10.Piensalo, quieres estar conmigo.
Miré el agarre que mantenía en brazo aun sin salir de mi confusión del por qué él me hubiera buscado, es decir, sabía como sería, entrar, follar, salir, olvidar.
Esto se salía del protocolo.
—Uhm, claro ¿qué pasa? —lo miré confusa.
Él relamió sus labios pareciendo algo nervioso, era extraño, hubiera jurado que los tipos como Cristóbal Craft no se ponían nerviosos por nada.
—¿Estás bien? —preguntó.
Lo miré aun sin quitar mi rostro lleno de confusión.
—Sí —alcé una ceja—, ¿y tú?
—¿Cómo está Nucita? —continuó soltándome, le hice frente.
Bueno, a lo mejor quería ser mi amigo, es decir cuando estábamos juntos no la pasábamos tan mal a mi parecer.
—Bien —dije con una ligera sonrisa—, de hecho, voy a comprarle su comida cuando salga de aquí.
Él afirmó con la cabeza escuchándome atentamente.
—Vale —dijo—, ¿te acompaño?
Okey, que me quisiera acompañar y pasar tiempo conmigo ya me parecía raro.
—¿A que viene tanto interés? —solté alzando una ceja sin comprender.
Él dio un paso hacia mí, su proximidad me estremeció cuando sus ojos verdes se fijaron en los míos y susurró:
—¿Quieres repetir lo del otro día?
¿Repetir lo del otro día? ¿Se refería a cuándo follamos?
Bueno, eso no me lo esperaba, sentí mi rostro sonrojarse y abrí la boca sin encontrar palabras.
Decidí hacerme la inocente.
—Claro —me encogí de hombros—, siempre puedo explicarte física.
Él alzó la mano y acarició un lado de mi rostro, había olvidado lo delicado que podía ser y lo mucho que me atraía, miró por un momento mis labios cuando dijo:
—Si hablamos de estudiar, entonces quiero estudiar tu cuerpo.
Oh.
Sentí mi corazón latir más rápido, ni siquiera pude respirar.
—Es... que, en realidad tengo que estudiar —aclaré mi garganta—, también tengo algunas exposiciones para la semana que viene, así que no, no puedo.
—Me estás esquivando —dijo entrecerrando los ojos.
—No —dije—, realmente debo estudiar.
Él no pareció tragarse mi excusa, pero sí, no quería involucrarme mucho con él, es decir, no es que no me gustó, pero ya viví la experiencia, no quería comenzar a involucrar sentimientos o algo así.
Eso sería pésimo.
—Claro que sí me estás esquivando —dijo soltando una ligera carcajada incrédula—, joder, nadie me había esquivado antes.
Ah.
Bueno, no sabía qué decir al respecto.
Él acarició mi barbilla, sus ojos verdes fijos en los míos.
—Déjame demostrarte que soy mejor que ayer —dijo—, no sentiste tanto placer porque eras virgen y nunca había estado con una virgen.
Eso tenía sentido para mí, pero realmente no la pasé mal, era lo que quería, pero me sorprendía su preocupación.
—No estoy pidiendo nada de ti —dije confusa—, solo fue algo de una vez y estuvo bien.
Él me miró fijamente y murmuró:
—Pudo ser mejor.
Ah bueno, me quedaría con la intriga entonces porque realmente no quería volver a repetir.
No.
—Supongo —dije—, pero escucha, sigue con tu vida, yo seguiré con la mía.
Iba a irme por el pasillo, pero se volvió a interponer en mi camino, tuve que alzar la vista y dar un paso atrás al ver que quedé tan cerca, y es que la tensión era palpable; me gustaba mucho.
—Me preocupa mi reputación —dijo Cristóbal—, no digas que fui mal polvo.
¿Qué?
¿Qué no lo diga?
¿Por qué se lo diría a alguien?
Al ver el temor en su rostro supe que realmente le preocupaba que dijera que él fue un mal polvo.
¿De verdad Cristóbal Craft me había vuelto a buscar solo para follar?
Eso sí que era una novedad.
—Mmmh —murmuré solo por ser odiosa—, ya veremos.
Lo esquivé y me fui a mis clases de pintura, sintiendo su mirada a mis espaldas mientras me alejaba.
Extraño, creí que él sería el que actuaria con indiferencia, no al revés.
Que el chico popular estuviera buscándome entraba en la lista de mis sueños imposibles, de seguro era porque le interesaba demasiado lo que pensaran de él... a mí no me importaba lo que pensaran de mí, es decir, me daba igual.
Al salir de clases, fui a una tienda cercana de animales y compré la comida para Nucita, la perrita había estado mejorando, ya mi papá había comenzado a agarrarle cariño, ahora jugaba con ella y me dio dinero para la comida.
Creo que oficialmente sería nuestra mascota.
Al salir de la tienda me sobresalté al ver el carro de Cristóbal estacionado afuera, él estaba apoyado del carro botando el humo del cigarro, tenía entendido que los deportistas no fumaban, pero él parecía ser la excepción a todo porque hasta se metía droga.
Cuando me miró, sonrió levemente haciendo que sus hoyuelos se marcaran un poco, sus ojos verdes pareciendo brillar por el sol, su cabello abundante moviéndose por el viento.
Era tan absurdamente guapo...
—¿Me estás acosando o qué? —murmuré alzando una ceja cuando me acerqué a él.
—Esa perrarina debe pesar más que tú —dijo dándole otra calada al cigarro.
Bueno sí, era muy grande y pesada, la puse en el suelo por un momento para descansar.
—Entonces, ¿a qué debo tal acoso señor Craft?
Él relamió sus labios y dijo:
—¿Pensaste lo que te dije?
—¿Pensé en qué? —alcé ambas cejas— ¿en follar contigo otra vez?
Él solo afirmó con la cabeza como única respuesta, iba a rebotarlo con una patada verbal, pero lo pensé mejor y entrecerré los ojos hacia él diciendo:
—Lo pensaré si me llevas a mi casa —alcé la barbilla—, tengo esta perrarina que pesa un montón.
Tenía que sacar provecho de esto, además si estaba tan insistente, tal vez debía dejar que me demostrara algo más de lo que no disfruté cuando follamos...
«Dijiste que te alejarías»
A la mierda, probablemente después, ya pasaría de mí, así que lo disfrutaría mientras duraba.
Él terminó el cigarro lanzándolo al piso y pisándolo con la punta de su zapato.
—Vale —dijo—, móntate.
Al menos había conseguido un aventón... solo que aún no sabía que sería a un costo muy alto.
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Enamorando a mi Crush [Completa]
Teen FictionKarla Martinez hace una apuesta con su mejor amiga para ver quien se acuesta con Cristóbal Craft, nieto de la leyenda súper estrella del baloncesto Calvin Craft, después de ver un rayo de ilusión cuando él la besa en año nuevo, pero hay un problema...