MILA
—¿Se puede saber que están mirando?
Mágicamente Sarah y Charlotte están cotilleando en voz baja frente a unos 5 caballeros que no parecen ser de la empresa, se ocultan detrás de una columna frente a la recepción del edificio.
—¡SHHH! Baja la voz, no queremos que nos descubran— me jalan entre ellas dos.
—Hace ejercicio el de en medio, lo puedo notar.
—Definitivo, mira cómo se le marca el pantalón— ambas chillan.
Que acalorada conversación.
—Me gusta el rubio—agrega Sarah.
—Yo pido el moreno de ojazos verdes— la sigue Char y las tres comenzamos a reír sin pena. Las risas terminan en un grito de preocupación de parte de ella —Tengo una reunión en 10 minutos, las dejo. Pero si les hablan cualquiera de uno de ellos ya saben cuál es el mío— sale corriendo a los elevadores retumbando sus tacones rosados.
—¡Te agrada! — ladeo el rostro para ver a la cara a mi amiga.
—Dos, dos. Aún tiene cosas que no me convencen del todo, pero como es la única con la que puedo mirar hombres— levanta un hombro—Porque resulta que mi amiga y cómplice del chisme, solo tiene ojos para el ojo-verde de nuestro jefe, no me quedo de otra que aliarme con ella.
—¡Como sufres! — rueda los ojos —Parece que no has solucionado las cosas con Esteban.
Tuerce la boca —Lo odio y no solo yo, papá se molestó tanto que me prohibió volver con él.
—Eres la niña de sus ojos, obvio que no iba a dejar que alguien dejara plantada a su hija.
—Mas o menos— Caminamos por el pasillo del lobby que da a la cafetería, vemos como un par de camionetas se detienen en la entrada principal, la seguridad desciende y abre la puerta a él alto ejecutivo, de barba pronunciada y constitución poderosa. Joshua Hutch.
Sarah se queda conmigo para deleitarnos como sucede todo a cámara lenta. El personal se mueve nervioso y hacen un gesto de saludo para el jefe de todos.
—Cierra la boca amiga, estás babeando— susurra en mi oído y le doy un codazo.
Camina rodeado de 4 hombres de su seguridad y Jackson, imponiendo carácter y fuerza a cada paso que da. Encuentro su mirada por instantes y levanta una pequeña sonrisa que desaparece al dar media vuelta a los ascensores.
—Quiero un hombre que me mire así— Sarah suspira con exageración y tomo su brazo para volver a ir a nuestro destino.
Cambio el té por un zumo de naranja, mi amiga pide un café helado. Nos acomodamos en una pequeña mesa para dos.
—¿Han hablado de tu interés por el puesto?
—No.
—¿Por qué?
—Porque no quiero que la decisión se vea influenciada— agacho mi cabeza y miro a todos lados para ver que nadie nos esté escuchando —por la relación que estamos teniendo.
—Amo escuchar de ti esa palabra. La Mila que recién conocí hace meses la tenía cancelada de su vida— saca la lengua en forma de burla —Pero si yo fuera tú le diría— baja la voz — Josua Hutch te cambio el puesto por unas ma..
—¡Sarah! Por favor— digo entre dientes.
—No te hagas la santa amiga.
—Ayer conoció a mi papá. —miro a todos lados recargo mi espalda al respaldo.
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Durante una mirada
RomantizmEL ORGULLO ES El ÚNICO VENENO QUE TE PUEDE INTOXICAR SI NO TE LO TRAGAS A TIEMPO -EN EDICIÓN- ¿Harán a un lado sus prejuicios para luchar por ese inesperado amor?