15-Enamorarse duele

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Julia

Entro a la habitación y ella está dormida, hasta ronca ligeramente, algo que me parece adorable ¿adorable en serio Julia? Me siento a su lado en la cama, le acaricio el rostro tocando sus labios con los míos, frenando el impulso de querer besarla. Deseo tanto sus besos, como mis pulmones desean el oxígeno para respirar.

Le susurro en voz baja.

―Voy a hacer las cosas mejor, hacerlas bien, tengo una semana para no ser la completa idiota que llevo siendo estos últimos doce años. Es peor cuando lo digo en voz alta ―suspiro pesadamente―. Te amo Victoria, te amo desde hace tiempo ―me atrevo a confesarme mientras ella duerme, porque soy una cobarde del amor y Tricia tiene razón en eso― solo que no creo merecerte, ni a tu amor, es... complicado y quizás un día te lo cuente ―acaricio su rostro delicadamente―. A las preguntas que me hiciste claro que sé cada una de las respuestas, tu color favorito es el magenta, tu perro se llamaba Bosco una vez le contabas a alguien sobre él y escuche, tu madre se llama Cecilia y tu padre Albert, pero no es el biológico, hasta sé otra cosas, como que prefieres el otoño porque no hace ni mucho frío, ni mucho calor, también amas ver como las copas de los árboles se tiñen de tantos colores antes de quedar pelados sin hojas, estás leyendo "La vida invisible de Addi Larue" porque te encanta esa autora, y se te ha pegado la canción "Dandelions de Ruth B" la tarareas sin darte cuenta cuando te distraes o mueves los dedos al son del ritmo cuando la cantas en tu cabeza. Sé todo eso, lo sé porque me tomé el tiempo de aprenderte para ser alguien buena para ti, y la verdad es que aún no creo estar a tu altura, eres por lejos todo lo que está bien.

Luego de un momento me levanto de la cama para ir a bañarme, necesito sacarme el olor del caballo y mandar mi ropa y la de ella a lavar, ya que está profundamente dormida me desvisto aquí mismo, junto toda la ropa sucia en un rincón, me envuelvo en una toalla y me meto al baño.

Victoria

Me controlé lo mejor que pude para no moverme y respiraba con normalidad, iba a abrir los ojos cuando ella empezó a hablar. No creo todo lo que acaba de pasar, debe ser esto debe ser un sueño, no puede ser real, ella no solo sabe todo eso de mí, sino que aparte dijo que... me ama ¿fue un sueño? ¿Estoy delirando y tengo fiebre? me levanto y ella se está bañando así que definitivamente esto, eso fue real. La reina de hielo me ama.

Como una estúpida comienzo a llorar y sollozar en mi almohada, estoy tan feliz y enojada a la vez, porque la cobarde se confesó cuando dormía, también la vi desnuda cuando se desvestía ―me sonrojo―. No soy una virgen ingenua, pero se siente diferente ver el cuerpo desnudo de la persona que amas por primera vez, hubiera deseado que fuera de otra manera ¿Qué otra manera Vic? ―Me digo a mi misma― Bueno en otro contexto ―me respondo―
Definitivamente también la amo, aunque claro no iba a admitirlo primero. ¿Pero por qué entonces dijo, todo lo que dijo? ¿por qué sostiene esa mascara y armadura? ¿tanto le cuesta admitir lo que siente por mí?

Tu jardín con enanitos - Melendi

Me levanto, mientras me visto ella sale de bañarse sin corroborar que yo aún esté dormida, abre su toalla y la vuelve a cerrar. Abro los ojos grandes sin poder sacarle la mirada de encima, otra vez la veo desnuda y esta vez más de cerca.

―N... no sabía... que... que... estabas despierta, per... perdón -tartamudea.

―Está bien, Julia, somos adultas ―finjo que no me afecta haberla visto, pero el calor me recorre el cuerpo, junto a mi pulso acelerado.

Odio a mi jefa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora