—Todos están viéndome...
—Es normal, nadie te había visto nunca en estos eventos.
—Me siento como un gato en perrera.
—¿El gran Sunghoon está intimidado? — Heeseung sonrió hacia él. Estaba bromeando y sonriendo. El no hacía esas cosas genuinamente en estos eventos.
Un profundo surco se formó entre las cejas de Sunghoon.
—No estoy intimidado. Sólo no me gusta esto.
Sunghoon interceptó a un camarero y se bebió el champán en el interior de una copa de un trago, para luego dejar la copa vacío en la misma charola.
Estaban en el evento de inauguración del nuevo edificio de su padre. Ambos vestidos de etiqueta.
Su madre solo había visto a Sunghoon cuando llegaron, ya que ellos solían juntarse solo antes de atravesar las puertas de entrada, para ser vistos como una familia feliz.
Para su alivio, ya que estaba lleno de fotógrafos, ella solo sonrió y preguntó el nombre de Sunghoon. Obviamente para aparentar que lo conocía, que era amigo desde hace muchos años de su hijo, sería su historia.
—¿Puedes dejar de beber, por favor? — pidió deteniendo la tercera copa que Sunghoon pensaba tomar y devolviéndola al camarero.
—Lo haré si tú tomas una. — Sunghoon lo miró con desafío, pero no, Heeseung no caería en eso.
—Yo no bebo.
—Entonces... — Sunghoon comenzó a caminar en busca de más alcohol, pero Heeseung tomó su mano deteniéndolo.
Una mirada alrededor y vio que un par de personas estaban mirando fijamente sus manos juntas. Con rapidez se apartó.
Su rostro se tornó caluroso y miró el suelo.
Si alguien siquiera sospechara que no era un hombre "hecho y derecho", su padre le daría una golpiza otra vez. Quizás más brutal que la última, y entonces...
—Oye ¿Estás bien?
La voz de Sunghoon lo hizo bajar de sus recuerdos. Su respiración estaba errática.
Heeseung sonrió.
—Por supuesto.
Sunghoon no le creyó, pero no pudo decir nada porque en un momento Heeseung estaba huyendo hacia los baños, quería refrescarse un poco para bajar el calor y nerviosismo de sus mejillas.
Entro por la puerta de los espaciosos y lujosos baños, iba a cerrarla cuando el cuerpo de Sunghoon se interpuso, abriéndose camino hacia dentro y cerrándola el mismo.
Heeseung caminó hacia los lavabos, pero Sunghoon lo detuvo a mitad de camino, girándolo y poniéndolos de frente en medio del baño. Con ansiedad miró hacia todos lados, el baño estaba vacío.
—¿Qué es lo que ocurre? — Sunghoon preguntó.
Heeseung quería asentir y decir que todo estaba bien, pero cómo negarle algo a esos profundos ojos oscuros que lo miraban tan intensamente que se perdió.
Se perdió a sí mismo y tras un suspiro, estampó sus labios contra los de Sunghoon.
Hubo sorpresa, pero pronto Sunghoon apretó su cintura y tomó el control del movimiento de sus labios. Heeseung fue recorrido de pies a cabeza por una extraña y placentera sensación que se centraba un poco más en su estómago y obligaba a sus dedos a poner quizás más fuerza de la necesaria en su agarre.
Heeseung se apartó de pronto, dio dos respiraciones profundas y luego con movimientos bruscos lo arrastró hasta un cubículo, encerrándolos en el espacioso cuadrado.
Tardaron menos de un segundo en volver a besarse, siendo contrarios a los movimientos anteriores, estaban besándose con suavidad. Sólo labios, movimientos no lentos, pero calmados.
Heeseung se aferraba al cuello de Sunghoon, mientras éste hacía círculos en sus costados.
El sonido de la puerta abriéndose provocó que los labios de Heeseung se quedaran quietos, atrapados entre los de Sunghoon y sin ganas de alejarse, pero podían ser escuchados.
Mientras quién fuera ocupaba el baño como una persona normal, Sunghoon jugó con su labio inferior. Dándole mordidas, y hasta pasando su lengua por él.
Cuando el sonido de la puerta volvió a escucharse, volvieron a estar solos, y fue como si la conciencia volviera al cerebro de Heeseung.
Como si le quemara, se alejó de Sunghoon.
—Tenemos que volver... — susurró, aún sin creer lo que acababa de hacer.
—Uno más. — pidió Sunghoon.
—No, estamos tardan...
—Solo uno.
Sunghoon lo atrapó contra la pared. Heeseung negó, pero aun así, sus labios se movieron como con mente propia hacia Sunghoon y el dulce sabor de sus labios.
El resto de la fiesta, Heeseung se la pasó pensando que la gente sabía lo que había hecho, aunque era casi imposible.
Sunghoon, en cambio, hablo con él como si nada hubiera pasado, lo que ayudó a distraerlo.
Cuando todo acabó, luego del discurso de su padre y todos los aplausos, se dirigieron juntos a la salida, una limusina los esperaba.
Estando arriba, Sunghoon ya iba a lanzarse sobre él, pero la puerta se abrió de pronto deteniendo todo.
Su madre subió con elegancia, se sentó frente a ambos.
—Hijo ¿Ya me presentas a tu amigo?
No era ni de cerca una pregunta, ni siquiera una orden directa, era una petición que Heeseung entendía perfectamente.
—Su nombre es Sunghoon, tuvo un problema y se quedó en casa. — Heeseung respondió, su rostro imperturbable, recordando lo que le fue enseñado.
—¿Es un problema muy grave, querido? Los amigos de Heeseung siempre son bienvenidos en casa. — la forma en que la mujer pronunciaba la palabra "amigo" estaba haciendo hervir la sangre de Heeseung. Pero nadie podría asegurarlo viendo su rostro. Serio y calculador.
—No es grave... — comenzó Sunghoon, pero Heeseung lo interrumpió.
—Es personal, sí debe quedarse más días se quedará.
—Heeseung. — su madre pronunció en tono de advertencia.
El jamás se alteraba hablando con su madre, pero esta vez en especial, le estaba molestando mucho su tono. Le traía demasiados recuerdos que guardó lejos.
—Bueno... — la mujer fue interrumpida por el sonido de su celular.
Quién fuera, era obviamente más importante, así que les sonrió en despedida y se bajó.
Heeseung le indicó al chófer que se fuera.
—Tú madre no parece una mala persona. — comentó Sunghoon.
—Sí.
—Es decente, una mujer muy sexy.
—Por supuesto.
No estaba mirando a Sunghoon, tenía la vista fija al frente, inconscientemente apretando sus labios en una línea.
—Oye, ni siquiera me estás escuchando.
Con una sonrisa, Sunghoon tomó su mentón y lo obligó a mirarlo, manteniendo la mano en el lugar.
Lo vio acercarse, y sabía que no era correcto, que no debía, que el chófer los vería y se lo comunicaría a su madre...
Heeseung casi gime cuando por fin sus labios se encontraron, pero luchó contra el sentimiento de satisfacción.
Se dejó llevar por un rato, quizás fueron minutos, pero la voz recordándole que estaban viéndolos lo hizo separarse.
El resto del camino, Sunghoon tomó su mano, pero Heeseung se negó a mirarlo. Si lo hacía, se perdería otra vez.
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everlasting; heehoon
FanfictionDe servicio comunitario, chicos problema y violencia. Está historia no me pertenece, es una adaptación, todos los créditos a @-sxshnjeno. ©Todos los derechos reservados.