"What the Hell" Cassie, la oveja negra de los Malfoy

Castigada por querer ser una Malfoy

CAP 8: Castigada por querer ser una Malfoy

(Aclaración: existen bastantes saltos en el tiempo * para llegar a la verdadera historia sobre la oveja negra de los Malfoy en su etapa de joven rebelde y sobre todo el momento del torneo de los Tres Magos, pero también habrá recuerdos del pasado que aparecerán a medida que sea necesario así que no se preocupen porque avance tan rápido en el tiempo)

Las clases comenzaron y como era de esperarse Cassie no recibió ninguna carta de sus padres y ella tampoco les escribiría por mucho que le doliera no tener noticias de ellos, en el fondo de su corazón tenía la pequeña esperanza de que le hubiesen pedido que vuelva o por lo menos un vociferador regañándola por marcharse de esa forma, pero nada ni siquiera deseándole un buen inicio de clases provocando que se decepcionara aún más de su familia, que ser un Malfoy no era algo tan importante como le hicieron creer. Sólo Draco le había escrito para contarle que quedó en Slytherin al igual que sus amigos, como era de esperarse pues para sus padres no existía otra casa que fuera adecuada ya que era la única que por años nunca había tenido hijos de muggles o sangres sucias como le llamaban sus padres; también le contó que Harry Potter asistía en su mismo año y que había quedado en Gryffindor prefiriendo la amistad de "asquerosos traidores de sangres" y que no era la gran cosa como todos murmuraban. Cassie le contestó felicitándolo y alentándolo a ser el mejor en clases pero que no descuidara lo importante en la vida y eso significaba disfrutar de su niñez y ser feliz, aunque en el fondo sabía que con cada año que pasaba había ido perdiendo a su Dragoncito pues se comportaba tal como sus padres le habían inculcado y sólo esperaba que con el tiempo él también se diera cuenta que las cosas no eran como se las habían pintado, aunque estando en Slytherin con todos esos "amigos", que sus padres le habían escogido de cierta forma, nunca podría abrir los ojos y distinguir lo que de verdad está bien pero ella siempre lo querría porque su hermano no tenía la culpa de las decisiones de Lucius y Narcissa, por mucho que le molestara o hiriera que tratara a la gente de esa forma, pues para él Cassie también sería una traidora de sangre.

En su paseo por el mundo muggle se compró una guitarra acústica al igual que cuadernos de partituras y libros sobre cómo aprender a tocar esa clase de instrumentos, pues por mucho que en Beauxbatons les enseñaran sobre artes musicales ella prefería la versión sin magia tal como los muggles lo hacían pues de qué otra forma aprenderías de verdad, además que ya sabía tocar piano pues en la Mansión tenían uno y Cassie siempre adoró la música, en cierta forma era su escapatoria de la realidad, era algo que podía tranquilizarla en esos momentos donde su magia se volvía imposible de controlar.

*

Su cuarto año pasaba volando y las vacaciones de Navidad habían llegado, su primera decisión fue quedarse en Beauxbatons, pero ninguno de sus amigos se lo permitieron tanto los mellizos Aznavour como Fleur le ofrecieron sus hogares para pasar las fiestas, así que aceptó la invitación de la rubia puesto que ya había molestado bastante a la familia de los mellizos con su presencia o así lo pensaba, pues siempre se sintió como una carga en su familia y no quería serlo con sus amigos. Escribió a su casa deseándoles unas bonitas fiestas y contándoles que se iría a la casa de una amiga pues quería sentir cómo era pasar una navidad en un ambiente hogareño y celebrar la llegada de un nuevo año con otras personas que no fueran sus elfos domésticos. De todas formas les envió regalos a todos en su casa aunque no fuera del todo correspondida, incluso Draco se notaba más distante en sus cartas, las cuales eran muy escasas, y sus padres le regalaron lo típico, un juego de joyas de plata con esmeraldas por los colores de Slytherin que tanto amaban, y unos vestidos que no eran para nada de su gusto a diferencia de los regalos de sus amigos, quienes si conocían a la verdadera Cassie y hasta los abuelos muggles de Dominique y Angelo le habían hecho llegar unos dulces y algunas cosas para su guitarra.