4.

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En su cuarto día lo anima el encontrar a Namjoon mucho más alegre. Tanto que hasta le cuenta sobre lo que hizo con su hijo con una brillante sonrisa.

El primer receso, Karina está esperándolo fuera del despacho y lo acompaña a comprar su café matutino, están yendo por el pasillo hacia el patio cuando un montón de alumnos acumulados frente a ellos no los dejan avanzar.

—¿Qué pasa ahí? — pregunta Heeseung.

—Apuesto a que es Sunghoon, casi siempre es el cuándo hay peleas.

Entonces, Namjoon se le viene a la mente. Él cree en los alumnos, cree en Sunghoon.

Le da su café a Karina y se hace paso entre los emocionados y gritones alumnos hasta llegar al frente y ve en primera fila una pelea real.

Sunghoon y otro chico están en el suelo. Más bien Sunghoon está dándole puñetazos a alguien bajo el.

El ritmo cardíaco de Heeseung sube a mil y le tiemblan las manos cuando con lo adrenalina que logra acumular, toma el brazo de Sunghoon antes de que acerté el puñetazo y lo tira para levantarlo.

Desgraciadamente, Sunghoon reacciona y con su otro brazo le da un puñetazo en la mejilla que lo hace tambalear, pero es firme en su agarre, alejándolo del otro alumno.

Su respiración es acelerada, le duele la mejilla y los dedos de afirmar con tanta fuerza el brazo de Sunghoon. Quién respira salvajemente y con culpabilidad en los ojos, le da una mirada que también contiene ira.

Ninguno dice nada cuando el director aparece. El otro involucrado en la pelea, ya no está y solo están ellos dos cuando el resto se dispersa.

—¡¿Qué rayos pasó aquí?! — el director grita enfadado.

Heeseung suelta a Sunghoon y le da una reverencia.

—Discúlpeme, no quería causar alboroto, me he caído y algunos se han reído, Sunghoon me defendió. No es nada grave como ve.

La mentira sale natural, no es la mejor mentira, pero si su mejor cara de inocencia. El director se debate ¿Por qué mentiría una gran persona como Heeseung? No lo haría.

—Si te sientes mal, Heeseung, ve a enfermería. Sunghoon, a clases.

El director desaparece y Heeseung se lleva una mano a la mejilla. Está caliente. El condenado tiene un buen brazo, por supuesto.

—¿Qué mierda fue todo eso? — Sunghoon suena suave y muy enojado. Rara combinación.

—Yo, salvándote.

—¿Por qué?

—Porque Namjoon cree en ti. No tienes derecho a decepcionarlo.

Sunghoon suspira, Heeseung no está viéndolo a él. Ve al piso.

Sólo levanta su mirada cuando ve sus pies frente a él.

Sunghoon quita la mano de Heeseung y le ladea el rostro para ver su mejilla.

—Eso se va a inflamar, necesita hielo, ve a la enfermería.

Heeseung susurra porque están muy cerca. — No sé dónde está.

Sunghoon sonríe. Heeseung lo aprecia un momento, su sonrisa es extraña pero bonita, algo canina, con lindos colmillos resaltando.

Lo lleva hasta la enfermería y lo deja en manos de la enfermera Kim.

Efectivamente le pone una compresa helada. La hinchazón baja y le da una pastilla para el dolor.

Todo está perfecto para el segundo receso. Aunque antes de buscar a Karina, va a pedirle disculpas a Namjoon quien no pide una explicación al estar demasiado agradecido.

Cuando sale al patio junto a Karina, todos los alumnos lo están mirando, peor que el primer día que llegó ahí.

—¿Por qué todos me ven?

—Detuviste una pelea de "El Sunghoon", eres una estrella ahora.

Karina se ríe, pero para él no es divertido como todos lo ven.

Evita todo tipo de contacto visual, evita todo ese receso.

El almuerzo pudo ser otro desagrado de no ser por sus cocineras favoritas y su mala imitación de lo que sucedió. Las noticias llegan hasta la cocina.

Diferente a otros días, el camino a casa con su chófer no es en silencio. El silencio lo obliga a pensar y ya está harto de recordar la sonrisa de Sunghoon

everlasting; heehoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora