Volumen 2: Capitulo 6 Parte 1

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—Lo que te he dicho es la pura verdad. — Dijo Llewellyn, cepillándose el pelo.

Mientras hablaban, Rosenia sintió que su cuerpo se calentaba de nuevo. Desde la mano que la tocó, hasta que sus cuerpos estuvieran cerca el uno del otro.

Rosenia trató de absorber su maná al tener su cuerpo contra el suyo. Había que hacerlo poco a poco para evitar cualquier accidente. No obstante, no pensó que fuera una buena idea volver a hablar de la situación cuando su mente estaba hecha un lío.

Como una cigarra, Llewellyn la abrazó con fuerza mientras la miraba. Una sonrisa de satisfacción emergió de sus labios. Parecía que le gustaba abrazarla así.

—La forma en que luchas es realmente linda, Rosenia.

—...

—Pero no creo que eso vaya a funcionar.

<< ¡Esos labios malvados otra vez! >>

Rosenia lo miró con furia y habló en tono de reprimenda.

—Vamos a aclarar esto. Entonces, has estado enamorado de mí durante más de ocho años...

Sonaba aún más extraño cuando Rosenia lo dijo en voz alta. Simplemente había pensado en Llewellyn Rasiane como el protagonista masculino que algún día le daría el final de la muerte. No podía creer que le agradara. Era un territorio desconocido y uno que ella no esperaba.

... Era inevitable que a Rosenia se le pusiera la piel de gallina al pensar en ello. El hombre del que se enamoró resultó estar enamorado de ella. Tan genuino como parecía, era imposible para ella sentirse feliz. No importa cuánto lo pensó... se sentía más cerca de una obsesión.

—... Y para conocerme, viniste hasta aquí. ¿No... Tenías intención de usarme?

—Sí, eso es correcto.

Llewellyn respondió sin dudarlo un momento. Sus ojos esmeralda que la miraban directamente parecían bastante honestos. Aunque lo que estaba oculto debajo de esos ojos seguía siendo tan perverso como siempre...

Rosenia no podía creer que una mirada tan genuina pudiera tener un toque de locura. Fue realmente asombroso y aterrador. Incluso ahora, los ojos que la miran contenían una determinación y un deseo conmovedores que hicieron que su corazón temblara.

<< ¿Cuánto tiempo va a seguir mirándome así? >>

—Conocí a alguien en el jardín esta mañana.

—Sí.

—Era un chico con el pelo bastante rubio. Su cabello estaba atado y tenía una espada alrededor de su cintura. Y mi magia no funcionó en su contra él.

—...

—El chico dijo que yo era la debilidad de Adrian, así que alguien me iba a capturar. Eso es más o menos lo que dijo. Confundí a ese alguien contigo. No importa lo mucho que lo piense, tú eres el único que puede sacarme de esta villa.

Llewellyn abrió levemente los ojos y suspiró lentamente. Luego, con una mirada complicada en su rostro, habló con ligera dificultad.

—Ese chico es Alex.

— ¡Lo sabía! Es uno de tus sirvientes, ¿no?

—No lo malinterpretes. Alex es uno de mis sirvientes, pero no lo llamé aquí. Lo que te dijo no es cierto. ¿Sigue funcionando la magia de detección de mentiras?

La pregunta que Llewellyn adjuntó al final la hizo estremecerse sin saberlo. Era justificable que ella usara la magia de detección de mentiras en él, entonces, ¿por qué era ella quien se sentía tan nerviosa?

Inofensiva obsesión por el encantador protagonista masculino +19Donde viven las historias. Descúbrelo ahora