Capítulo 16: Los primeros despertares.

1.4K 144 5
                                    

Después de haber estado haciendo sufrir a bastantes animales, Leo y Cristofer me dejaron el día libre.

Ahora lo controlaba mucho mejor que antes.
Había aprendido a utilizar la razón y las cosas que me permitían pensar y escuchar lo poco que latía mi corazón. No llegué a matar ningún animal mas por suerte.

Eran las 7 de la tarde y ahora estaba volando con Articus en busca de los dragones de mis amigos en coma.

Encontré a Azahar y Safira uno cerca del otro. Los dos tirados en el suelo.

"Todo lo que te pasa a tí le pasará a tu dragón y viceversa"
Las palabras de Benjamin resonaban en mi cabeza.

Me aseguré de que todos estaban vivos y seguros. El resto de dragones no llegue a encontrarlos nunca, pero no me asusté. 

Volé dos horas con Articus intentado encontrar algún dragón mas y aparte haciendo piruetas y de más para aprovechar el tiempo con mi dragon.
Era agradable estar con él. Me transmitía cosas inexplicables.
Lo quería.
Y se notaba que él a mí también.

Su conexión conmigo es muy fuerte.

-Articus, llévame al castillo.- le pedí.
Este me miró triste pero obedeció. Me dejó delante de la puerta y se marchó desapareciendo en la oscuridad de la noche.

No tenía ninguna hambre.

Me diriji sin pensarlo a la enfermería y allí me quedaría toda la noche.Por mi culpa ellos estaban allí. Así que asumiría las consecuencias.

Mi corazón dio un vuelco cuando encontré a Sam llorando en el pasillo, sentado en el suelo.

-¿Sam?¿Qué sucede?- pregunté mientras me acercaba a él veloz. Intento ocultar su pena cuando lo alcance.

-No me toques.-dijo secándose las lagrimas.- Tu los has matado.-

Una ansiedad empezó apoderarse de mí mi fuerte. Entre corriendo a la habitación de enfermería, faltaban tres camas...Dean, Julia y Tomás.

Grité.

Grité con muchísima fuerza. Sentía un dolor insoportable.

Rapido llegaron Benjamin y Uriel. Me sacaron de enfermería y cuando consiguieron calmarme me contaron lo sucedidos. Al haberles dejado en ese estado, los dragones de ellos no tuvieron un buen aterrizaje. El de Julia, Hiedra, cayó al mar junto Rex, el de Tómas. El de Dean se destrozó vivo partiéndoselo el cuello y de mas huesos en el choqué contra unas rocas de la orilla. Yo en ocasiones me evadía cuando me explicaba todo eso, solo pensaba en el momento que despertasen los demás que iban a pensar de mi, cuando despierte Estela y vea que Dean ya no esta...no lo soporto.

Me dejaron sola en la entrada de enfermería, cerré la puerta tras mía y cogí una de las sillas sentándome entre Leire y Graciela. Cogí con una de mis manos la de Leire y con la otra la de Graciela. Enfrente estaba la cama de Lukas.

Suspiré.

Odiaba esta soledad. Estar sola me agobiaba y más si había personas que quería y no podían hablarme y otras que habían muerto por ello. Se que en cuanto despertasen todos me odiarían como hace Sam, pero yo no lo hice queriendo. Me pasé horas allí sentada aprovechándo el tiempo que ellos me permitian estar junto a ellos. Con mis manos firmementes cogidas a la de mi hermana y a la de mi amiga.

Pero los ojos se cerraban por voluntad propia.
Dejé de luchar contra el sueño y cerré lo ojos...soñando.

...
Estaba de pie en medio de la enfermería.
Miraba con los brazos cruzados a todos mis amigos.

Alma de dragón:Hielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora