26. Vigilada

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Dariana tomaba una ducha, luego de que los agentes se fueron a descansar un par de horas, para poder estar relajados y tener despejada la mente. Envuelta en una bata de baño, se recostó sobre la cama y se abrazó a sí misma, cubrió con ambas manos sus labios para evitar que sus sollozos se escucharan.

—Tienes que ser fuerte Dariana Larios —resopló y luego cerró los ojos.

Eduardo ingresó para intentar descansar un poco, abrió la puerta de la habitación con lentitud, su penetrante mirada color chocolate, se enfocó en el lamento de Dary, de inmediato agilizó sus pasos y se sentó a su lado estrenchandola entre la calidez de su fornido pectoral.

—Te juro que la encontraremos —aseguró.

Dariana dejó fluir todo lo que contuvo durante el tiempo que él no estuvo, entonces comenzó a llorar.

—Es mi culpa, debí buscar como protegerla más —reprochó—. La necesito en mis brazos, la duda de no saber si están cuidando bien de ella me está matando —externó con dolor.

Eduardo liberó un par de lágrimas, al escucharla.

—No es tu culpa, bonita, estoy seguro que muy pronto estará de regreso con nosotros —mencionó con determinación, a continuación comenzó a hacer mimos en su sedosa cabellera, hasta que el cansancio y el sueño la venció. Observó con atención sus delicadas facciones distinguiendo sus inmensas ojeras, se recostó a su lado y durmió un rato para recobrar energía.

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A tempranas horas el equipo se reunió sintiéndose renovado dispuestos a colaborar en todo lo posible.

Arnulfo encendió el televisor para seguir los detalles sobre la fuga de Eduardo y Gio, como era de esperarse, responsabilizaron de todo a los agentes de ellos.

—Necesitamos tener cuidado —refirió—, como era de esperarse los están vinculando a la fuga —mencionó.

—Así lo haremos —comentó.

Al encontrarse en aquella reunión comenzaron a dar nombres de todas y cada una de las personas con las que se había tenido contacto y con quién, comenzaron a analizar si se tenía antecedentes penales, escándalos o sucesos relevantes, para descartar o dejarlos como posibles sospechosos.

Cada uno de ellos fue designado para una tarea en específico y lo siguiente era corroborar que la información que se tenía fuera correcta, a pesar de que tenían equipo especializado para la identificación dactilar y saber si se tenían antecedentes penales, sin embargo, no se podían confiar.

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Dos días transcurrieron cuando se reunieron Alessandro, Gio, Dalil, Arnulfo, David, los hermanos De Boer Deker y Dary. Cada uno llevaba la información requerida, en el caso de Eduardo, Dariana y Gio fueron Dalil y la gente de Arnulfo, quienes se encargaron.

—¿Qué novedades tienen? —indagó Gio.

Algunos de los miembros mostraron sus investigaciones, retirando a la mayoría de sus sospechosos.

Francesca se acercó y cruzó los brazos, entonces tomó una imagen y la pegó en el tablero de corcho.

—Mi sospechosa se llama: Nicole —dijo con seguridad—, conocemos de sobra lo que una mujer por despecho, puede hacer. —Miró a Eduardo y luego a Dariana.

—Yo no creo que Nicole sea capaz de planear el robo de Dania —expresó Charlie, en su defensa.

—Pues yo sí —Francesca elevó el mentón y lo vio con su peculiar y gélida mirada.

—La hemos considerado, pero no hay nada que pueda vincularla, además colaboró en nuestro rescate —Eduardo mencionó.

—Yo confío en ella —Dalil intervino.

Las Protegidas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora