18-Intervención divintricia

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Casi un mes y medio de no verla ni saber nada de ella, seguí con mi vida como ella supongo siguió con la suya. Encontré trabajo no muy lejos de casa, como secretaria en un consultorio odontológico. Es mucho más tranquilo al ambiente laboral que el ritmo que tenía en la empresa, por ende me aburro muchísimo. Mi jefe es un hombre mayor, muy simpático y amable, me trata muy bien y lo mejor de todo, no corro el riesgo de enamorarme de él.

   Hoy como cada día salgo de trabajar para volver caminando a la casa de mis padres, suena mi teléfono con un número que no tengo agendado, estoy a punto de cortar pero decido tomar la llamada.

   ―¿Hola?

   ―Hola ¿hablo con Victoria?

   ―Ssss... sí, soy Victoria.

   ―Victoria un gusto, no nos conocemos personalmente, soy Patricia o Tricia, la mejor amiga de Julia ―freno en seco al escuchar su nombre y mi corazón comienza a latir muy rápido―, no me cortes por favor.

   ―¿Cómo obtuviste mi número?

   ―Con mucho esfuerzo, si es lo que quieres saber, mami Trish siempre conoce al amigo de un amigo, que el hermano, es amigo del primo, de alguien que tiene el contacto. Por favor, solo quiero que me des la oportunidad de que hablemos, ella no sabe que te llamé y sabes que si he llegado a esto para contactarte es por algo.

   ―Está bien Tricia ¿Cuándo y dónde?

   ―¿Estás muy ocupada ahora?

   ―Recién salgo de trabajar ―suspiro es mejor que no dilate esto, me da la impresión que ella va a ser muy insistente―, pero sí, si puedo.

   ―Genial ya dejo a mi bebé con mi marido y nos encontramos en el restaurant de la 5ta y prius, se llama "PARÍS" ¿sabes cuál es?

   ―Sí, puedo estar ahí en media hora más o menos y Tricia, si veo que es una trampa y está ella ahí, me voy y no vuelven a saber de mí nunca más.

   ―Tranquila, Victoria, que, Julia ni siquiera sabe que tengo tu número, menos sabe de esta intervención.

   Tomo un Ubber hasta el restaurant, no quiero que ni siquiera sospeche que tan lejos vivo ahora. Llego para mi sorpresa primero y me siento a esperarla, sé cómo es Tricia ya que Julia me mostró fotos de ella y su hijo en algún momento, y me la presentó como su mejor amiga.

   Miro nerviosa mi teléfono, mientras juego con los cubiertos y la servilleta, intento relajarme un poco y pido un trago mientras ella llega. Tricia entra y por cómo me busca con la mirada viniendo directo a mí, ella también sabe cómo soy. Se ve mucho mejor que en una foto, aunque luce mayor que Julia, su cabello castaño claro lleno de rulos, lo lleva en un rodete, su pantalón negro y ojos cafés combinan con su blusa holgada y el sueter negro que lleva puesto, parece que trabaja en una oficina, ya que su vestimenta es formal.

   ―Hola Victoria ―dice y se sienta sin mucho rodeo―, gracias por venir ―dibuja una amplia sonrisa―. Es la primera vez que nos conocemos personalmente y me encantaría que la situación fuera otra.

   ―Hola... no sé cómo llamarte en realidad ¿Patricia o Tricia?

   ―Tricia, está bien, nadie me llama por mi nombre completo desde la universidad. Julia comenzó a llamarme así, de hecho en el consultorio ellos también me dicen Tricia ―me pregunto si conoce a Atenea― todos hasta la soberbia diosa griega de Atenea.

   ―Disculpa Tricia, pareces buena persona, pero quiero terminar con esto lo antes posible ¿Para qué me citaste hoy?

   ―Bueno en definitiva es por Julia.

Odio a mi jefa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora