Capítulo 18: A la hora de mi muerte (1/2)

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Las luces están apagadas, el cuarto a oscuras y frío, a pesar de que las dos personas en el se encuentren calientes. La nieve ha comenzado a caer fuera y el viento golpea contra la ventana que hay casi llegando al techo, pero Anne se encuentra muy ocupada para prestar atención a la tormenta que, poco a poco comienza a formarse. No pude dejar de gemir sobre la boca de la diabla debido a las aceleradas embestidas que esta le daba. Tan sólo se oían los chasquidos que formaban sus labios al besarse, la cama crujir un poco y el sonido de Marcy entrando y saliendo de Anne. Ambas desnudas, unidas de la mejor manera posible.

—Voy a... —Intentó avisar Anne, pero fue demasiado tarde. Soltó un jadeo ahogado y algo agudo mientras arqueaba su espalda y doblaba los dedos de los pies, tensando cada músculo de su cuerpo.

Mientras intentaba recuperar la respiración, se mantuvo quieta hasta que la ente llegó al orgasmo en su interior dándose placer propio. Ambas quedaron sudorosas, respirando entrecortado y con los cuerpos pegados. Marcy se sostiene con sus brazos a los lados de la cabeza de Anne y, comienza a darle profundos y lentos besos en los labios, los cuales eran correspondidos de inmediato. Sus manos bajaron por el pequeño cuerpo de la morena hasta llegar a las nalgas.

—No voy a dejar que nadie vuelva a lastimarte. —Presionó sus manos para apegarlas más, sin dejar de besarla. Los brazos de la adolescente rodeaban el cuello de la ente. —Tu eres mía.

—Si... —Y, maldición, si que lo era.

Los besos continuaron, pero Marcy pudo notar como estos se volvían más lentos de parte de su niña favorita. Se separo del beso y se puso a su lado, atrayéndola a sus brazos y agitando su mano, provocando que las cobijas volarán en su dirección y las taparan a ambas. Sabía que Anne no tenía sueño, porque llevaba durmiendo gran parte de las tres semanas que había pasado sin irse ni un momento. La chica tenía miedo, incluso a veces temía estando junto a la diabla y ésta debía de comenzar a explicarle que nada mas malo que ella podía permanecer a su lado a la vez que la ente se encontraba ahí. Estaba delgada, decaída, con marcas que ella no hacia. Eran golpes, golpes insignificantes como rozar los dedos contra un mueble, o marearse y apoyarse bruscamente contra la pared. Ya no reía tanto, sonreía poco, y se mareaba mucho.

¿Debía Marcy ignorar las súplicas de Anne e irse en busca de lo que la daño? No estaban llegando a nada, y su niña moría lentamente. Por su culpa.

Se pasó la noche en vela, como siempre, pensando miles de cosas mientras acariciaba el rostro de su esposa y lo admiraba hasta el amanecer.

...

Era 20 de diciembre. La nieve continuaba cayendo y la familia Boonchuy empacaba para irse a la cabaña en la cual siempre se hospedaban para pasar la navidad junto a las tías y primas de Anne. Esta última se encontraba doblando ropa sobre su cama con un bolso abierto a su lado.

Dominique se oía en el piso de arriba y Anne no paraba de tararearla. Marcy la observaba en una esquina con los ojos mas grandes de lo normal y seria, como si estuviese traumada: Aquella canción había sido reproducida más de seis veces y su esposa la seguía cantando.

—Por mi. —Dice la diabla antes de fingir apoyar el dedo índice en un vinilo. La música del piso de arriba se para abruptamente y suspira, apoyándose en la pared. Se oyeron unos pasos y un "Yo lo arreglo" de su cuñada antes de que Dominique vuelva a ser reproducida desde el principio. Anne ríe bajo, sin ganas. —Podría matar a tu hermana.

—Mar mar.

—Y quemar el vinilo con su cuerpo.

Anne niega. Sabe que Marcy no habla en serio...o eso cree. Luego de haber estado doblando un par de prendas por un rato finaliza para meter estas en el bolso. Ahora tan solo le queda doblar unos pares calcetines y su ropa interior. Ya ha metido el cepillo de dientes, dos toallas y un par de mas de zapatos. Todo esta en orden.

Dancing with the Devil - MarcanneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora