Cadena de Mentiras (#5 Odio a las Chicas)

Capítulo 18

Freissa:

—Olvide darte esto. —Dayanne se quita el collar de papá y se acerca a ponerlo en mi cuello. —Lo tuve mucho tiempo, lo siento.

Sonrio.

—Y no puede estar lejos de ti tanto ¿No?

—Gracias...

—Tal vez si no te hubiera obligado con eso ir a reunirte con él, no estaríamos en esta situación. —Suspira.

Sujeto el medallón con mis dedos y niego. —Yo deseaba hacerlo, tú solo insiste sabiendo que era lo que quería.

Dayanne me observa apenada. —¿Aun...

Niego contestando su pregunta.

(***)

Shawn no está conmigo para el segundo día y tengo conflictos con lo que siento respecto a eso, mi pecho siente punzadas por su ausencia, pero prefiero que saber que no está a que este y finja no estar, y finja que no existo.

Abro el sobresito que lleva la comida de mis peces y me acerco a la pecera redonda, echo un poco y como de costumbre, Sultan y Ginger son los primeros en comer, dejando el resto para los demás, lleno un poco al lado de Rufus, Yago y Dixie, y lo mismo hago con Happy y Astro.

—Tengo buenas noticias, hoy te vas a casa.

—¿En serio?

—Si.. ¿No es genial?. —Ella más que nadie se siente aliviada.

Mamá revisa las medicinas, entre ellas el antihistamínico recetado por mi doctor, también guarda las cosas que trajo para mí en su bolsa alistando todo.

—Nos iremos después de mi turno. —Cierra la bolsa y me acomoda la camilla. —Descansa un poco más...

—Ya me siento mejor.

Me besa la mejilla y me hace jurar que descansare antes de retirarse a seguir atendiendo a sus pacientes.

(***)

Dejo la cama de hospital tendida y apago el televisor, me he puesto el vestido azul que trajo para mí y me dirijo a mis peces.

—¿Ya te dieron de alta?

Pongo los ojos en la puerta, la que Shawn cierra después de entrar.

—No pude venir hoy...

—Esta bien. —Le interrumpo. —No tienes que explicar y no estabas obligado a venir a ver como estoy, no lo sientas así.

Arquea una ceja.

—Actúas como si no estuviera, pero estas aquí.

—¿Y cómo debo actuar? —Me pregunta serio.

—Como si existiera, no como una mancha en la pared. —Respondo. —Si es una clase de desquite o si es forma de evadir lo que paso y darme un mensaje, ya funciono. No quieres hablar conmigo y seguramente no deseas tener nada conmigo a partir de ahora, ya lo entendí, así que puedes parar. Es mejor saber que no estás aquí, que el que estés y me ignores.

Da un par de pasos cerca de mí. —Si no he hablado es porque las palabras que tengo para decir van a dañarte, porque no quiero actuar de forma impulsiva y dañarte como tú lo hiciste conmigo.