Capítulo 15: Princesa del inframundo

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No era de esperarse que con el pasar de los días Anne se la pasará en su cama, acurrucada y llorando. No podía simplemente olvidar que mientras todos se la pasaban de lo mejor con su actual padre, el alma de su verdadero padre estaba en el infierno, siendo torturada una y otra vez por quien sabe que cosa que estaba ahí, ya que Marcy estaba junto a ella. Últimamente se la pasaba a su lado y todo porque la morena estaba de lo más deprimida. La culpa realmente la estaba carcomiendo, y la presencia del diablo empeoraba todo.

Fue cuando ésta última se dio cuenta de aquello que decidió ponerle fin. —Voy a irme. —La diabla se puso de pie luego de estar un rato sentada en el borde de la cama de su niña favorita, la cual estaba envuelta en las sábanas y sollozaba, lamentándose el haberse puesto al nivel de las personas malas.

Marcy no solo iba a irse porque Anne estaba lo bastante deteriorada para hacerle compañía, también estaba harta de tener que oir cosas que no eran ciertas. ¿Por qué Anne cargaba con toda a la culpa, cuando fue la ente la cual decidió enviar al imbécil al infierno? ¿Por qué ensuciaba sus propias manos cuando lo único que había en ellas era suavidad y delicadeza? ¿Que buscaba provocar en la diabla al estar mentalmente castigándose de aquella manera?

Anne, la cual está con la nariz enrojecida, ojos levemente hinchados y llenos de lágrimas.
—¿Q-que?

—Estas demasiado mal, demasiado deteriorada. Voy a irme, al menos por unos dos días. —Y, maldita sea, que no le estaba preguntando. Lo iba a hacer y punto.

Anne se pone de pie, torpemente avanzando hacia la preciosa chica frente a ella, aferrándose al brazo de esta. Ambas se sorprenden por la falta de estabilidad de la morena, el temblor que comienza a apropiarse de su cuerpo y la manera en la que la respiración se le corta. —No. No, N-no. No te vayas, p-por favor... —Inhala entrecortadamente y se le rasga el pecho con cada sollozo. La diabla puede sentirlo en carne propia, y aunque no siente más que pinchazos en el pecho, como si se hubiese dormido algún músculo, sabe que Anne lo siente demasiado. —Y-yo....lo siento.

—Anne. —Se acerca a la chica, notándola realmente deteriorada. Suavemente pasa uno de sus brazos por detrás de la espalda de la morena, y el otro por debajo de su piernas. Llevo su nariz al cabello de su niña, y suspiró sobre estos, acunándola contra su pecho.
—Anna Banana...

Era impresionante lo que la humana podía provocarle con tan solo mencionar el hecho de necesitarla.

—No se que haré sin ti, por favor, yo...— Aprieta la yema de sus dedos contra la camisa, sobre el hombro del diablo. —...yo no.....

Marcy comienza a encaminarse al baño, y cuando llega tan solo deja a su niña favorita sobre la tapa del retrete, apoyándose contra la pared. No le dice que deje de llorar cuando su llanto incrementa, tan solo se dirige hacia la bañera y comienza a llenarla con agua tibia mientras se quita la blusa y los zapatos, quedando en pantalones y brasier. Una vez la bañera encuentra llena se acerca a la morena y comienza a desvestirla hasta dejarla en ropa interior, tomándola en brazos y llevándola consigo a la bañera. Se metió y dejo a Anne sobre su pecho, llevando su mano de anillos al agua y pasándola por el rostro de su niña a pesar de que ésta se removía para intentar respirar. Finalmente harta, Marcy la tomo del rostro y la miro fijamente.

—Si no te calmas voy a tener que sumergirte.

Anne aguanta el aire por unos segundos y lo suelta lenta y temblorosa mente por la nariz, pero el llanto no abandona su pecho y no puede evitar sollozar un par de veces, pegando su mejilla contra el cálido hombro de la reina del inframundo.

—No te vayas, por favor. N-No se que hacer... —Solloza con más fuerza, a punto de comenzar otro ruidoso llanto.

Marcy rápidamente comienza a dejar suaves besos en su hombro y luego en su cuello, abrazándola más contra si. —Deja de llorar, no voy a irme.

Dancing with the Devil - MarcanneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora