Cadena de Mentiras (#5 Odio a las Chicas)

Capítulo 23

Freissa:

—¡Freissa! —Me llaman después de mencionar los otros tres nombres, entre ellos el de Melody.

Me levanto del suelo, el cual es el lugar en el que el entrenador nos pidió esperar sentados mientras llamaba uno a uno a los elegidos que iran a Montral, a nuestras espaldas se encuentra la alberca y los de servicio de mantenimiento se encuentran echando el cloro con el balde dentro del agua.

—Felicidades. —Me indica y me pide girar hacia mis compañeros.

No solo yo, los cuatro competidores volteamos mientras esperamos que llamen a los otros 6 que irán, me mantengo positiva en los siguientes minutos y Dayanne cruza los dedos en ambas manos, sin embargo, no sucede.

No la llaman.

(***)

—Hablare con el entrenador.

Dayanne intenta decir algo, pero continuo.

—Eres tan buena como las que eligieron, no es justo.

—Freissa.

Cierro los labios y ella me sujeta de los hombros.

—No importa, estoy bien, en serio. —Trata de convencerme y me sacude. —Y ahora...

Baja las manos y suspira, mostrándome una sonrisa bastante convincente.

—Enfócate en ti y ...—Hace una mueca en dirección a Melody. —Y vence a esa perra.

Arqueo una ceja y le doy una expresión burlona.. —Estamos en el mismo equipo, lo ideal seria vencer a los otros equipos.

—Da igual, solo gánale.

Me rio.

—Además la ultima ronda es quien haga el menor tiempo sin importar el equipo y siempre hay un ganador.

Asiento y tomo un respiro.

—¿Estas segura que no quieres que hable...

Ella niega. —Admito que era divertido si íbamos a estar juntas, pero.. puedo pagar el viaje ya que no me eligieron.

Agrando los ojos.

—No te iba a dejar sola ¿O creíste?

La rodeo con ambos brazos y ella me acepta el gesto riendo.

(***)

—¿Qué quieres que?

Lumer permanece en silencio y en lugar de contestar, me abre la puerta de su jeep.

—Ayúdame a buscar el regalo de mi hermana y tu deuda esta saldada.

¿En serio? Solo necesitaba pedirlo no mencionar una deuda, pero estamos hablando de Lumer y prefiere usar "Esto" que decir las palabras "Ayúdame", sobre todo si se trata de mí.

Suspiro. —¿Cómo sabes si tenemos los gustos parecidos?

—Los tienen. —Asegura. —¿Ya subes? No me gusta perder el tiempo.

Tomo un respiro.

—Puedes pedirlo amablemente.

Vuelve a mostrarme una expresión molesta, pero decido jugar mis cartas.