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Me di una  última mirada al espejo de aquella boutique, no podía presentarme ante Oliver luciendo con ropa para hacer mandados, tengo un papel que cumplir.  Las empleadas me reconocieron y me trataron como nunca me habían tratado en una tienda, claro, exceptuando aquella vez con Oliver.

Me sentí tan extraña al solo haber escogido la ropa que me gustó sin mirar diez veces la etiqueta o haberme tenido que apegar a la zona de ofertas, así que esto es la libertad financiera.

— Me lo llevo puesto — dije a la vendedora que me miraba con estrellas en los ojos.

— Es una excelente elección señorita, se ve preciosa — se acercó con una pequeña tijera para cortar las etiquetas de precio. — Pondré su ropa en una bolsa para que pueda llevársela.

Abandoné el probador y pagué en la caja, me sentí como una de esas herederas millonarias que solo extienden la tarjeta porque no tienen que preocuparse por estar en buró de crédito.

El uber me dejó justo en la puerta de Industrias Black, tragué saliva antes de cruzar las puertas, y como si de una mala broma del destino se tratase, Oliver estaba bajando del asensor junto con dos hombres más. Bien, este es mi momento.

Caminé a dónde estaban. Recuerda Emma, eres una novia amorosa, novia amorosa.

— Mi amor ¿Cómo estás? — dije llegándo hasta él, le rodeé con mis brazos.

— Querida, no esperaba verte hoy — un gran actor, como siempre, pero definitivamente le tomé por sorpresa.

— Yo sé, pero tengo que hablar de algo contigo — le miré suplicante, por su parte, me miraba confundido.

— Ajem — alguien se aclaró la garganta. — Hermano ¿No nos vas a presentar?

Me paré junto a Oliver, quien me tomó de la mano.

— Claro, claro, que grosero de mi parte, querida, te presento a dos de mis mejores amigos, los hermanos Schofield, Blake y Daniel.

— Un placer conocerla Señorita Emma — dijo Daniel.

— Ya era tiempo, te tuvo escondida un buen rato — añadió Blake con una sonrisa burlona.

¿Cómo es que la gente rica logra verse perfecta todo el tiempo? Recuerdo sus fotos de las revistas, Daniel, cabello castaño claro, ojos azules y tez pálida. Blake, cabello castaño oscuro, ojos color avellana y piel ligeramente tostada por sus constantes viajes a la playa.

— Un placer conocerlos a ambos, Oliver me ha hablado mucho de ustedes — mentira.

— No quiero imaginar lo que te habrá dicho, lo que sea, no le creas — dijo Bake riendo.

Entonces las noticias no mentían, Daniel es más recto y reservado, mientras que Blake es más relajado y llevadero.

Sentí la mano de Oliver sudar.

— Bueno, si mi hermosa novia vino hasta aquí, debe ser importante, si no les molesta, nos retiramos ¿Hablamos en mi oficina, linda? — me sonrió.

— Claro cielo — me voltee hacia ambos chicos. — Fue un placer, espero verlos luego.

— Nos vemos — dijo Daniel.

Subimos al elevador.

— ¿Qué te trae por aquí en tu día libre?

— Bueno, es que, tengo algo que pedirte —dije titubeante.

— ¿Qué cosa? ¿Necesitas dinero?

— ¿Qué? ¡No! 

— ¿Entonces?

Novia a DomicilioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora