Inofensiva obsesión por el encantador protagonista masculino +19

Volumen 2: Capitulo 9 parte 1

En un baño lleno de vapor tibio.

Lanzo muchos productos de baño en la bañera que eran buenos para recuperarse de la fatiga, pero se preguntaba de qué se trataba todo esto.

<< Creo que me cansaré por la noche de todos modos.>>

—...Llewellyn, aparta tus manos.

—¿No te gusta?

—No, no es que no me guste...Me estoy bañando.

Su toque en su cuerpo había sido impuro desde hace un tiempo. No podía descansar lo suficiente y estaba a punto de sufrir de nuevo, así que obstinadamente lo alejo

¡Y tendría que volver a ver a su padre y a Adrián! Adrián estaba constantemente en contra, pero Sierra apareció y la historia se esfumó...

La sirvienta insinuó que Sierra había decidido quedarse en la habitación de invitados de una casa separada donde se alojaban los sirvientes. No le importaba volver a hablar con Sierra mañana, pero con su padre y Adrián quería llegar a una conclusión definitiva hoy.

<< Mi padre me permitió comprometerme, pero si Adrián continúa oponiéndose, podría cambiar de opinión... >>

¡Así que nunca debería dejar a su padre solo con Adrián! ¡En ese momento, su padre podía ser persuadido por las palabras de Adrián!

<< Voy a darme un baño rápido e ir a ver a esos dos. >>

Cuando se levantó de la bañera, el agua fluyó por el borde. Cuando salió, se secó el agua y se puso la bata, Llewellyn, que le siguió, la abrazó por detrás.

Malas manos acariciaron su estómago y su pecho.

—Quiero estar solo un poco más...

—No, voy a ver a mi padre y a mi hermano.

Llewellyn suspiró profundamente ante su firme respuesta. Se dio cuenta de que hablaba en serio y soltó los brazos sin decir una palabra.

—No puedo entonces. Tendrás que prometerme la noche...

—...

<< Como era de esperar, pretendías molestarme de nuevo por la noche.>>

Temblando por la desvergüenza de Llewellyn, se secó el pelo y se cambió de ropa. Se sentía bastante refrescada porque las doncellas le ataban el cabello pulcramente como a una dama elegante, pero de todos modos se iba a enredar pronto.

En manos del duque de Rasiane, conocido por su perversión.

—¿Sabe si quiera lo que es la abstinencia...?

—¿Qué?

—Nada.

Después de sonreírle a Llewellyn, preguntándose si había escuchado sus murmullos, se puso un chal de encaje de verano que trajeron las doncellas al hombro.

Después de toda esa preparación, Llewellyn y ella se tomaron de la mano y se dirigieron a la habitación de invitados.

Su padre y Adrián dijeron que se quedarían en una habitación de dos dormitorios con una gran sala de estar entre ellos.

Como había dicho, tenían una comida preparada para los dos en la sala de estar, probablemente estuviesen comiendo en la sala de estar. Aunque podía ser que Adrián no diera ni un mordisco.

<< Cómo persuadir al terco Adrián...>>

Caminaba con pensamientos profundos.

Pero se extrañó que el pasillo fuera ruidoso.