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Las cenas elegantes no son santas de mi devoción.

Toda mi vida estuve acostumbrada a cenas informales con amigos y familia. Claro, hasta Henry, quien me llevaba de la mano como trofeo frente a sus amigos.

A este punto ya debía haberme acostumbrado a este ritmo de vida y situaciones, pero no puedo evitar sentirme un poco extraña cada vez que piso un evento formal de la mano de Oliver.

Las conversaciones son sobre las vacaciones en otro país, los paseos en yate, anécdotas de sus escuelas casi de la realeza, yo nunca he salido de Londres.

Eso si, los eventos eran como una pasarela de modas eterna, ver los vestidos, los diseños, accesorios, peinados, es como un éxtasis visual.

Gracias a mi nuevo y exorbitante sueldo, puedo pagar hermosos vestidos para estas galas, usualmente Oliver consigue mis vestidos, pero esta vez quería hacerlo yo misma, y creo que me lucí. Un hermoso vestido de gala con corte corazón, ceñido del corsé, pero con una falda suelta desde la cintura, color rosa pálido, parezco un brillante cupcake.

Accesorios dorados discretos y el cabello recogido.

Esta cena es para celebrar el compromiso de Carter con Louis, la boda estaba cada vez más cerca, solo un par de semanas más y Carter sería oficialmente la señora Myers

Una cena de gala con sus más intimos amigos, unos 500 invitados.

Esta boda sería el evento del año.

La entrada al evento estaba llena de paparazzi captando la entrada de todas las personas, entrevistaban a algunos o los detenían para tomarles fotos. Reporteros de los programas de chismes más vistos del país estaban allí, igualmente influencers de canales dedicados a los famosos se encontraban cubriendo el lugar, impactante.

El chofer se estacionó justo a la entrada donde un empleado del lugar nos abrió la puerta, Oliver bajó primero y rodeó el auto para abrirme la puerta, un caballero como siempre.

Lo sostuve del brazo y entramos a la marea de cámaras. Escuchaba muchas preguntas y flashes.

"Qué diseñador estás vistiendo?" "De dónde son tus joyas?" "Oliver! Tendremos otra boda pronto?" "Emma, de dónde son tus zapatos?" "Quién te maquilló?" "Oliver! Emma! Sonrían aquí" "es cierto que se comprometieron en secreto?" "Sonrían!"

Un campo de batalla.

Detrás del océano de cámaras se encontraba el pasillo hacia el altar, era hermoso, lleno de flores que tenían el sello de Carter, todo el lugar gritaba Carter, pero con mucho más presupuesto.

Todo estaba lleno de luces y cristales, era como si la naturaleza y  la industria coexistieran en un solo lugar de manera armoniosa, meseros apresurados corrían de un lado a otro llevando bebidas a los invitados que ya estaban en las mesas

— Nada mal, pero nuestra cena de compromiso será más grande.

Las palabras de Oliver me sacaron de mi tránce.

— Q-que chistoso eres — le di un leve apretón en el brazo y reí de forma nerviosa.

Sonrió.

Un mesero de traje almidonado nos llevó a nuestra mesa, en la misma mesa se encontraban Blake, Daniel y Rebecca.

Ambos hermanos usaban trajes que a pesar de lucir similares, tenían detalles que sacaban a relucir sus personalidades contrarias, Blake llevaba la camisa blanca con los primeros dos botones abiertos, el saco de igual manera desabotonado, el cabello algo alborotado pero sin verse desaliñado, Daniel por su parte portaba el traje de manera correcta, su cabello estaba perfectamente peinado hacia atrás. Rebecca se veía gloriosa, se había teñido el cabello de un color rubio rosa, llevaba un vestido que parecía sacado de un cuento de hadas, un corset ceñido de encaje y la falda larga caía con el tul que parecía brillar por si solo.

Novia a DomicilioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora