MOTHER OF DRAGONS | Levi Ackerman

Capítulo 20: Fuerza por valor

Suspiré, observando hacia mis reclutas logrando de una vez utilizar de forma correcta y con un mínimo de habilidad el equipo tridimensional.

Mi padre se había encaprichado y se había metido dentro de la legión de reconocimiento, siendo liderado por mí.

No podía echarle, pero me dolía verle allí. Tenía miedo de que le pasara cualquier cosa.

Sentí unos brazos rodear mis hombros, atrayéndome hacia la otra persona.

- Tranquila, fată drăguţă. -(chica bonita).- Roland es un hombre fuerte.

- No me gusta estar así con él.

- ¿Y por qué no lo habláis?

- Necesito espacio para mí. Además, no soy idiota, a mi padre le duele verme.

Sabía como le hacía sentir.

Desde que era consciente de las cosas me di cuenta de aquello, pero nunca quise decirle ni reprocharle nada.

Tenía que entenderle. Yo le había arrebatado la vida de su mujer.

- Él te quiere.

Me encogí de hombros.- Una cosa no quita a la otra, Ronoff.

- Ya verás como todo saldrá bien, Katrina. Y en todo caso, me tendrás aquí contigo.

Abracé a Dreak.

Desde luego que él era como mi hermano, y nos entendíamos mutuamente.

Me estaba centrando demasiado en mi padre, pero el temor de perder también a Dreak estaba comenzando a nacer.

No podía permitirme perderle a él, le iba a defender con mi vida si hacía falta.

Quedaban dos días para nuestra expedición, dos días en los que pensaría de forma cruda y entrenaría con cuerpo y alma.

(...)

Levi daba vueltas sobre sí mismo, esperando a que Katrina llegara, siendo así incapaz de leer su novela.

Habían pasado diez minutos de retraso, por lo que no tardó en ponerse nervioso mientras su mente divagaba.

Suspiró, volviendo sobre sus pasos hasta llegar al cuartel.

Por suerte le tocaba vigilar a él, por lo que no debía preocuparse de entrar con cuidado o no por la puerta.

A medida que se acercaba, podía empezar a escuchar jadeos, por lo que no tardó en arrugar su nariz y caminar más rápido hacia la puerta de la chica, abriéndola rápidamente.

La chica saltó, estirada en el suelo con sudor corriendo por todo su cuerpo.

Levi soltó todo el aire que tenía guardado, dejándose caer en la puerta cerrada detrás suyo mientras agradecía mentalmente a que la chica estuviera haciendo ejercicio.

- ¿Que haces entrenando a estas horas? -susurró en voz baja.

Entre los dos habían acordado dejar de lado las peleas, pues ambos sabían que si peleaban era para llamar la atención del otro, aunque sólo conseguían hacerse daño.

Ninguno de los dos sabría definir su relación, pero tampoco tenían intención de hacerlo.

Era algo raro, pero disfrutaban de la compañía del otro.

- Tengo que ser más fuerte.

El azabache suspiró, sabía que la chica estaba preocupada por su padre y por su mejor amigo, se había dado cuenta, y sabía que se estaba machacando por ellos.