CAPÍTULO 28: La noche del baile.

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-¡Donde esta mí plancha de pelo!- grité indignada. Me hallaba en mi cuarto de baño. Mis amigas, en cambio, estaban ocupando toda mi habitación. Estas ya habían traído sus vestidos a conjunto de sus zapatos, Graciela anunció que ella sería la encargada de maquillarnos a todas...

-¡¡La tengo yo!!-gritó Leire estresada por que que su pelo negro era muy difícil de mantener en estado lacio. Vi como esta alisaba pasando varias veces por el mismo mechón de pelo con cierta lentitud su largo y oscuro cabello. Estela y Graciela mataban el tiempo escuchando música con los auriculares.

La verdad es que todas teníamos los nervios por los cielos. Hoy era definitivamente la última noche en la isla de Arlyl con todos, incluyendo a Sam, antes de la guerra y, puedo decir, que no se que es lo que va a suceder... lo que más que me puede llegar a inquietar seria el tema de las muertes o, en todo caso, de no cumplir el orden implantado por nuestro propio destino.

Por qué si, es posible romper el propio destino. Una y un millón de veces.

-¡Pues date prisa que quiero ondularme las puntas!-le dije a Leire.

-Pues no se como lo veis pero yo quiero rizármelo.-dijo Graciela agitando con una mano su pelo liso de un tono castaño muy claro tirando para rubio.

-Pues yo me lo quiero alisar , o sea que deprisa...-dijo Estela con tono cansado.

-¡¡Joder!!-grité estresada.-¡Pues solo tenemos una plancha! -

-Si...pues me da la risa de que solo quede media hora larga.-

-Joder...joder....joder...que no llegamos...joder...- repetía agitando las manos por los nervios.

-¡Esta puta plancha no alisa una mierda!-gritó Leire.

-¡Me cago el la puta!-grité. -¡¡Estela!! ¡Usa tú poder!-

-¿¡Que?!-gritó ahora ella también estresada. -¡¡Os voy a achicharrar!!-

-Mira...yo he aprendido que tú puedes elegir la temperatura que sueltas. ¿Ves?- le expliqué mientras cubría mi ventanal de escarcha suave por una lado y duro hielo por el otro.-Ahora prueba tú. -le dije al mismo tiempo que creaba un gran bloque de hielo delante de sus narices.

Estela comenzó a derretir el bloque de hielo por un costado más que el otro.

-Vale...creo que le he pillado el truco.-dijo Estela al ver que podía controlar en cierta cantidad el poder que había en su interior.

-A ver... prueba conmigo.-le dijo Graciela.

Estela se acercó vacilante y cogió uno de sus lisos mechones para después enrollarlo en su dedo índice.
Segundos después el mechón se liberó y quedando rizó de forma perfecta.

-¡¡Dios...que bien queda!!-exclamó Leire.

-Bien pues ya tienes trabajo.-dije acogiendo la plancha para usarla yo en el baño.

-¡¡Me pido segunda!!-gritó Leire quien le quedaba aún más de la mitad de su cabello.

-¡¡No!! ¡¡Voy yo que lo mío es más rápido!!-exclamó Graciela.

-Aquí nadie se va hacer nada hasta que no acabe ella conmigo.-dijo Graciela tranquilamente mientras se acomodaba delante de Estela.

Desde el baño, mientras me hacía las sencillas ondulaciones, observaba como los rizos iban naciendo del suave calor que producían los dedos de Estela. Poco tardó en empezar con los pelos de Leire dejándolos de un liso casi imposible, añadiéndole también un brillo excepcional, saliendo el peinado igual de perfecto que los rizos de Graciela.

Alma de dragón:Hielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora