15.

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El jueves, Sunghoon no apareció en la escuela.

Heeseung otra vez estaba temiendo lo peor, su preocupación siempre nublaba su mente.

La idea de ir otra vez a la casa de Sunghoon luciendo tentadora mientras paseaba la mirada por el recinto y no encontraba rastro de él.

—¡Te estoy hablando, Heeseung! Deja de buscar a Sunghoon por un segundo, carajo. — Karina estaba a su lado como su fiel compañera de primer receso. Sus labios estaban apretados y su frente arrugada. Hace rato que hablaba, pero por estar buscando a Sunghoon, Heeseung no presto atención.

—Lo siento, te escucho.

Obligando a su mente a poner atención, centro sus ojos en Jimin.

Ella de pronto sonrió y le golpeó el hombro.

—Te vi ayer con tu amor, se veían tan lindos juntos ¡Mejor que en mi mente! Además, he visto un ligero cambio en tu novio. — la palabra "novio" haciendo eco en su mente. — es muy ligero, pero creo que está poniendo un poquito de atención en clases.

Heeseung sonrió.

—Por mí y lo hiciera toda la clase, pero no puedo cambiarlo completamente de un día para otro.

—Me alegra que haya encontrado a alguien como tú, eres lo que necesitaba. Un cable a tierra. — Karina sonrió con algo de melancolía.

—No somos una pareja, Karina.

—Pero bien que te gustaría, eh. — ella le hizo ojitos, pero Heeseung la ignoró.

El día sin Sunghoon no fue un cambio muy radical.

En el almuerzo, Euna llegó con el chisme de Heeseung y Sunghoon y se dedicaron a molestarlo. Primero parecían algo reacias a la noticia, pero luego comenzaron con las bromas.

Heeseung no estaba realmente bien con que a todo mundo le pareciera tan importante lo que pudiera o no tener con Sunghoon.

Y a todo el mundo parecía importarle mucho.

Especialmente a aquella chica, que lo espero a la salida de la escuela específicamente para encararlo sobre el tema.

—Sunghoon no es gay. Aléjate de él.

Fue lo último que le dijo la castaña clara antes de irse. Cómo si a Heeseung le importara lo que ella dijera o pensara.

El viernes, Heeseung estaba casi temblando mientras esperaba a Sunghoon por la tarde.

Habían quedado en que Sunghoon iría al estacionamiento trasero para que el chófer de Heeseung pudiera llevarlos, pero Sunghoon se estaba tardando.

Siete minutos después, cuando por fin apareció, Heeseung dejó de mover inquietamente su pierna y le sonrió. Natural, y demasiado extraño.

—Vamos.

—¿Vas a decirme dónde me llevas? — preguntó Sunghoon mientras subía al auto.

Lo siguió segundos después. El chófer ya tenía las indicaciones de dónde llevarlo.

—Quiero que me ayudes a comprar algo, que me des tu opinión.

—Por supuesto... — Mientras hablaba, Sunghoon tomó su barbilla y acercó sus rostros. Cuando acabó de hablar acarició ambas bocas juntas en un suave beso.

El interior de Heeseung cosquilleo, pero aun así se obligó a separarse, apretando sus labios.

—No estamos solos. — le recordó.

Sunghoon asintió y se alejó, pero no quitó su mano, sino que la llevó al cuello de Heeseung y acarició. Lento y despacio, cálido y dulce.

Cuando llegaron al gran edificio que era su destino, ambos bajaron y Heeseung guio a Sunghoon hasta el quinto piso, dónde una mujer los esperaba.

everlasting; heehoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora