12.El secreto de mi crush

1.4K 179 7
                                    

#Maraton

12.El secreto de mi crush

Me quedé muy quieta, ni siquiera respiré, los vidrios del auto eran oscuros, pero no tanto como para notar que había dos personas dentro. El policía volvió a tocar el vidrio agachándose para intentar ver dentro, cuando de repente Cristóbal me lanzó al puesto de copiloto y yo me acomodé apenas cuando él arrancó rápido casi atropellando al gordo policía, al parecer era de tránsito, así que andaba solo y no llevaba vehículo como para perseguirnos y su aspecto físico demostraba que no nos iba a perseguir corriendo o algo así.

Así que estábamos a salvo.

Por poco.

—Mierda eso estuvo cerca —susurré colocándome mi camisa nuevamente para cubrir mis pechos.

—Demasiado cerca —dijo Cristóbal viendo por el retrovisor con una ligera sonrisa, su cabello un poco desordenado, sus mejillas ligeramente sonrosadas haciéndolo ver condenadamente guapo... al contrario de mí que me sentía con el cabello revuelto como todo un espantapájaros y mi respiración vuelta un desastre.

De un momento a otro cruzamos miradas por medio segundo y de la nada comenzamos a reírnos por lo que acababa de pasar, todo se descontroló y casi nos descubren... que locura.

—Me quedé muy caliente —admitió Cristóbal.

—Yo también —murmuré, solo quería que volviera a tocarme.

—¿Hay gente en tu casa? —Preguntó.

—Sí —dije—, mi mamá se sentía mal así que se quedó hoy.

Así que mi casa no era opción.

—Vale, entonces a la mía —dijo Cristóbal.

—¿Qué? —dije incrédula, ¿ir a su casa?

Cristóbal no dijo nada en respuesta solo sonrió con complicidad, así que yo tampoco dije nada. Al cabo de unos minutos, entramos a una lujosa urbanización y entramos a un amplio estacionamiento donde habían varios autos de lujo, nos detuvimos frente a la que me imaginé era su casa, era enorme, y bastante amplia de paredes blancas, como una mansión.

—No juegues —susurré cuando nos bajamos del auto—, ¿vives aquí?

—Si, es la casa de mis padres —dijo Cristóbal comenzando a caminar hacia la puerta—, la mayoría del tiempo no están, así que me la paso con mi abuelo.

—¿Calvin Craft? —Dije incrédula, mi corazón se aceleró muy rápido al saber que podía conocer a una completa celebridad.

—Sí —dijo como si no fuera la gran cosa.

Entramos a la casa, era muy amplia y bien adornada por todos lados, estaban varias personas de servicio con uniforme, en la sala estaba una mujer hablando por teléfono, cuando de repente dijo:

—¿Cris?

—Sí mamá —dijo Cristóbal acercándose a la sala, fui detrás de él—, aquí estoy.

Ella se volteó, sus ojos marrones se fijaron en mí, mirándome de arriba abajo sin disimulo y con algo de desprecio que no intentó ocultar, en especial al ver mi cabello azul.

—Oh —susurró su mamá.

—Mamá, ella es Karla —dijo Cristóbal—, mi tutora de física.

Moví un poco mi mano tímidamente en forma de saludo, ella no se inmutó.

—Ah, okey, que se vaya rápido —se limitó a decir fingiendo una sonrisa y se volteó atendiendo otra llamada.

¿Qué?

Dios mío, que señora tan descortés.

—No le hagas caso —dijo Cristóbal cuando salimos de la sala.

—Creo que no le caí bien a tu mamá —susurré cuando comenzamos a subir las escaleras.

—A ella no le cae bien nadie —se limitó a decir Cristóbal.

Ah.

Entramos a su habitación, observé los afiches en las paredes de bandas de rock y de guitarras, bueno, no me hubiera imaginado su habitación así, tenía este prototipo en mi cabeza donde Cristóbal era el típico fuckboy que solo estaba interesado en ser genial, fiestas y el deporte... bueno, al parecer lo había juzgado erróneamente.

—Mierda —soltó Cristóbal de repente, voltee observando que tenía el teléfono en la mano con ceño fruncido.

—¿Que ocurre? —dije confusa.

—Joder —volvió a soltar pasando una mano por su cabeza con preocupación.

—¿Estas bien? —dije dando un paso hacia él, pero me detuve al ver que más que preocupado lucía molesto.

—Maldita sea —comenzó a buscar en las cajas y apretó los labios—, dejé las putas mercancías en el otro carro que mandé a lavar.

Me quedé peor que confundida.

—Okey, yo... necesito contexto...

—Ya vuelvo —se limitó a decir y salió de la habitación.

Bien, eso era raro.

Me puse a deambular por su habitación viendo algunas de sus fotos, había algunas en viajes de cuando era bebé, había otro niño con él, juntos, se parecían mucho, ¿acaso tenía un hermano? Seguí viendo las fotos cuando entonces, Cristóbal volvió cerrando la puerta de la habitación a sus espaldas cargando una caja en sus manos, lucía mas aliviado.

—¿Qué hacías? —preguntó

—Espiando un poco tu vida —admití volteando a mirarlo—, ¿Qué fuiste a buscar?

Él dejó el paquete en la cama.

—¿Son drogas? —pregunté al ver tantos sobres.

—¿Puedes dejar de hacer tantas preguntas? —soltó Cristóbal pareciendo irritado— ¿pero quién te crees?

—Okey —dije—, en primera, no me creo nada, solo tengo curiosidad, en segunda, nadie te manda a actuar como loco frente a mí, sino quieres que pregunte, entonces disimula.

Nadie lo mandó a traer esas cajas hasta acá.

Él apretó los labios.

—Yo... no puedo perder nada de esta mercancía, de lo contrario, me matan —confesó.

Lo miré confundida, ¿mercancía? Lo decía como si fuera un negocio.

—Pero... —comencé a decir sin comprender, Cristóbal tomó una profunda respiración y dijo:

—Vendo drogas.

Enamorando a mi Crush [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora