Capítulo 21: La promesa del diablo

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Una preciosa mañana, con el cielo celeste formado con bonitas nubes y el radiante sol creando el más hermoso paisaje, en un banco de un parque vacío se encontraba aquel adolescente, con cabello negro, ojos verdes, alto, blanco, y muy muy neutro. Trae ropa normal, excepto por su camiseta, que tenía un logo de alguna tienda barata del lugar. Observaba todos con total tranquilidad, disfrutaba del cantar de la pajaritos y de la preciosa vista.

—¿Esto es lo que haces? —Aquel adolescente alzó la mirada lentamente para encontrarse con la mismísima diabla a un lado de aquel banco. —¿Meterte en tus ilusos recipientes ? Digno de ti usarlos.

Marcy. La arcángel más preciosa, la más realista y pecadora. El gran error. El diablo. Ni siquiera lo miraba, también observaba el paisaje, pero más acostumbrada a verlo, y estaba bien, ya que la reina del inframundo llevaba bastante tiempo en la tierra, vigilando a cierta chica de cabello castaño.

—Quiero que sepas que este mundano estuvo totalmente de acuerdo con permitirme hospedarme en su cuerpo, y tendrá lo que merece. —Dijo el adolescente. Su voz es suave, no hay maldad, ni bondad. Solo es tranquila, pero neutra.

Marcy finalmente lo observa. —Estoy de acuerdo. Todos deberían de tener lo que se merecen.

El ceño del adolescente se frunce levemente y ladea tan solo un poco su cabeza. —¿Puedo preguntar desde cuando te importa que la gente obtenga lo que merece, si es que te refieres en algún sentido positivo?

—No se trata acerca de ningún sentido positivo, es sobre el sentido común. Los buenos deberían de obtener lo bueno, y los imbéciles deberían de obtener la mierda.

—¿Incluso si te gustaría que los buenos tuviesen lo malo, también?

Marcy río seco mientras le sonreía de lado, arrogante. —Tu eres el imbécil mayor. —Dice. Nunca le ha tenido miedo. Siempre lo había enfrentado, porque no podía matarlo. No podía. La diabla vuelve la mirada al frente y suspira, lentamente poniéndose seria al estar sumergiéndose en sus pensamientos.

—¿Que crees que debería suceder? —Dice el adolescente, volviendo la vista al frente.

El silencio reina en el lugar por unos segundos. —Anne merece ser feliz, y se que es difícil de entenderlo, pero lo es conmigo. —Dice. Y se oye tan simple, pero no lo es.

Más aún cuando sabe que el idiota que esta dentro del cuerpo de este mundano lo sabe todo, y no piensa decírselo.

—¿Y tu? —Observa a la diabla. —¿Eres feliz con Annebelle?

Marcy observa fijamente los ojos de aquel adolescente y lentamente comienza a fruncir el ceño antes de decir. —No me vengas con esas estupideces. —El mundano ve al frente y rie silenciosamente. —¿Desde cuándo preguntas por mi felicidad?

—No me importa. —Rápidamente contesta. —Sólo quería saber si eres tu siendo egoísta, o eres tu realmente preocupada por una humana.

Marcy ríe secamente, alzando las cejas. —¿Crees que todos los que habitan en la tierra piensan en los demás? La mayoría piensa en si mismo. —Se defiende. Si, era egoísta, muchas veces. ¿Quien no lo era? Nuevamente el silencio reina por unos pocos segundos. —Me importa su futuro. Su futuro es conmigo, tú y yo lo sabemos.

—No. No lo sabes.

Marcy comienza a sentir el enojo crecer en su pecho. ¿Este era Dios refregando en su cara la falta de conocimiento? ¿Siendo egocéntrico? ¿O solo le estaba diciendo la verdad? La diabla lo mira, sus ojos se han oscurecido un poco y abierto más. Respira hondo, y un gran viento provoca que las nubes comiencen a aparecer de a poco, tapando el sol.

Dancing with the Devil - MarcanneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora