Alma de dragón:Hielo.

Capítulo 4: Lo que soy.

Hoy era el día en el que conocería mi poder y a mi dragón.
Los nervios inundaba cada centímetros de mi cuerpo.

Uriel nos había esparcido a mi clase y a mí por todo el recreo que se trataban de los prados enormes que rodeaban el colegio, dejando un espacio de 25 metros cuadrados por persona. 

Lo primero que haríamos sería conocer a nuestro dragón.

-A ver, cuando esteis listos y calmados...que es muy importante...Ellos...- dijo Uriel señalando al cielo. Al contrario que en mi raro sueño, el cielo hoy estaba despejado y soleado.
-bajarán. -

Un pequeño escalofrío me recorrió por unos segundo al oir sus palabras.

Cerré los ojos y esperé.
Mi corazón iba a mil.

No era capaz de calmarme.

Respiré hondo.

"Todo saldrá bien " pensé. "Déjale que venga."

Suspiré.

Comenzaba a relajarme por segundos. Pero una cierta tensión se aprovechó de mí cuando comenzaron a sonar los mismos y horrorosos silbidos agudos de mi sueño.

Mantuve los ojos cerrados.

Puuummm

El suelo tembló, haciendo que perdiera cierto equilibrio. Pero me mantuve.

Abrí los ojos.

Y lo ví.

Delante mía tenía a un dragón. Media 7 metros de alto y puede que unos 15 de largo. Las escamas que cubrían cada centímetro de su cuerpo era negras como el carbón y sus ojos eran de un azul mar.

Mi primera reacción fue asustarme...pero...al verlo, al mantenerle la mirada...supe que él no me haría nada.

Me acerqué tan lentamente que parecieron horas las que habían pasado.

Sus garras amenazantes se clavaban en la tierra y su larga cola no paraba de moverse...de un lado a otro...de un lado a otro...

"¡Para!" pensé.
Raramente el dragón me obedeció.

Puuuuumm
Puuummm
Puuuuumm ...

Dragones comenzaron a caer por todos lados.
Un enorme dragón de color azul celeste cayó delante de Graciela.

Esta estaba un poco asustada, pero hizo lo mismo y confió en él al instante.

A las demás les sucedió lo mismo.

Delante de Estela había caído un dragón más rojo que la sangre y más vivo que el fuego.
Este se agitaba feliz al ver que Estela confiaba en él y como un niño pequeño correteó por su alrededor.

Delante de Julia se posó un dragón verde clarito. Este la observaba immovil, a la espera de...algo.
Ella se acercó a él y le colocó su mano en el largo hocico.

Poco tardaron en caer del infinito cielo los demás dragones.

Tomás tenía uno parecido al de Julia, pero de uno o dos tonos más oscuros.
Dean tenía uno de color marrón claro, era bonito.
Lukas tenía uno de color azul oscuro, el azul que se encuentra en la profundidad del mar.

-¡Excelente chicos! -exclamó Uriel a lo lejos a través de un megáfono. -De momento sois el grupo que más rápido lo ha conseguido...en serio estoy impresionada. Ponerles nombres.-

Millones de nombres me vinieron a la cabeza.

Malik, Happy, Drak, Trueno, Libertad...pero solo uno me tocó el corazón.