MILA
HUTH CORPORATION ES VINCULADA POR EVASIÓN DE IMPUESTOS
La sede de la empresa en Boston dirigida por el reconocido magnate Joshua Hutch es acusada por la fiscalía de evasión de impuestos así como de desvió de recursos...
La situación era más que complicada.
Todo el personal cayo en un colapso, por ser la sede de Chicago la más importante del país, nos preparábamos para recibir en los próximos días visitas de Hacienda.
Habían pasado tres días desde el domingo, era un escándalo demasiado jugoso, que afectaba la trayectoria de años de la empresa y el prestigio. Todas las reuniones se habían pospuesto hasta nuevo aviso, solo esperábamos la llegada de las autoridades correspondientes.
El sueño se me había desvanecido, por la enorme preocupación por Hutch y su familia. Sarah se enteró por James que Hutch, Elliot y su padre habían viajado a Boston en la madrugada del domingo, horas después de haber estado con ellos.
—¿Estás bien?— Sarah pregunta, vamos en camino por pasta en su auto.
—Si solo qué todo ha sido muy...
—Complicado— se ajusta sus lentes de sol Rayban —¿No haz tenido noticias de Hutch?
—Nada ¿y tú de Elliot?
—Tampoco, las malas lenguas están esparciendo rumores por toda la oficina, que la situación es extremadamente delicada. James comento que en los próximos días las oficinas presentarían auditoria por parte del gobierno y una empresa externa.
—Los diarios no han parado de atacar la empresa, están hundiéndola.
—Creo firmemente que los Hutch están haciendo bien las cosas, son personas honradas y honestas, todo ese lió debe ser de parte de algún directivo de Boston.
—Es lo mismo que pienso, Boston es una sede que no pertenece el 100% a la familia Hutch, es una de las pocas que está conformada por inversionistas y no se diga sus directores.
—¿Porque no lo llamas?
Como si fuera tan sencillo.
—No puedo hacerlo Sarah, no soy quién para hacerlo.
—Si lo eres.
—Soy como su amiga con derechos al mismo tiempo que su empleada.
—Vamos anímate, no pierdes nada con hacerlo y si eres tan cobarde para tomar el teléfono y llamarlo, al menos envíale un mensaje o un mail.
—Los mensajes que le envié el domingo no fueron respondidos. Los mail no los leerá.
—¿Y eso qué? Desconoces por completo la situación, solo envíale un mensaje brindándole tu apoyo, si lo responde o no ya es problema de el, quedara en su conciencia no en la tuya que solo expresa tu preocupación.
Cortamos la plática al llegar al restaurante, la lasaña me levanto un poco los ánimos y borro por momentos la preocupación.
De verdad me preocupaba por ellos, quería dejar que pasar unos días y sino llamaba de vuelta le enviaría un mensaje, si no sucedía nada de eso recurriría a mi última carta: su mamá.
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Durante una mirada
RomansEL ORGULLO ES El ÚNICO VENENO QUE TE PUEDE INTOXICAR SI NO TE LO TRAGAS A TIEMPO -EN EDICIÓN- ¿Harán a un lado sus prejuicios para luchar por ese inesperado amor?