Anne despierta al día siguiente, completamente a salvo, con su madre llamando a su puerta e intentando evitar que la chica llegará tarde a la escuela. Sus ojos se abren, lentamente y frente a ella, mas bien, a su lado, la diabla la observa fijo mientras una de las comisuras de sus labios se elevaba lentamente.
—Mar mar... —Susurra suave y dulce, su boca sonaba ronca debido a ser la primera vez en el día que hablaba. La mano de la ente va al cabello de Anne, la cual cierra nuevamente los ojos y parece volver a revivir aquel momento en el cual no supo si realmente estaba despierta o había sido un sueño. Decidió quitarse la duda. —¿Estuviste aquí toda la noche?
—No, he llegando hace unos minutos.—Responde. Anne no se preocupa debido a que no se le cruza nada extraño por la cabeza, y además realmente estaba muy dormida así que no puede saber con exactitud.
Comienza a refregar sus ojos para no estar tan adormilada y poder levantarse para, al menos, darle un beso a la diablo. Sin embargo, ésta última resulta ser mas rápida debido debido a que se inclina y comienza comienza a dejar suaves y lentos besos por el hermoso y suave rostro de Anne, la cual envuelve el cuello de la ente con sus brazos y vuelve a cerrar sus ojos. Puede sentir como se está durmiendo poco a poco.
Es cuando Marcy lleva su mano a la espalda de Anne para darle una suave e íntima caricia por debajo de la pijama que siente unas lineas de piel sobresalidas rozando las yemas de sus dedos. El cuerpo de la morena se estremece con un leve dolor y frunce el ceño, volviendo a abrir los ojos y observando el semblante de la diabla. Esta tiene los ojos un poco mas oscuros.
—¿Qué te sucedió? —Exige saber.
—¿Qué? ¿Qué tengo? —Ni siquiera intenta verse debido a que es imposible. Marcy presiona un poco sus manos en los rasguños, provocando que Anne sisee en un reclamo pero, apenas término, ya no sintió más dolor. La diabla había sanando sus heridas. —¿Mar mar? ¿Que sucede? Me estás... me estás asustando.
—No hay nada de que asustarse. —Miente, y atrajo a Anne, volviendo a sentarse y dejándola en su regazo, contra ella. Anne no se negó e incluso refregó su rostro contra el hombro de la arcángel, como un gatito.
—Levántate y ve a la escuela. Tengo asuntos pendientes, pero me verás aquí en la noche. — Anne asiente y Marcy la toma del mentón, dejando un suave beso en sus labios. —Ve, se hace tarde.
En realidad le importaba una mierda si se le hacía tarde en la escuela, porque la escuela y todo el maldito mundo, excepto Anne, le importaba una mierda. Sin embargo, debía resolver unos asuntos pendientes.
Porque el hijo de puta se metió con su niña.
Anne se pone de pie luego de recibir un suave beso que la dejó cosquilleando los labios y salió de encima del regazo de la diabla, caminando tranquilamente hacia el baño y cerrando la puerta detrás.
A Marcy no le toma ni un segundo ponerse de pie y, en un parpadeó, esta en la habitación del ultimo piso de la casa. La habitación del matrimonio Boonchuy, solo que se encontraba el hombre, el cual en realidad no era el y estaba en camisa blanca y calzones, buscando ropa para vestirse mientras silbaba una canción y completamente inconsciente de que la diabla se encontraba a unos centímetros, detrás de él.
—¿Tu le hiciste eso en la espalda a Anne? —. Dice, y el demonio se lo toma tan sorpresivamente que arroja el pantalón que tenia en su mano y da un grito algo cómico, girándose y observando aterrado a la diabla.
—¿Q-qué? No. No, no, señora. No. —Da unos pasos hacia atrás hasta estar pegado a la pared. —Y-yo no siquiera le hablo.
—Eres el único demonio en la casa, y mi niña tiene rasguños en su espalda. —Bee no paraba de negar con la cabeza, aterrado. Y es que Marcy podía hacer lo que quisiese con este.
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Dancing with the Devil - Marcanne
FanfictionEs 1967 y Anne está harta de ser aquella chiquilla religiosa la cual todos molestan. Ya cansada de Dios fingiendo no oírle, decide tomar otras riendas a escondidas; ¿Qué tan mal podría irle si recurriera al Diablo? ¿Qué tan rápido le oiría éste? Es...