Novia a Domicilio

3

Ducha matutina.

Mi madre solía decir que para comenzar un buen día debes tomar una ducha, así te limpias de las malas energías de ayer.

Tal vez solo quería que me bañara.

En fin.

El plan para hoy sería llevar mi currículum a cuanto lugar fuera posible, en algún lugar tendría que tener suerte.

— Buenos días Lydia — dije mientras atravesaba a la cocina por mi taza de café matutina, me era imposible empezar el día sin mi café.

Lydia contestó a mi saludo con una especie de gruñido, la resaca no debía ser nada bonita.

— ¿Todo bien por ahí?

— No grites Em, por favor, no grites — contestó mi pobre amiga mientras se tapaba los oídos.

Reí ante su acción.

Antes, cuando estábamos en la escuela, solíamos ir de fiesta sin consecuencias al día siguiente, supongo que los años pasan y pesan.

— ¿A dónde vas? — preguntó al verme arreglada.

— Iré a llevar mi currículum a otras empresas, alguien debe decirme que si.

— Mucha suerte Em — dijo levantando ambos dedos pulgares.

Sentí mi teléfono vibrar, recordé la foto que había tomado de mi par de amigas no en su mejor estado y me sonreí, pensé en mostrarsela a Lydia cuando una notificación hizo que me detuviera.

En la pantalla se leía "¿Es real?" Por parte de una compañera de la universidad con la que no había hablado desde la graduación.

Confundida, abrí el mensaje de Instagram, casi me da un infarto cuando vi de que se tratabaa.

El mensaje estaba respondiendo a una historia que decía "Novia a domicilio" y debajo se encontraba mi correo. Casi me desmayo cuando vi la pequeña etiqueta de "Promoción pagada".

— ¿Qué es esto? — pensé en voz alta

— ¿El qué? — contestó Lydia, quien comenzaba a revivir de a poco.

— Esta imagen...— en ese momento recordé lo que estaban bromeando la noche anterior — Lydia.

— ¿Si?

— ¿Tú hiciste esto? — me acerqué frenéticamente a ella enseñándole la pantalla del celular.

Lydia entrecerró los ojos al sentir tan cerca la luz de la pantalla. Apenas leyó el contenido de la imagen, abrió tanto los ojos que parecía que se saldrían de sus órbitas.

— Ay no — murmuró.

— ¿Cómo que "Ay no"? ¿Tú hiciste eso?

— Ayer bromeaba con Carter e hicimos ese pequeño flyer, lo subimos como una broma para ti, pero no recuerdo que hayamos pagado para promocionar la historia — me miró con ojos de perrito regañado.

— ¿Pagaron con mi tarjeta? — entré a mi banca móvil y observé el dinero faltante, suspiré con pesadez.

— Te devolveré el dinero — Lydia buscaba frenéticamente su celular para poder hacer la transferencia.

— Gracias — miré cuanta gente había visto la historia. 150. No eran muchos. La borré.

"¿Desea dejar de promocionar la historia?" "Si"

Listo.

— Ustedes dos me deben la cena — dije mirando a Lydia, quien estaba terminando de hacer la transferencia, me teléfono vibró con la notificación de haber recibido dinero.