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ADVERTENCIA: En el siguiente capítulo se tratarán temas sobre la salud mental, abuso emocional, abuso físico y secuelas de traumas psicológicos.


Abrí los ojos lentamente, permitiendo que se adapten a la iluminación de la habitación, miré el techo, este no es mi techo. Me incorporé en la cama sin escuchar el familiar crujido de los huesos de mi esppalda causados por mi viejo colchón de resortes, en su lugar sentí la suavidad de lo que parece ser un colchón ortopédico. Miré a mi alrededor, me encontraba en una habitación tan grande como mi departamento entero, llevaba una pijama de la seda más preciosa que había tocado con mis manos, las sábanas eran de un material igual de exquisito, parecía una suite de algún hotel, pero, si mi lógica no me falla, debo estar en el departamento de Oliver.

En ese momento, algo en mi cerebro hizo click, Oliver, Henry, el ataque de pánico, dios, que verguenza. 

Me revisé los brazos y piernas en busqueda de arañazos o algún indicio de autolesión. Nada, suspiré aliviada. 

Bajé de la cama y encontré un par de pantuflas grises que hacían juego a la hermosa pijama. Me las puse y recorrí un poco de la habitación, tras una puerta encontré un armario enorme totalmente vacío, una puerta al fondo le conectaba con un hermoso baño, en este encontré una bolsa con una nota, "Para Emma", eso significa que es para mi.

Rebusqué un poco el contenido, dentro de la bolsa se encontraba un vestido precioso, la tela de flores era realmente fresca, unas sandalias beige, un shampoo, acondicionador y otros cuantos productos de belleza. Supongo que debo arreglarme, ¿O debería salir primero? Realmente no se escucha mucho ruido o actividad fuera de la habitación, a menos que las paredes fuesen a prueba de ruido, eso sería loquísimo.

Tomé los productos de higiene y me dí el mejor baño de mi vida, el gua caliente relajó cualquier músculo que pudiese haber estado tenso, la esponja lavó lentamente cada una de mis preocupaciones dejando a su paso un delicioso aroma a lavanda, justo ahora me siento como una princesa tomando su baño matutino.

Salí de la bañera, arreglarme en este baño era algo totalmente distinto a arreglarme en mi pequeña habitación, aquí mis codos no peligraban con tirar alguna botella de perfume vieja, también podía conectar la secadora sin temer que esta fundiese todos los fusibles. 

Una vez arreglada, salí del baño, sintiendome como una persona nueva. Mi madre me deía ue un buen baño puede limpiar las malas energías que has cargado, claro también llenaba la casa de humo cada cierto tiempo, recitando, según ella, palabras de protección.

Mi teléfono se encontraba cargando a un costado de la cama, e encontraba tan absorta en mi asombro que no me había percatado de su ubicación. Tomé el dispositivo, dáandome cuenta de que esta princesa realmente tomó un baño vespertino, eran la 1:30 p.m., dios mío ¿Tanto me dormí? 

Tenía cien llamadas perdidas de Lydia, cien de Carter y cuatro mensajes de Oliver. A ver, una cosa a la vez. Abrí los mensajes de Oliver, "Apenas despiertes, llámame, tu desayuno está en la cocina" "¿Sigues durmiendo?" "Creo que ya no es desayuno jajaja" "Escríbeme Emma"

Algo se removio en mi corazón al ver sus mensajes, sonreí instantáneamente, le envié un mensaje "Disculpa, disculpa, ya estoy despierta"

Justo al darle enviar al mensaje, como si de una broma divina se tratara, escuché el click de la puerta y el sonido de una notificación, pasos y segundos después la puerta de la habitación se abrió, revelando a un Oliver con una expresión angustiada en el rostro.

— Emma — se acercó a mi y me abrazó con fuerza. —¿Estás bien? Me asustste mucho anoche, no supe que hacer o que te había pasado, lo que pude pensar fue traerte aquí y llamar a un médico, él dijo que estaba estable, pero ¿Cómo te sientes? ¿Debería llamar al médico de nuevo? — deshizo el abrazo y puso su mano en mi frente en busca de fiebre, hace tiempo que nadie se preocupaba así por mi.

Novia a DomicilioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora