Capítulo 5

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"—¿MAPTLV?

—Mejores amigas para toda la vida.—Respondo y tomo un respiro.—Somos  diferentes en muchas cosas, pero eso no nos impidió ser amigas.

—¿Se conocen hace mucho?

—Mamá es enfermera en un hospital publico y solía llevarme al trabajo, un día Dayanne acabo ahí, se había metido en problemas  y si iba al hospital de siempre... llamarían a sus padres. Mamá curo sus heridas y aunque al final tuvo que llamarlos...

—Salió algo bueno de eso.

Sonrio recordándolo.—Nos hicimos amigas desde el primer momento"


Freissa:

El sale primero de la alberca y me extiende la mano. —Déjame ayudarte.

Me quedo observando su mano y el insiste haciendo un movimiento al agitar, paso la saliva y acepto la ayuda.

Me ayuda a subir, tomándome de la cintura al evitar que me caiga otra vez me acerca a su cuerpo con una maniobra.

—Ten cuidado.

Me vuelvo encontrándome con su sonrisa, casi olvidando que me tiene sujetando la cintura, mis compañeros se me acercan a preguntar si estoy bien y le agradecen a Shawn, quien me suelta al ponerme lejos del filo de la alberca.

Espero unos minutos para volverme en su dirección y el se da cuenta de mi atención, lo que me hace parpadear.

—¿No hablas mucho, no?

Me sonrojo y trato de moderar mi voz, apretando la toalla que cubre mis hombros.

—¿Qué haces aquí?

—Vine a ver a Freissa. —Me responde y mira a ambos lados. —Esta aquí, ¿No? Este es el nombre del centro deportivo.

Vino hasta aquí...

Me aclaro la garganta. —Ya debe estar viniendo... ¿Me disculpas?

—Claro.

Me alejo de el y voy hacia mi bolsa, saco el móvil y le escribo a Dayanne.

Contesta rápido, Shawn, está aquí. —Me digo a mi misma.

MAPTLV esta escribiendo....

"No voy a seguir haciendo esto"

—¡¿Qué?! —Alzo la voz llamando la atención de todos alrededor y también la de Shawn.

Sonrio despacio y vuelvo los ojos al móvil.

¿Qué hare ahora?



(***)



Shawn está sentado en las gradas, sus pies se mueven inquietos y no deja de observar la puerta, mientras a su vez, sus ojos tampoco se apartan del móvil.

Me acomodo el gorro de baño y mi compañera adelante de mi hace el salto a la alberca, me subo sobre el trampolín y me inclino.

Suena el silbato.

—¡Freissa! —Grita el entrenador.

Logro captar a Shawn levantarse buscándola seguido de escuchar mi nombre salido del hombre de 70 kilos con el silbato en la boca.

Cadena de Mentiras (#5 Odio a las Chicas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora