2

3.4K 307 73
                                    

Los rayos mañaneros del sol daban su brillo, iluminando cada rincón de ese enorme bosque.

Entre medio de toda esa arbolera un joven peliverde paseaba por el lugar, amaba el bosque más que a nada en su vida, también le tenía mucho respeto y cariño a los animales que habitaban allí.

Levantó la vista hacia el cielo y se dió cuenta de que ya era hora de ir a recoger a su amiga.

Tomó el camino de regreso a su pequeña casa, era un cabaña un poco vieja pero muy acogedora.

Llegó a casa y empezó a prepararse, empacó un poco de comida, un paquete de cartas, un abrigo y su espada que en Rey Enji le obsequio antes de retirarse.

Se acercó al establo donde se encontraba su fiel corcel, el cuál estaba terminando de desayunar.

Midoriya: Muy bien Juan es hora de irnos, todavía debemos ir al palacio por el carruaje.

Juan: *Sonidos de Caballos*.

Izuku se montó en Juan y partieron rumbo al pueblo.














Todoroki: Están seguros que se irán solo ustedes dos, le puedo pedir a Iida que los acompañe.

Midoriya: No es necesario Shoto-kun, además yo me sé defender a la perfección.

Todoroki: Bueno si tú lo dices, ya llegó el carruaje.

Uraraka: Vamos Deku-kun, o se nos hará tarde.

Midoriya: Ya voy, volvemos en un par de horas.

Todoroki: Bien, tengan cuidado.

Midoriya: Lo tendremos.

Uraraka: Adiós Todoroki-kun.

Midoriya se sentó en el lugar del cochero y dí un pequeño golpe para que Juan empezará a avanzar.














Fue un viaje largo, pero lograron llegar a tiempo.

Izuku puso el carruaje en un espacio que había allí, y le quitó algunas cuerdas a Juan para que pudiera descansar.

Una vez listo Uraraka tomó la mano de Midoriya y lo metió al palacio. Ese castillo era mucho más grande que el de Todoroki, también tenían muchas estatuas y pinturas de dragones.

Al entrar al gran salón se dieron cuenta de que había más doncellas de reinos diferentes.

Midoriya: Encerio no puedo creer que hayan venido solo para que las jueguen.

Uraraka: O vamos Deku-kun, no seas agua fiestas.

Midoriya solo rodó los ojos en señal de fastidio. Faltaba poco para que el evento comenzará, pero en éso Midoriya se le acercó a Uraraka.

Midoriya: Uraraka-san creo que te espero afuera.

Uraraka: Por qué?.

Midoriya: Aquí hay mucho ruido y ya me empezó a doler la cabeza, mejor tú  quédate y yo te espero en el carruaje.

Uraraka: Está bien, no quiero que te dé una jaqueca.

Midoriya: Gracias Uraraka-san.

Izuku empezó a caminar por toda la multitud para poder llegar a la puerta, una vez pudo salir pasó por el largo pasillo para poder llegar a la puerta principal.

Estaba observando con detenimiento todos los detalles en la decoración del palacio, sin duda era un lugar que amaba su cultura.

Estaba tan concentrado apreciando el arte, que no se dió cuenta de que alguien más venía enfrente.

"Esposa para el Rey"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora