Odio a mi jefa.

20-Entonces tú y yo

Termino de tomar agua y dejo el vaso en la mesita de vidrio. Si hay alguna posibilidad de que ella y yo volvamos a ser algo, la voy a tomar, voy a hacer lo que esté a mi alcance para ser mi mejor versión. Si está dispuesta a quedarse conmigo sabiendo lo de mi familia, si aún sigue aquí y no salió corriendo tras saber mi oscuro secreto. Ella definitivamente lo vale todo, y como pensé alguna vez cuando la vi el primer día, su luz contrarresta mi oscuridad, tenerla cerca le da calma y sosiego a mi alma. Porque cada vez que pasa algo y creo que puedo perderla, siento como un abismo se abre en mi interior y como la oscuridad que por años he mantenido a raya tapándola con trabajo o cosas banales, amenaza con consumirme cuando ella se aleja. Ahora lo sé, como lo supe desde que acepte que la amo, Victoria me hace mejor persona, ella mantiene a flote la luz en mí, con una sonrisa, con su manera desafiante de ser, con la calidez que me transmite. Ella es mi hogar, mi lugar seguro, y no quiero perderla.

   ―¿Quieres saber cómo nos dejas eso a nosotras? ­―Asiente tragando con dificultad― antes de esto no éramos nada, pero estábamos en buenos términos.

   ―No quiero seguir siendo nada contigo ―sus ojos brillan― ¿quieres ser mi novia? Si me perdonas si...

   ―Sí, Julia si, solo imagine esto un poco más... ¿romántico? Digo con todo lo que vengo deseando y esperando que esto pasara...

   ―Tienes razón puedo hacerlo mejor, olvídate que te lo pedí, lo haré como se debe. S... solo... dej... déjame pensar en algo.

   Me levanto nerviosa y ella ama cuando me pone así. Hasta tartamudeo. Siendo la fiera que soy en los negocios y en la vida misma, ni siquiera me tiembla el pulso cuando negocio para cerrar tratos millonarios. Solo Victoria tiene ese poder, de desestabilizarme y estabilizarme. Como amo a esta mujer.

   ―Mi amor ―al decirme así paro de inmediato, sonrió como boba.

   ―Dime así, ya no seré más Julia para ti, tú solo dime amor.

   ―¿Es una orden? —Levanta una ceja.

   ―Es una sugerencia con mucho énfasis.

   ―Cálmate y no hay nada que perdonar, ahora que supe la verdadera razón ―se sienta a mi lado―. Tú por favor perdóname, por haber sido tan necia y testaruda.

   ―Amor mío, tu carácter indomable es lo que amo y me vuelve loca de ti ―me siento a su lado―. De lo que te conté ¿no quieres salir huyendo? Aún estás a tiempo, mi vida es demasiado complicada y esto haría huir a cualquiera y lo entiendo...

   ―A cualquiera que no te amara lo suficiente para no quedarse ―me aclaro la garganta ella sabe que la amo y espera que diga esas palabras en voz alta ―Una amplia sonrisa ilumino su rostro.

   ―¿Puedo besarte? Me muero por hacerlo, desde que el último día que te vi ―Me besa primero.

   ―Ya no tienes que pedirlo, acepté el estar juntas, eso implica el todo, hasta que claro, lo hagas oficial de la manera correcta.

   Prácticamente me abalanzo sobre ella. Nos besamos hasta que quedamos acostadas sobre el sillón, yo encima de ella. Nuestras respiraciones se vuelven agitadas entre beso y beso. Hacía tanto de la última vez que nos vimos, que ambas tenemos una urgencia desesperada por saciarnos la una de la otra. Tengo la mente nublada de lujuria, y todo lo que quiero hacerle y hacer con ella. Con Paige no pude estar la última vez, sino dejaba de pensar en Victoria, ella invade cada espacio de mi mente, haciendo que no pueda sacármela de la cabeza ni un solo segundo. Después de todo si estuve guardando mi cuerpo para Victoria y lo seguiré haciendo.

   Tomando toda la fuerza de voluntad que tengo y agotando mi reserva, paro antes de llegar más lejos. Quiero estar con ella pero quiero sea especial, no un impulso de la subida de calentura del momento. Victoria no es como cualquiera y no voy a tratarla como a todas, para esos impulsos del momento también va a haber tiempo, pero no voy a hacerlo así la primera vez. Me quito rápidamente de encima de ella.