MOTHER OF DRAGONS | Levi Ackerman

Chapter 1: Fire and blood

1. Fuego y sangre

"Dragón habrá perdido todo sin su jinete,
y jinete no será nada sin su dragón"

KATRINA DRAGAN TENÍA TAN SOLO siete años cuando aprendió a luchar en combate cuerpo a cuerpo. Su mentora se trataba de Galet, la gran anciana. Ella le enseñó todo lo relacionado con combates y le enseñó la importancia de la concentración y la paz mental.

— Galet, ¿para qué me va a servir esto de meditar? -quiso saber una pequeña de siete años, abriendo uno de sus dos ojos para observar a su mentora en la misma posición que ella.

— Meditar te ayuda a tener la mente vacía, a dejar de pensar tanto y solo sentir. Eres fuerte y astuta, pero eres impulsiva, y eso puede traerte problemas. Debes aprender a no actuar por tus impulsos, has de mantener la calma, y cuando sea el momento, actuar.

Katrina sabía que su mentora tenía razón, pero deseaba estirarse y mover su cuerpo, odiaba quedarse quieta. Puso morros, y Galet sonrió divertida, pues aunque no estaba viéndola, se imaginaba la reacción de la pequeña.

La relación entre ambas féminas era una muy bonita. No tenían una relación como si se trataran de madre e hija, pero tenían una relación que se trataba de protección y amor mutuo. Katrina era la aprendiz de Galet, y Galet era la maestra de Katrina.

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SALTÉ, HACIENDO UNA VOLTERETA HACIA atrás mientras esquivaba la cola de Drogo.

Acabé con una de mis piernas estirada de forma lateral, tocando el suelo con la punta de mis dedos, mientras que mi otra pierna estaba doblada dándole un punto de soporte a mi cuerpo, al igual que mi mano derecha, que se encontraba delante de mi, tocando el suelo para no caerme para delante. Mi brazo izquierdo estaba alzado hacia atrás, sujetando con firmeza mi espada.

Rápidamente empuje el costado de esta a la cola de Drogo, haciendo que mi dragón rugiera y lanzara llamaradas de fuego hacia mí.

Como cada vez que pasaba aquello, los jadeos no tardaron en hacerse presentes. Ahogué una sonrisa de suficiencia, corriendo hacia el bicho alado y escalando por sus escamas como si de un mono tratara.

Me resistí a sus meneos, hasta que finalmente llegué hasta su cuello, donde la amenacé poniendo la punta de mi espada en su nuca.

La gigantesca criatura removió su cabeza de forma brusca, haciendo que me resbalara con sus escamas hasta caer de bruces al suelo. Di una voltereta lateral, esquivando el gran impacto que me iba a dar junto a su pata, la cual acababa de empujar hacia el suelo justo donde yo había caído.

- Eso es jugar sucio, Drogo. -musité, apuntando hacia arriba la espada, donde a unos metros su cabeza se encontraba.

El dragón tiró su cuello hacia arriba, haciendo un sonido parecido al de una risa. Mientras elevaba sus dos patas frontales, aceptando su derrota.

(•••)

TRES PARES DE OJOS OBSERVABAN a la chica pelear con el dragón, y sus pelos se pusieron de punta al tan solo verles a ambos.

— ¿E-ellos dos son la leyenda de Dagahra? -preguntó la morena, con sus ojos brillando como estrellas.

Los dos daban miedo. Un dragón que superaba fácilmente los cuatro metros de altura y era de un tamaño grande y de una calcinada podría matar a todos los presentes, luchando contra una chica de pelo casi blanco que no era ni de un tercio del tamaño del dragón, pero que su simple presencia imponía respeto.