Capítulo 21

1.2K 158 5
                                    

Freissa:

—Copiloto...—Lo empujo lejos de mí y me quito el casco, arrojándoselo, a lo que lo atrapa con una mano. —Estas demente.

Rueda los ojos. —Me lo han dicho muchas veces. —Se me acerca y vuelve a ponérselo.

Intento moverlo, pero no me lo permite.

—¿Te calmas?

—¿Me sueltas?

—No.

—Entonces no.

—¡No voy a dejar que me metas en problemas! —Me irrito.

—No hago nada gratis.

De un momento a otro, de pasar a estar en el suelo, estoy siendo metida al coche de uno de sus amigos, Lumer les exige las llaves y conduce, mientras les dice a los otros dos que los vera allá.



(***)



Secuestro, es el título que le pondría a mi situación, estoy de pie en un barrio cerrado lleno de gente a los alrededores y vehículos formados en una fila, hay varios apostadores, los diferencio porque llevan un cinturón en el cuello, que se une y sujeta una caja a la altura de su estómago y claro que en ella hay dinero.

Lumer enciende un cigarrillo.

—¿Entiendes cómo será esto? —Suelta dejando escapar el humo.

Toso dos veces y sacudo la mano alejando el humo.—Esto no es rápido y furioso, es la vida real.

—Es una carrera amistosa.

—¿Por qué no le dices a uno de tus amigos que te sirva de copiloto?

—No los arriesgaría.

Arqueo una ceja y el señala a los demás competidores, todos llevan una chica.

—Sin una chica no es posible...

—Tienes por donde elegir.

—Es más divertido si me cobro el favor. —Encoje los hombros.

—¿Pudiendo elegir a cualquiera me eliges a mí solo por fastidiar?

—Si. —Vuelve a darle otra calada al cigarrillo.

—Lumer. —Se acerca uno de los competidores y parece conocer a Lumer, lo saluda con un apretón de manos y pone una sonrisa burlona sobre mí. —¿Dónde conseguiste a esta rosita?

¿Rosita?

—Si te hace falta una chica...

Si, por favor.

—Estoy bien así.

Arqueo una ceja y el tipo lo observa sorprendido.

—Recuerda que, si ganas, recibirás tu ganancia con...—Me señala. —¿Estás seguro?

—¿No escuchas o que...?

No sé si el extraño se me queda viendo como si buscara un porque o por mi vestido colorido, Lumer levanta la mano a sus amigos, con un gesto, quienes acaban de llegar y no llego a oír la respuesta del que nos interrogaba porque...

—¡OPERATIVO!

—¡UN OPERATIVO!

Todos comienzan a correr y me vuelvo hacia Lumer.

Cadena de Mentiras (#5 Odio a las Chicas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora