. El se preocupaba por ella así y hacia cosas que no quería que hiciera.

Adrián, Llewellyn, todo era como ellos decidieran.

La empujo mientras trataba de abrazarla y se arropo con su manta. Más allá de la mullida manta de algodón, pude sentir al avergonzado Llewellyn hacer una pausa.

—¿Rosenia?

—...

—Rose...

—...

—¿No vas a mirarme a la cara?

—...

—...Lo siento. Por favor, no me ignores...

Llewellyn suplicó, tocando ligeramente la colcha que la cubría.

Cerro los ojos y trago un suspiro. Estaba enojada con él por hacer algo que no debería haber hecho, pero cuando escucho su voz nerviosa y triste, se sentía rara consigo misma.

¿En qué momento habían crecido tanto estos sentimientos? Al principio fue una relación difícil.

Arreglo su manta con un suspiro. Y luego hizo contacto visual con Llewellyn, quien la miró y pareció lamentable.

<<...De verdad, si me miras así, me veo obligada a aceptarlo, lo sé demasiado bien. ¡Es muy bueno este hombre! >>

—¿Crees que eso aliviará mi enojo? —Pero lo que salió de su boca fue inesperadamente contundente.

Estaba avergonzada de corazón, pero decidió actuar con descaro porque no podía captar las palabras que ya había dicho. Por lo que le gustaría meterse con Llewellyn.

—¿Qué debo hacer...Para que tu ira desaparezca? Haré cualquier cosa, por favor...

Llewellyn preguntó con voz desesperada. Le dio un buen suspiro poco después de darle una pista.

<< En serio, soy una tonta por perder la cabeza rápidamente. >>

—En realidad, no estoy tan enojada. Solo estoy un poco molesta...

—...

—Tú, Adrián, no me escuchan, hacen lo que les place. Así que...

Mientras hablaba, su voz se hizo más y más pequeña. No sabía si Llewellyn entendería cómo se sentía. Era alguien a quien amaba, pero era alguien a quien no podía comprender por completo.

Inofensiva obsesión por el encantador protagonista masculino +19Donde viven las historias. Descúbrelo ahora