Alma de dragón:Hielo.

Capítulo 6: La posesión.

-¿¡Qué?!-fue lo que contesté.

-Pues eso...-dijo con la misma sonrisa de medio lado que hacía un rato.

-A ver...¿tú no pillas que es a Graciela a quien le molas?-pregunté.

Los había visto. Ellos juntos eran...perfectos. Sonreían los dos a la vez, se aguantaban las miradas, se hacían manitas...
Era imposible que yo le gustara a Lukas.

IMPOSIBLE.

-Bueno...es que a mí no...no me llama.-

-Ohhh vaya si te va ha llamar. A mí no me vengas más. ¿Claro?-

-No- dijo metiendo un pie en mi habitación, adentrándose en ella por poco tiempo.

Coloqué mis manos en su pecho y comencé a empujarlo al exterior hasta chocar su espalda con la pared de enfrente.

-No, Lukas, no vas a entrar. Y yo no quiero saber nada de tí. Quiero que te vayas con Graciela...ella es la que le gustas de verdad. ¿Porqué le haces esto? ¿Porqué me lo haces a mí?.-

Su sonrisa no se borraba por nada del mundo.

-Porque ella ya no me gusta, os que no te enteras de que la que me mola eres tú.-

-A ver cacho mierda. Ni se te ocurra interesarte por mí. Que te ha hecho ella...nada, ¿verdad?. Tu lo que eres es otro cabrón que va de flor en flor. ¡Pues no te lo permito!- la furia comenza a reaccionar por mí y el corazón comenzaba a disminuir de nuevo sus latidos.

-Demasiado tarde, cariño. -dijo acariciándome la mejilla lentamente. Su calor me arrebata el poco frío que había acumulado.

Un impulso me hizo golpearle la cara, girandosela repentinamente. La hostia que le solté me dolió hasta mí.

Su mejilla estaba ligeramente cubierta de hielo.

Este sonrió y se acarició allí donde le había golpeado.

Al segundo, y sin pensarlo demasiado, Lukas me golpeó con el puño cerrado en la mandíbula.
La desencajo con un fuerte crujido y el dolor me hizo caer de rodillas.

Respiré hondo volviendo en sí. Nunca me habían golpeado de tal manera.

Oí una ligera risita que voló por el fondo del pasillo. Alcé la vista confundida.
Ví como Dean se acercaba y se colocaba al lado de Lukas.

-Dean...- dije incorpórandome con dificultad- ayúdame. -

-¡¡Será puta!! ¡Me ha hecho daño!-se quejó Lukas tocándose allí donde le había golpeado.

-Serás blando..., pero si ha sido una acaricia. ¿No es verdad, heladito?-dijo Dean cogiéndome de la barbilla, apretando fuerte donde me había golpeado Lukas.

Me quejé de dolor.

"¿Que está pasando?"

-Pero...¿¡¿¡DE QUE COÑO VAIS?!?!-dije abofeteando la mano de Dean.
Su sonrisa era aún más terrorífica que la de Lukas.
¿Cómo era posible de que nadie escuchara nada?

-¿Es qué aún no lo has pillado? -preguntó Dean divertido. Lukas se rió y me cojió de nuevo de la barbilla haciendo que le mirase a los ojos.

Sus ojos ya no eran tan azules y vivos como cuando los conocí. Pero aún seguía sin entender que me intentaban decir.

-A ver, cacho retraso...-comenzó Dean golpeando bruscamente la mano de Lukas para que me soltara la barbilla. Dean la agarró esta vez y me hizo verle a sus ojos.
Sus ojos verdes, alguna vez llenos de vida, me miraban sinceros.-tus verdaderos amiguitos estan siendo manipulados...¿Cómo decirlo con delicadeza?..por nosotros los oscuros.-