16-Pero perderla duele más

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Julia

Ella se fue y no solo de la casa de mi abuelo, se mudó del departamento, renuncio a la empresa y me dejó... ¿me dejó? Si no éramos nada, porque nunca quise una relación, iba a pedírselo al día siguiente, había preparado todo, pero como siempre mi familia... el idiota de Max, puedo seguir culpando a cualquiera, pero la primer culpable soy yo, por no decirle, por no contarle porque odio a mi hermano y aborrezco a mis padres, por ser una cobarde de mierda, por tener miedo de amarla.

   Vuelvo a la oficina con el alma rota, ver su escritorio vacío me carcome, me lastima, no he podido ubicarla en más de una semana, es como si se hubiese evaporado.

El número solicitado, no corresponde a un cliente en servicio.

   Lo que tanto temí, el fin, es el fin. Me siento en los sillones de mi oficina y lloro. Solo en ese momento entiendo que las dimensiones del problema en el que estoy y entiendo que no puedo sola, necesito a Tricia conmigo, así que le mando un mensaje.

   ―Julia vine tan pronto como pude ―entra Tricia a mi oficina, sentándose frente a mí.

   ―La cagué Trish, la cagué, tenías razón, me boicoteo y la cago ―se lo digo entre lágrimas, largo el llanto que había estado conteniendo, tratando de ser fuerte―, ella se a ido para siempre.

   La verdad es que ella es, mami Trish, como se llama a si misma a veces, en vez de juzgarme y decirme te lo dije, me abraza con fuerza hasta que el llanto para y logro respirar para tranquilizarme.

   ―¿Quieres contarme qué pasó? ―mientras me sirve un vaso de agua y me seca las lágrimas― Toma, trata de respirar.

   Le cuento brevemente todo lo sucedido, hasta la discusión con Max que ella escuchó, lejos de juzgarme, enojarse o reprenderme de porque le había dicho eso a él, limpia mis lágrimas y besa mi frente, ojalá todos tuviesen una Tricia en sus vidas.

   ―No entiendo el porqué de esa guerra silenciosa que has llevado siempre contra Max.

   ―La miro a los ojos, tragando con dificultad― Tricia hay cosas que debo decirte y creo que es momento que las sepas... ―suspiro― recuerdas...

   Ella se puso como loca, comenzó a llorar y me abrazo pidiéndome perdón, quiso marcharse pero no la deje, jamás la he visto en este estado y no sé de qué sea capaz en este momento. Ahora yo la tranquilicé a ella y le sequé las lágrimas, me mira con... compasión y culpa.

   ­―Por favor no hagas eso.

   ―¿Qué?

   ―Mirarme así, no lo hagas, no quiero tu compasión o lastima, no de ti.

  ―No es lastima Julia ―si compasión―. Perdóname, por no darme cuenta antes, por no protegerte. Debí haberme dado cuenta, debí...

   ―Nadie lo hubiese imaginado, Trish, solo quiero que pare.

   ―Ahora entiendo muchas cosas ―se queda pensado y sus ojos se tornan oscuros―. Me dijiste que ella tiene una mejor amiga, si quieres puedo ver de contactarla y...

   ―No, no es necesario. Victoria se ha ido, no quiere verme y tiene razón.

   ―Julia jamás te había visto tan mal por alguien... ―suspira― ven ―me abraza maternalmente y solo dejo que me contenga― te apoyaré en lo que decidas, pero no dejaré que te arrepientas de no haberla ido a buscar. Quizás el momento no sea ahora, ni mañana o pasado, pero tienen que hablar, tienes que hablar con ella y contarle todo, Julia, yo te llevaré personalmente si es necesario y no te dejaré sola.

Odio a mi jefa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora