Capítulo 39: Mar

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Grité con euforia al sentir el agua salpicarnos tanto a mí como a Drogo.

Ambos sobrevolábamos el mar, casi arran de este. La aleta de algún animal sobresalía de aquel infinito líquido, por lo que dejé caer mi peso hacia delante a la derecha.

El dragón descendió levemente, dando un giro lateral sobre si mismo, esquivando a aquel animal. No tardamos en ascender inmediatamente.

Recargue mi espalda sobre el lomo de Drogo, cerrando los ojos mientras que la criatura aflojaba su velocidad, yendo de forma lenta por las nubes.

Sonreí, alzando la mano siendo inconsciente de lo que había frente a mi, tan solo meciendo el aire con cuidado.

Drogo imitó mi acción, tirando su espalda para atrás mientras dábamos una vuelta hacia atrás, cayendo en picado.

Sonreí, con el aire cortando chocando contra mi rostro y abrí los ojos lentamente, observando el mar abriéndose paso cada vez que descendimos más.

Seguimos paso hacia delante, antes de subir de nuevo, pasando las nubes.

Sonreí, adorando la preciosa vista que se cernía sobre nosotros. Me levanta con cuidado, cogiendo carrerilla antes de correr por todo el lomo de Drogo, lanzándome al vacío mientras daba una voltereta hacia atrás.

Levanté la cabeza, mirando como el dragón también descendía, hasta llegar hasta mi altura, y sacar la lengua, consiguiendo que una risa se apoderada de mí.

[...]

Levi suspiró, observando hacia el horizonte que se podía ver al fondo del mar, justo cuando este parecía acabar.

Katrina y Drogo se habían ido hacía más de veinte minutos, y ya extrañaba a su chica y a su dragón. Le había acabado por coger cariño a la criatura también.

El sonido de algo ensordecedor llamó la atención de todos, aunque supieron que se trataba de Drogo, pues siempre que se acercaba volando a una gran velocidad hacia el mismo sonido particular de los dragones.

Aunque todos se sobresaltaron al ver al dragón y a su dueña cayendo del cielo en picado a lo lejos.

Ambos se miraban, y no tardaron en abrir sus alas, unas naturales y las otras artificiales.

Katrina encogió sus alas, girando hacia la izquierda sobre sí misma, y Drogo no tardó en imitar su acción, rugiendo de forma cariñosa.

Los dos giraron sus cabezas hacia al frente, y abrieron sus ojos en grande al ver como estaban a simples metros de la arena, ahí donde todos se encontraban, algunos metidos en el mar.

Drogo aleteó sus alas para llegar hasta su dueña, cogiéndola entre sus alas rodeándola por completo, mientras que caían en la arena, sin haber podido parar a tiempo.

El dragón rodó por la arena, levantándose rápidamente y gruñendo al no ver a la chica.

Todos miraban con curiosidad aquello, en busca de la chica de mechones blancos cenizas.

Katrina alzó sus puños, mientras se abría paso entre la arena, saliendo de esta y chillando con ganas, antes de mirar a Drogo, quien la miró de mala manera.

- ¡Lo hemos hecho! ¡Casi lo logramos!

Como respuesta, el contrario movió su cola, barriendo los pies de la chica y haciendo que cayera de espaldas a la arena.

Aquello no quito su sonrisa, pues lo único que hizo fue levantarse rápidamente para correr hacia Drogo y subirse encima de él.

- ¡Otra vez! ¡Otra vez!

Levi rió por su actitud tan infantil. Aunque si lo hubiera hecho cualquier otra persona hubiera puesto los ojos en blanco, cuando Katrina hacia cualquier acción no podía evitar sentir aquella sensación cálida en su pecho.

El dragón rugió hacia el cielo, antes de batear con fuerza sus alas para alzarse sobre el cielo y volar a unos cuantos metros, pero aún lo mínimo para ser vistos por los demás.

Drogo descendió en picado, hasta adentrarse al agua con su dueña.

Esta no tardó en mover sus brazos de forma frenética, hasta salir a la superficie para empezar a reír, mientras salpicaba y empujaba el agua hacia su dragón.

Este gruñó, imitando la acción de la chica solo que con su cola, logrando empapar aún más a la contraria.

Katrina sonrió como una niña pequeña, antes de girarse para ver la orilla.

- ¡Levi, ven!

El nombrado chasqueó la lengua, en un intento de mostrar que le molestaba tener que nadar hasta su chica, pero en realidad el echo de ir hacia ella le encantaba.

Aunque le asqueaba la idea de bañarse con ropa, puesto a que no iba a quedarse en ropa interior frente a los demás, ignoró aquello y no tardó en meterse al agua con cuidado de no helarse, y empezar a nadar como todo un profesional hacia la chica y el dragón.

Katrina extendió sus brazos al ver al azabache cerca, y este gustoso se acercó a ella, aprovechando para colarse en sus brazos y empezar a dejar besos por su frente y mejillas, logrando robar suspiros a la de pelo blanco.

La fémina se adueñó de la nuca de él, acariciando los pelos de esta y empujando sus labios hacia los suyos.

Este la arrimó más a él, mientras correspondía el beso, agarrándola por los glúteos.

Drogo dejó escapar humo por su nariz, antes de aletear el agua, mandando gran cantidad hacia los tórtolos, quienes se separaron preparados para empezar a decir de todo al dragón por interrumpirles, pero simplemente se rio de estos.

Esto...¿Esto era la libertad que había estado esperando toda su vida?

¿Esto era la libertad que había estado esperando toda su vida?

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MOTHER OF DRAGONS | Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora