22.

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Lo que restó de tarde, Heeseung se preguntó una y otra vez cuál era la razón de ocultarle a Karina su noviazgo con Sunghoon. Ya que, aunque quiso decirle, las palabras no abandonaron su boca.

No sentía vergüenza, no pensaba que ella lo iba a juzgar, pero se sentía extraño. Proclamarlo su novio no debía ser un problema tan grande como lo estaba siendo.

Estaba tan sumido en sus pensamientos que cuando Sunghoon apareció a su lado, dio un respingo.

—¿Qué te tiene tan concentrado? — le preguntó. Caminaban juntos hacia la salida trasera, no de la mano, aún había estudiantes alrededor.

—No le he dicho a Karina.

—¿Qué no le has dicho?

Heeseung se acercó un poco para susurrar. — que tú y yo, somos... ya sabes.

—¿Qué somos?

—Lo sabes.

Heeseung no estaba mirando a Sunghoon, pero cuando el chico se detuvo, se vio obligado a girarse y verlo a los ojos. Lucía algo molesto.

—Dilo.

"Eres mi novio" pensó Heeseung, pero cuando quiso decirlo, se le hizo más complicado.

—Heeseung, dilo.

—Eres mi novio. — susurró muy lento y despacio.

Sunghoon resopló y siguió su camino.

Heeseung lo alcanzó en el estacionamiento.

—No te molestes, ni siquiera yo sé porque es tan difícil, es nuevo para mí, lo siento. — Tomó su mano, pero Sunghoon no se veía menos molesto.

—Es difícil porque no quieres decirlo. Voy a ir a casa hoy, nos vemos mañana.

Y sin más, se fue. Más allá Heeseung lo vio juntarse con un par de chicos y caminar fuera de su vista.

Esa tarde, cuando llegó a su casa, para hacer peor su día, su madre estaba en el lugar.

—Hola mamá. — saludó con cordialidad.

—¿Aún quieres jugar con fuego, Heeseung?

La mujer estaba centrada en su celular, pero su mandíbula apretada delataba que no estaba tan desinteresada como quería mostrar.

—No comprendo.

—Sunghoon, el departamento ¿Debo seguir?

Heeseung tembló en su lugar, pero no bajó la mirada de aquellos ojos que seguían ignorándolo.

—No estoy jugando con fuego, estoy siendo feliz.

—¿Debo decirle a tu padre?

Heeseung sintió sus ojos humedecerse.

—Yo...

—Tres días y se acabará el servicio comunitario. Tienes prohibido acercarte a Sunghoon en estos tres días y cuando acaben, vas a deshacerte del departamento. Desobedece y tu padre va a enterarse.

Cuando acabó de hablar, lo miró por fin. Sostuvo los llorosos ojos de su hijo sin sentir ningún tipo de pena y salió de la casa.

Heeseung aspiró temblorosamente cuando estuvo solo.

Antes, no se sentía lo suficientemente valiente para tomar sus cosas e irse de su casa, pensó que Sunghoon estaría ahí y le daría todo el coraje que necesitaba, pero esa tarde, sus manos no temblaron en lo más mínimo cuando llenó su maleta negra de las cosas más necesarias y abandonó su "hogar" sin mirar atrás.

everlasting; heehoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora