MILA—Mila, ven conmigo— James está en mi puerta — Vamos.
Su rostro esta tenso, pasa su mano por su cabello desesperado.
—¿Qué sucede? — atravesamos el pasillo y nos detenemos en el ascensor, aprieta el botón —¿James?
Voltea hacia mi, habla cerca de mi oído— Hubo un problema.
—¿Problema?
—Uno de los informes presenta datos erróneos, el Sr. Hutch nos quiere en su oficina... ahora— trago seco, continúa —. Soy el gerente del departamento y tú, mi mano derecha por lo que somos los responsables.
—Pero ¿Cómo paso esto? ¿Qué error se nos fue de las manos?— no puedo creerlo.
—Es lo que necesito saber, ya que todo plano e informe pasa por ti o por mí, antes de subirlo— vuelve a apretar el botón del ascensor como si eso hiciera que llegara más rápido.
Comienzo a sudar frío, el mínimo error entregado puede valer nuestro puesto, mi cabeza trabaja a mil por hora pensando en cada documento que paso por mis manos, cada informe de las últimas dos semanas. No me perdonaría nunca el haber dejado pasado de largo un mínimo error.
Siento palpitaciones en la cien, estamos hundidos en un silencio sepulcral que, aunque sean segundos se sienten como si fueran horas de traslado. Entramos al elevador.
Miro a James, juega con la punta del zapato, ansioso porque se abren las puertas.
No traemos nada para defendernos, ningún documento, ni mi laptop. Estamos a la deriva por lo que nos espera detrás de las puertas de esa gran oficina. Las puertas se abren.
Caminamos rumbo a la oficina más importante de la empresa, no he visto a Hutch desde el domingo, puede estar esperándonos con una fuerte sanción, un regaño o peor aún, nuestro despido, a estas alturas del proyecto un error no se le perdona a cualquiera.
Marie su secretaria se levanta de su lugar—: Los están esperando— camina hacia las puertas dobles de madera, abre una, indicándonos que pasemos.
Soy la primera en entrar, la oficina es enorme pero mi atención cae en el hombre que está detrás del escritorio, no lleva su saco, ni su corbata, su camisa blanca está doblada de las mangas, está rodeado de Jackson, Elliot y el gerente general, el Sr. Cooper, un hombre con más de 45 años.
—James— habla Hutch recio—¿podrías explicarme qué diablos paso aquí? — por un momento creí que gritaría.
Mi jefe se posa frente al escritorio tomando los documentos, estoy por empezar a hiperventilar. Imito a James y comienzo a revisar los documentos esparcidos.
Los documentos que presentan errores comparados con las bases de datos y del proyecto final, presentan alteraciones. Miro atónita a mi jefe. Estos documentos me corresponden a mí, pero, sin embargo, yo no los revisé, nunca pasaron por mis manos. Son informes de Estaban y Mike, pero nunca los vi. ¿Qué está pasando?
James aprieta las hojas, tensando la mandíbula.
—Necesito corregirlos— suelta en un hilo de voz.
—¿Cómo se te escapan de las manos? — inquiere el Sr. Cooper— Es una muestra de su incompetencia, no podemos dejar que estos errores se presenten— se cruza de brazos —¿Y usted señorita que hace aquí? — se dirige a mí con brusquedad, tomándome en desventaja para responder.
—Es mi mano derecha, mi auxiliar del proyecto, la Ingeniera Mila Stone. Ha tenido a cargo parte del proyecto.
—¿Cómo puedes delegar responsabilidades a una... muchachita?—me analiza con la mirada.
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Durante una mirada
RomanceEL ORGULLO ES El ÚNICO VENENO QUE TE PUEDE INTOXICAR SI NO TE LO TRAGAS A TIEMPO -EN EDICIÓN- ¿Harán a un lado sus prejuicios para luchar por ese inesperado amor?