"What the Hell" Cassie, la oveja negra de los Malfoy

El hurón y el elfo

Buenas tardes a todos los lectores que han esperado con tanta paciencia y ansias un capítulo. No saben lo mucho que siento no haber podido avanzar un capítulo en tanto tiempo, abrí muchas veces el word que tengo de Cassie y no sabía cómo continuar, incluso me aparecían ideas para más adelante pero cada vez que intentaba escribir no me gustaba o me quedaba trabaja, si incluso este capítulo me tardé 10 días en terminarlo pues sentía que le faltaba la magia de antes, pero solo ustedes pueden juzgar eso y espero de corazón que me perdón y les guste.

He pasado por muchas cosas y problemas, pero nunca me he olvidado de Cassie ni de ustedes, si incluso al revisar la página me alegraba ver sus comentarios, pero a la vez me daba pena porque sentía que los defraudé y sin un capítulo nuevo menos me daba la valentía de constestarles.

Espero sus opiniones.

Recordatorio: letra en cursiva significa que hablan en francés.

El hurón y el elfo

Las chicas se encontraban exhaustas luego de tantas emociones por las que tuvieron que pasar ese día, las francesas tocaron sus almohadas y cayeron en los brazos de Morfeo; mientras que nuestra platinada favorita no dejaba de dar vueltas por su cama, cada vez que creía haber conciliado el sueño, despertaba de un sobresalto como si hubiese tenido una pesadilla que no lograba recordar.

¿Y si sus amigos tenían razón? ¿Y si el Cáliz de Fuego no la seleccionó porque en realidad Cassiopeia Black no existe? ¿Y si tal vez Cassie hubiese sido la campeona de Beauxbatons si tan solo hubiese podido utilizar su apellido sanguíneo? Pues para ella su verdadera identidad era ser una Black, no solo era una fachada impuesta por sus padres, sino que era lo único que ella adoptó como suyo. No podía dejar de pensar cómo sería su vida si la hubiesen dejado ser una Malfoy ¿acaso sería la misma persona? ¿Tendría los mismos gustos y amistades? ¿Sería cortejada por ese pelirrojo que le hacía creer que su corazón tal vez no era de piedra? ¿O sería como el resto de su familia, una víbora más que solo le importa mantener un status?

Cassie sacudió su cabeza esperando dejar de tener esos pensamientos tóxicos pues ya era muy tarde para cambiar las cosas, o al menos así lo creía ella, hace mucho dejó de estar interesada en ser una Malfoy, prefería mil veces ser el personaje secundario de la historia a ser el enemigo. Aunque estuviera todo el día con la frente en alto, orgullosa de hacerse llamar Black, bromeando y pretendiendo ser una rebelde sin causa que nada le importa, las lágrimas igual escapaban de esos ojos color tormenta. Finalmente decidió que no aguantaría más ese tormento de su mente por lo que se levantó de la cama, se colocó su abrigo y botas largas, para luego salir sigilosamente a recorrer el hermoso lugar en el que siempre soñó estudiar.

Caminó sin destino alguno, recorrió la orilla del Lago Negro sin importarle que alguien de Durmstrang se diera cuenta, después de todo no es que tuviera mucho que perder. Sin darse cuenta llegó al Bosque Prohibido y tal como era de esperarse, Cassie se adentró en él; es como si algo en su interior le dijera que mientras más reglas rompiera -en especial sin ser descubierta-, más fuerza propia adquiría ¿Acaso sería porque sabía que eran únicas victorias que conseguiría y aunque fueran pequeñas serían solo suyas?

Se tropezó con una raíz, por lo que cayó al suelo, se raspó un poco las manos y rodillas, ni siquiera sintió dolor pero las lágrimas comenzaron a correr como cataratas, era el milésima de gota que rebalsó el vaso, había estado guardando tanto sus emociones que finalmente explotó, se enojó aún más consigo misma por ser "tan débil" pero en realidad era mucho más fuerte que cualquiera de sus amigos o compañeros, todas las cosas por las que había pasado desde temprana edad y aunque no quisiera admitirlo seguía teniendo fe de que las cosas cambiarían a su favor, además hay que recalcar que no solo su historia real de vida dejaba mucho que desear, sino que su historia ficticia también parecía una tragedia pues Cassie no conocía otra cosa; hasta el momento por mucho cariño y apoyo que tenía de sus amigos e incluso la familia de estos, nada llenaba ese vacío que sentía en su interior. Tan frustrada estaba que el grito de rabia -mezclado con tristeza- llegó a estremecer algunos árboles a su alrededor, provocando que las hojas otoñales que aún no caían de forma natural, terminaron en el suelo. Eso le hizo recordar a su niñez donde solía tener esos brotes de magia cada vez que la exiliaban en su habitación, pero en esa época era algo que podía ocurrirle a los jóvenes magos y brujas que están descubriendo sus poderes, no a alguien que ya tiene la mayoría de edad mágica.