Capítulo 9: Desdicho

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- Es el quinto día y siento que no avanzamos nada. -musitó Erwin, frotando su cara con sus manos.

Hange se encogió.- Aunque no lo parezca, creo que le caemos aunque sea un poco bien.

- Sigue igual de rehacía que cuando la conocimos. -admitió Levi, recargado con su usual pose en la pared.

- Por lo menos hemos visto que como reclutas confía en nosotros. -habló la de gafas.- Tal vez no como personas.

- ¿Nosotros debemos confiar en ella? Apenas la conocemos. -bramó el azabache, empezando a cansarse de las dudas de Erwin y las esperanzas de Hange.

- Si quisiera ya hubiera quemado todo el muro, Levi. Ella no, ella no...

- Estúpida cuatro ojos, -le cortó el chico.- esa chica no es tan boba. Apenas conoce lo básico sobre el mundo exterior. Cuando esté satisfecha con lo que sabe quemara todo, por algo tiene tanto poder. Pero no me hicisteis caso y vosotros decidisteis ir a pedirle ayuda.

- Katrina no es así. La leyenda dice-

- Tuvimos años de ignorancia sin confiar en la leyenda. Al igual que puede ser nuestra salvación también puede ser nuestra perdición.

Erwin enarcó una ceja.- Ella fue enviada para salvarnos a todos, Levi. Está luchando por y para nosotros.

Levi se acercó hacia ambos, quienes estaban en la mesa.- ¿¡Por qué confiáis en ella!? No debéis encariñaros ni un poco con ella, ¿lo entiendes, cuatro ojos?

Un carraspeo interrumpió su conversación, y los tres miraron de forma nerviosa hacia la puerta, donde una caballera blanca yacía.

- Es genial opinar lo mismo, Ackerman. -musitó de forma fría, entrando a la habitación.- Erwin, un recluta ha intentado poner la mano encima a Drogo.

El rubio frunció el ceño, poniéndose de pie rápidamente.- ¿Le ha hecho daño?

- No lo he permitido. -negó con la cabeza.

Hange también acompañó al comandante, poniéndose de pie.- ¿Donde está el recluta, Katrina?

- Muerto.

- ¿Veis lo que os dije? -señaló Levi.

- Deje en claro que mataría a cualquier persona que intentara tocarlo.

El azabache arrugó las cejas.- ¿Y para qué has venido? ¿A decirnos que has matado a alguien?

- Supongo que alguien tendrá que limpiar el cuerpo. -musitó, encogiéndose de hombros.

(...)

- Simplemente le clavó la espada en el cuello y...¡pup! -exclamó Sasha, narrando lo ocurrido con su grupo.

- ¿No os da pena el recluta? -murmuró Connie.

- Katrina dejó en claro que cortaría la cabeza a quienes tocaran a Drogo. Los dos tienen un vínculo especial, es normal que haya actuado así. -musitó Mikasa.

Entendía la peli blanca, pues ella haría lo mismo si alguien intentara tocar a Eren o dañarlo. No dudaría ni un segundo en defenderle aunque tuviera que matar a cualquier persona.

- ¡Pero su familia no se merece eso!

- ¿Y qué más da? Ese recluta ya tenía los días contados. -bramó Levi mirando de soslayo a Jean.- Brandon Clarke era el peor novato de todo su año. Apenes pisará tierra fuera del muro ya sería comida de titán.

Hange abrió la boca, empezando a codear al azabache.

- Vaya, hace unas horas estabas atacando a la chica, ahora la defiendes. ¿Quieres aclararte, enano? ¿O me vas a decir que por fin has caído en sus encantos?

Este bufó, empujando a la chica lejos de él.- Tch, ¿que mierdas dices cuarto ojos?

- Aunque te entiendo canijo, ¿quien no le echaría el ojo a Katrina? Solo mírala, es perfecta.

Levi suspiró, arrugando de forma leve el ceño.

Le molestaba que dijera aquello en una situación así, más bien, le molestaba que dijera aquello. No entendía el motivo, simplemente odiaba escuchar aquellas palabras saliendo de la boca de alguien.

- Hange, para. -atajo del forma brusca, barriendo el comedor con sus ojos para que nadie les miraba.

- Además, controla sus emociones a la perfección y no teme a nada. No me extrañaría si a Erwin también le gustara, es con el que más habla y la tendrá comiendo de la palma de su mano.

Levi frunció el ceño. ¿A Erwin le gustaba Katrina? Pero si se conocían de hacía apenas unos días, aquella era imposible. Aunque no podía negar que Katrina parecía tener cierto tipo de confianza en el comandante.

La realidad era que la chica simplemente veía a Erwin con unos ojos humanos. Cualquier persona sentía admiración por el rubio. Su carácter seguro transmitía confianza y lograba tranquilizar a las personas. Katrina no era la excepción.

Sentía que el rubio era de los pocos que la entendía. La presión de ser lo que todos esperan, llevar toda una tropa en cabeza de lleno hacia el peligro, o simplemente de seguir adelante ignorando las opiniones negativas de los demás hacía su persona.

Sentía admiración por el mayor. No era por el hecho de que tuviera el título de comandante, sino que quería ser igual de fuerte que él. Poder cargar con el peso diario de la confianza plena de cientos de personas, poder levantarse a cada que algo pasaba, o simplemente ser capaz de luchar sin importar el qué.

Aunque a ojos externos, aquel tipo de admiración y pequeña conexión entre ambos podía mal entenderse sino se observaba desde ambos puntos de vista.

Puntos de vista de dos personas que se admiraban mutuamente.

- Hange, cállate. -susurro del forma fría. Al ver que la chica continuaba hablando de lo mismo se levantó de su mesa para salir del comedor.

Al pasar por la puerta se cruzó con Katrina, y fue tan rápido que no pudo evitar chocar sus hombros al pasar por su lado.

La femenina bufó al verle, observando como el chico la ignoraba.

- Maldito idiota. -musitó en voz floja para sí misma, apartándose de todos y sentándose en una mesa ella sola.

 -musitó en voz floja para sí misma, apartándose de todos y sentándose en una mesa ella sola

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MOTHER OF DRAGONS | Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora