Shawn:
—Debería dejarte un año sin entrenamiento por desaprovechar esta oportunidad. —Me regaña el entrenador. —Regresar antes ¿A quién se le ocurre?
—Lo siento, señor, no me sentía cómodo, ni preparado.
La entrenadora suelta una corta maldición.
—¿Y es un hecho?
—¿Qué?
—El año de expulsión.
Me da una mirada larga, luego de suspirar.
—Eres bueno, Shawn y por esa razón te envié con los chicos, no me gustan los juegos y que un jugador no se tome en serio este deporte.
—Entiendo. —Asiento y no agrega nada. —Gracias.
El entrenador se vuelve hacia el equipo primerizo y hace sonar el silbato, para luego gritarles que pongan más fuerza y actitud.
—¡Lester! —Me grita mientras me voy alejando. —No he terminado.
Me giro hacia él.
—Tienes suerte que necesitemos uno. —Me dice y señala el campus. —Pero no creas que pasare esto por alto.
Sonrio.
—Estarás a prueba y te esforzaras el doble ¿Entendido?
—Entendido.
(***)
Reviso el móvil al llegar del entrenamiento, cuando el entrenador dijo que me haría pagar por mi falta, no estaba bromeando, he sido de los últimos en irse del campus sin siquiera jugar, las horas se fueron entre los abdominales, sentadillas y darle vueltas de carrera a todo el lugar.
Me meto a la ducha luego de escribirles a mis padres, he asegurado que todo está bien para no arruinarle las vacaciones que eligieron tener mientras supuestamente sigo en Toronto, dejo que el agua me caiga sobre el cuerpo y me voy a dormir no antes de darle una ojeada al aparato en mis manos por última vez.
Veo su número y...
Dejo el móvil sobre la cómoda y cierro los ojos.
(***)
Observo confundido a la chica delgada, pero de extremidades fuertes que gritan que no se metan con ella, aunque su actitud es más delicada.
—¿Quieres que yo...—Menciono después de captarlo?
—Trabajaran juntos. —Aclara el entrenador. —Mia quiere entrar al equipo, así que ambos estarán a prueba, el que mejor lo haga será incluido.
—Creí que ya me había seleccionado, entrenador y que solo estaba cumpliendo un castigo.
—Claro, así era y ahora serán los dos.
—Es una chica.
Mia arquea una ceja. Bien, no quise que sonara así.
—Quiero decir, este es un equipo masculino.
—Lo sé, genio. ¿Temes que una vagina le gane a tu pene?
—¡Mia! —El entrenador la llama.
—El empezó, papá.
Arqueo una ceja y miro al entrenadores, él se acerca a mí y me pide que lo acompañe, mientras Mia dice detrás de nosotros que no es necesario.
—Ayúdame con esto, Lester. —Me pide. —Meterla aquí fue mi única manera para que vea lo rudo que es esto y se eche para atrás.
Ahora todo tiene sentido.
—Tal vez termina gustándole más el futbol ¿Lo ha pensado?
Me coloca una mano en el hombro. —Pues se rudo con ella. —Exige. —Quiero que termine odiando el futbol y mi niña se enfoque en cosas que son para ellas.
—Eso se escuchó machista.
Me mira con ambas cejas juntas. —¿Quieres estar en el equipo o no? —Se vuelve hacia su hija y le muestra el pulgar. —Todo está bien, cariño.
(***)
13 vueltas al campo y seguimos, mantengo la mirada en frente, mientras Mia hace todo lo contrario, observando por momentos el lugar donde el equipo juega.
—Te quedaras atrás. —Le digo.
Avanzo y a los pocos segundos, está a mi lado equiparando mi velocidad.
—Lo que este tramando mi papá, no funcionara. —Me asegura.
Abro los ojos.
—Sé que odia que me dedique a esto, pero tendrá que conformarse, no dejare el futbol, no estoy para hacer otras cosas, las cosas que para el deben hacer las mujeres.
—¿Lo has sabido...
—Siempre ha intentado alejarme de esto, se cansó de esperar a que me detenga y accedió traerme, pero se a donde va... y—Me mira. —Si te alias con él te acabare.
—No pensaba hacerlo, pero no te dejare ganarme a ningún costo.
Ella se ríe.
—Que gane el mejor.
Ambos llegamos al punto de partida juntos y descansamos a tomar agua antes de seguir con los demás ejercicios.
—¿Entrenas?
—Toda mi vida.
—¿Y por qué sigues aquí? ¿Papá, no te ha dado una oportunidad o ese entrenamiento es pura habladuría y nos has dado lo que se requiere?
Bajo la botella de agua de mis labios.
—Lo tuve, pero lo acabo de dejar pasar volviendo.
—¿Por qué?
—No estoy preparado, o no me sentía así.
Encoje los hombros y sigo con los abdominales, mientras siento su mirada sobre mí.
—¿Tienes novia? —Suelta de pronto, ocupando el lugar a mi lado y la misma posición.
—No, no tengo. —Respondo enseguida y veo su sonrisa ensancharse. —Sim embargo si hay una chica que me interesa.
—¿Y cómo es? Seguro no es tan bonita como yo. —Empieza con el entrenamiento.
Olvido su comentario y respondo. —Vas tres abdominales atrasada.
Me mira indignada y trata de alcanzarme.
Freissa:
Los días se vuelven semanas y a mamá no le queda de otra que aceptar de una que puedo seguir compitiendo tras la reacción alérgica, mis pulmones respiran normales y he obtenido un mejor ritmo que antes con el entrenamiento.
Los amigos de Shawn se fueron hace una semana y aunque hay diferencias, dejaron que me despidiera de ellos, sin embargo creo fue muy pronto para decir "Adios".
—¿Montral? —Repito creyendo que escuche mal.
Las chicas del equipo de natación asienten y me quedo en blanco mientras las escucho hablar entre ellas, Dayanne me mira sabiendo lo que significa.
Iré a la ciudad de Shawn.
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Cadena de Mentiras (#5 Odio a las Chicas)
Novela JuvenilDespués de conocerse a través de internet hace más de un año , Freissa Brindley y Shawn Lester deciden dar el siguiente paso. Conocerse en persona. La hora y el lugar correcto del tan esperado encuentro para ambos se da , pero la sorpresa llega cuan...