MILA
Dejándome en un sillón, me entregan un pañuelo para limpiar el rastro de sangre, cierran las puertas del lugar con la familia dentro y el personal de ellos. Los niños no paran de llorar, solo pienso en tranquilizarlos. Colocan al pequeño a mi lado y su tío esta de rodillas frente a él, mientras su padre los mira frunciendo el entrecejo.
Bennet se cubre con sus manitas la cara y sigue temblando del susto, el mayor se suelta de los brazos de su abuela y se acerca a nosotros.
—Es que, es que.. yo.... No ....—solloza.
—Oye campeón— le hablo bajito y me acerco más a él —Ya paso, ¿te duele algo?— levanta sus ojitos y niega.
—¿Como pudo haber pasado esto? — Reclama la matriarca de la familia.
—Antoni necesitamos que nos expliques que paso— Habla recio su padre.
—Fue.... Ben y yo estábamos...— se encoge de hombros tímido.
—Lo primero que les dije...— todos callan y observan —¿Quién los estaba cuidando? ¿Dónde diablos estaba el personal? ¿Qué fue lo primero que les dije? — habla furioso a todo el personal que esta cabizbajo cerca de la puerta.
La señora que al parecer estaba a su cargo intenta hablar temerosa —Sr Hutch fue...
—Un accidente— hablo y me clava su mirada.
—Un accidente que no debió haber pasado, mi hijo pudo haber sufrido algún daño y usted esta lesionada— responde cortante.
—Fue un accidente señor, en el cual no estamos lesionados, cálmese por favor, está alterando más a los niños— peino el cabello de Ben.
—¿Porqué estaban jugando en esa área? no debieron estar ahí... — siguen sin decir palabra, hasta yo temería.
—Son niños— completo—Si, se pudo haber prevenido, pero los accidentes pasan, aparte Sr. también pensemos que este lugar y evento no es el adecuado para ellos— se tensa.
Quisiera saber de dónde saque el valor para contestarle, puesto que hasta sus padres me miran sin expresión alguna.
—Cariño tiene razón, tranquilízate por favor, que nos estas alterando a todos, joven trae algo para que puedan beber los niños y la señorita mientras llegan los paramedicos— el joven asiente y sale por una puerta.
—Señorita Stone— se acerca a mí el Viejo Sr Hutch deteniéndose a mi lado —Quiero agradecerle por haber protegido a mi nieto, estamos en deuda.
—No tienen porque, fue mi deber, no lo pensé solo lo hice— acaricio la cabeza de ambos pequeños —creo que apareció mi instinto de madre— dibujo una sonrisa para ellos
La Sra Hutch suelta un ruido de sorpresa —¿Tiene hijos? ¿Tan joven?
—Si 2 pequeñas, preciosas y traviesas niñas, así que por eso— los ojos de los niños ahora están en mi —No sean tan duros con ellos, son aún unos niños, lo importante es que están bien— el mayor me sonríe.
Su padre suelta una bocanada de aire negando.
—¡Llegaron!— abren las puertas y dan paso a revisarnos.
—Señorita es necesario que vuelva a suturar— Me indica médico a mi lado.
—Si esta bien. ¿Puede ser aquí? No quiero volver al hospital.
—Si, solo unos cuantos puntos y un vendaje— me apartan a un costado retirado en la sala y el personal cubre para que los niños que ya están más tranquilos no vean.
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Durante una mirada
عاطفيةEL ORGULLO ES El ÚNICO VENENO QUE TE PUEDE INTOXICAR SI NO TE LO TRAGAS A TIEMPO -EN EDICIÓN- ¿Harán a un lado sus prejuicios para luchar por ese inesperado amor?